LO MEJOR
DE BILL
Reflexiones sobre la Fe, el Miedo, la Honradez, la Humildad y el Amor
Además, el clásico ensayo de Bill sobre el Anonimato
LO MEJOR DE BILL
AA Grapevine, Inc.
Copyright © 1955, 1958, 1961, 1962, 1986, 1989, 1990, 2004
AA Grapevine, Inc., 475 Riverside Drive, New York, NY 10115; Estados Unidos. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial, exceptuando el uso de pasajes breves con fines críticos o de comentario, sin el consentimiento escrito de los editores. Alcohólicos Anónimos es una marca registrada de A.A.W.S., Inc.
ISBN – 0-933685-48-3, Mobi ISBN - 978-0-933685-93-2, ePub ISBN - 978-0-933685-94-9
PREÁMBULO DE AA
Alcohólicos Anónimos es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.
El único requisito para ser miembro de AA es el deseo de dejar la bebida.
Para ser miembro de AA no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones.
AA no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa.
Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.
ORACIÓN DE LA SERENIDAD
Dios, concédeme serenidad
para aceptar las cosas
que no puedo cambiar,
valor para cambiar
aquellas que puedo,
y sabiduría
para reconocer
la diferencia.
ÍNDICE
PRÓLOGO
En 1935, un agente de bolsa alcohólico de Nueva York, que había dejado de beber, convenció a otro alcohólico, un cirujano, en Akron, Ohio, de que ya no tenía que volver a tomar. A partir de ese encuentro histórico, nació y creció un programa de recuperación que ha traído esperanza a más de dos millones de alcohólicos de todo el mundo.
Con el fin de animar, inspirar y mantener viva la comunicación en esta comunidad dispersa y cada vez mayor, que adoptó el nombre de Alcohólicos Anónimos, su cofundador Bill W. recurrió al Grapevine, una revista creada en Nueva York en 1944 por “seis calamitosas alcohólicas manchadas de tinta”, según dijo Bill haciendo gala de su sentido del humor. La revista tuvo una aceptación inmediata y una amplia difusión, y con el tiempo se transformó en la “Revista Internacional de Alcohólicos Anónimos”.
Bill W. fue un escritor prolífico y lleno de energía, que colaboró con el Grapevine con casi 150 artículos. En esas páginas, Bill registró una crónica de los eventos que se sucedieron en los primeros años de AA. Del arduo proceso de intentos y errores de los inicios se derivaron los principios que iban a unificar y sostener a esta extraordinaria comunidad. Los escritos de Bill W. tratan una amplia variedad de temas, desde los principios básicos de los Pasos y Tradiciones de AA, a la búsqueda personal de la “sobriedad emocional”, y tienen un gran significado no solo para los miembros de AA sino para toda persona que busque el crecimiento espiritual.
En 1988, en respuesta a la gran demanda de reimpresiones de cinco de estos artículos — “Fe”, “Miedo”, “Honestidad”, “Humildad” y “Amor” — se creó una recopilación en inglés, llamada The Best of Bill , editada luego en español como Lo mejor de Bill . La gran popularidad de este pequeño libro motivó a los editores del Grapevine a publicar una nueva edición en inglés en 2002, en la que se incluyó también el ensayo de Bill W. sobre el anonimato, Por qué Alcohólicos Anónimos es anónimo .
Esta nueva edición en español preparada por los editores del Grapevine y La Viña — la revista internacional de Alcohólicos Anónimos en español, publicada por AA Grapevine, Inc. — ha uniformizado la puntuación según las reglas de nuestro idioma y buscado en algunos casos expresiones en español másclaras e idiomáticamente precisas, pero no siempre equivalentes al original en inglés.
FE
Dios como nosotros lo concebimos: el dilema de la incredulidad
Abril de 1961
La frase, "Dios como nosotros lo concebimos” es tal vez la expresión más importante que se encuentra en el vocabulario de AA. Estas cinco significativas palabras tienen un alcance tal, que en ellas se puede incluir todo tipo y grado de fe, junto con la seguridad absoluta de que cada uno de nosotros puede escoger la suya propia. De igual importancia para nosotros son las expresiones complementarias: "un poder superior" y "un poder superior a nosotros mismos". Para todos los que rechazan la idea de un dios o que ponen seriamente en duda la existencia de una deidad, estas palabras enmarcan una puerta abierta por cuyo umbral el incrédulo puede dar fácilmente su primer paso hacia una realidad hasta ahora desconocida para él: el reino de la fe.
En AA tales adelantos ocurren todos los días. Son todavía más extraordinarios si tenemos en cuenta que, tal vez, para la mitad de nuestros más de 300.000 miembros actuales, una fe efectiva parecía ser en una época una imposibilidad de primera magnitud. Todos estos escépticos han hecho un gran descubrimiento: en cuanto pudieron depender principalmente de un “poder superior” — aunque fuera su propio grupo de AA — salieron de esa curva ciega que siempre les había impedido ver el camino despejado. A partir de ese momento — suponiendo que se hubieran esforzado por practicar el resto del programa de AA con una mente abierta y tranquila — una fe cada vez más amplia y profunda, una auténtica dádiva, invariablemente había hecho su a veces inesperada y a menudo misteriosa aparición.
Es de lamentar que los muchos alcohólicos que nos rodean desconozcan estas realidades de la vida de AA. Tantos de ellos se encuentran obsesionados por la tétrica convicción de que, si tan sólo se acercan a AA, se verán presionados a someterse a algún tipo determinado de fe o teología. No se dan cuenta de que, para ser miembro de AA, no se exige nunca tener fe; que se puede lograr la sobriedad con un mínimo de fe, muy fácil de aceptar; y que nuestras ideas de un poder superior y de Dios como nosotros lo concebimos les deparan a todos la oportunidad de elegir entre una variedad casi ilimitada de creencias y acciones espirituales.
Uno de nuestros mayores desafíos de comunicación es cómo transmitir estas buenas nuevas; y tal vez, para este problema no haya una solución fácil y definitiva. Nuestros servicios de información pública quizás podrían empezar a destacar más enfáticamente este aspecto tan importante de AA. Y dentro de nuestras filas, sería bueno que cultiváramos una conciencia más compasiva del aislamiento y de la desesperación que sufren estas personas. Para acudir en su ayuda, debemos tener la mejor actitud posible, y recurrir a los esfuerzos más ingeniosos que podamos.
También podemos volver a considerar el problema de la “falta de fe” tal como se nos presenta a nuestras puertas. Aunque 300.000 se han recuperado en el curso de los pasados 25 años, unos 500.000 más han cruzado el umbral de nuestra Comunidad para luego dar la vuelta y apartarse de nosotros. Algunos, sin duda, estaban demasiado enfermos incluso para comenzar. Otros no pudieron o no quisieron admitir que eran alcohólicos. Otros más no podían hacer frente a sus defectos de personalidad subyacentes. Muchos se alejaron por otras razones.
No obstante, de poco nos serviría echar toda la culpa de todas estas malogradas recuperaciones a los mismos recién llegados. Es posible que muchos de ellos no recibieran la calidad y cantidad de apadrinamiento que tan urgentemente necesitaban. No nos comunicamos con ellos cuando tuvimos la oportunidad de hacerlo. Esto quiere decir que nosotros los AA les fallamos. Tal vez con más frecuencia de la que creamos, seguimos sin comunicarnos en profundidad con aquellos que sufren el dilema de la incredulidad.
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