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Introducción
No la vimos venir. O no quisimos verla. Ahora sabemos que estaba todo dado para que ocurriera y que varios referentes globales habían dado la voz de alerta. Pero no prestamos atención hasta que resultó demasiado tarde. No estábamos atentos, ni preparados. Nos sorprendió porque dejamos que nos sorprendiera.
Debimos aprender sobre la marcha. Cambiar rutinas, abandonar costumbres sociales, postergar proyectos y confinarnos durante semanas que se tornaron meses. Esperamos que aparezca una solución que no sabemos cuándo llegará.
Aprendimos a valorar obviedades que obviamos durante años. Desde la paciencia y capacidad pedagógica que tienen quienes educan cada día a nuestros hijos en las escuelas, hasta las vicisitudes emocionales y psicológicas que afrontan quienes se ven forzados a permanecer en sus casas, hospitales, asilos y tanto más por tiempo indefinido.
Comprendimos la relevancia social de quienes eran soslayados a menudo y que por una amenaza invisible se tornaron esenciales: de recogedores de residuos a reponedores de mercaderías, y de distribuidores de alimentos a personal sanitario.
¿Por qué no vimos el riesgo que corríamos? ¿Por qué desatendimos las alarmas que sonaban, del ébola a la gripe A o el SARS? ¿Por qué lo urgente nos tapó lo importante? Y ahora, ¿qué más no estamos viendo? ¿Otra pandemia? ¿El estallido de la desigualdad social? ¿El cambio climático? ¿La pérdida de la biodiversidad?
Este libro recurre a las preguntas en un intento por comprender qué nos pasa, por qué y qué puede ocurrir. Apela a quienes más saben alrededor del mundo en disciplinas muy variadas con la esperanza de aprender de ellos: historiadores, científicos, sociólogos, economistas, escritores, analistas, politólogos, geógrafos, filósofos y artistas.
Son mujeres y hombres de distintas edades y provenientes de las Américas, de Europa, de África, de Medio Oriente y de Asia a los que contacté con una premisa: que nos ayudasen —que me ayudasen— a reflexionar, que nos mostrasen lo que ellos ven y nosotros, quizá, no.
Muchos de ellos se formaron o enseñan en las universidades de élite mundial. De Harvard al MIT, de Oxford a Cambridge, y de la London School of Economics a la École des Hautes Études en Sciences Sociales. Pero también están quienes pasaron por la cárcel, la tortura o el exilio, quienes dedicaron su vida a la función pública, y quienes pasaron hambre o lidian a diario con el barro y la miseria.
Todos ellos, eso sí, son reconocidos por sus pares y por la sociedad. Cosecharon Nóbeles de la Paz, premios Príncipe y Princesa de Asturias. Óscars de la Academia, condecoraciones y doctorados honoris causa. Integran la élite, pero en el mejor de los sentidos. Y, si me permiten los lectores una infidencia, todos ellos mostraron una cualidad que los une: su don de gentes. Notable.
Mi premisa era, pues, escucharlos. Dejarlos que fluyeran, interrumpiéndoles lo menos que fuera necesario. Que ellos asumieran el mando de las entrevistas para que se concentrasen en los ejes que los ocupan y les preocupan mientras lidiaban —o aún lidian— con el azote del Covid-19 o cuando piensan en el mundo que tendremos, post-pandémico.
Por eso, mis preguntas buscaron conocer qué lecciones aprendieron ellos, en términos teóricos y en carne propia. Porque todos los entrevistados estuvieron o aún están confinados en sus casas. Y varios de ellos perdieron seres queridos, víctimas del Covid-19.
A la luz de ese trasiego —y en ciertos casos, de ese dolor— también quise saber si ven algo positivo en lo que estamos sobrellevando. ¿Sienten —les pregunté— que hay algo para rescatar y valorar? ¿Algo esperanzador?
Lo notable es que todos enumeraron un amplísimo abanico de rasgos valiosos, muchos de ellos señalaron aprendizajes y nuevas oportunidades, incluso aquellos que se encontraban en pleno duelo. Resulta alentador.
Desarrollar las entrevistas, editarlas, publicarlas y, luego, releerlas y acondicionarlas para este libro me ofreció, también, una oportunidad para la pausa, para la introspección. Para comprender y aprender, otra vez. Porque cada texto ofrece subtextos, segundas y terceras lecturas, ventanas para ahondar en quienes ellos —verdaderas figuras globales— identifican como maestros, referentes o interlocutores válidos.
Espero, pues, que estas entrevistas ofrezcan a quienes lean este libro las mismas oportunidades para reflexionar, aprender y disfrutar que sentí al conseguirlas, hacerlas, traducirlas, editarlas y publicarlas.
La Plata, 2020
1
Yuval Noah Harari
Nacido en Haifa, Israel, en 1976, Yuval Noah Harari se doctoró en la Universidad de Oxford y ahora es catedrático en el Departamento de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Escribió tres libros de impacto mundial: Sapiens. De animales a dioses; Homo Deus. Breve historia del mañana, y 21 lecciones para el siglo XXI.
Ganador de múltiples premios, el historiador y filósofo es consultado por líderes de todo el mundo como Ángela Merkel, Barack Obama, Emmanuel Macron o Bill Gates, entre otros.
Rodeado de una aceitada máquina publicitaria que lo potencia, no tiene teléfono celular, medita 30 minutos todos los días y cada año destina varias semanas a un retiro en silencio, por lo general en India.
Maquinaria
La interacción con Yuval Noah Harari se reduce al mínimo. El círculo que lo rodea, lo protege y lo potencia es una maquinaria aceitada que funciona con eficiencia y explica, al menos en parte y junto a su inteligencia superlativa y su enorme capacidad de trabajo, por qué el pensador israelí está donde está.
Mando un e-mail y me responde un colaborador de su «Public Relations Team», que solo se presenta como «Michael», informándome que Yuval acepta el pedido de entrevista y pide precisiones sobre extensión y fecha límite, para después avisarme que envía una copia de su correo a «Miguel», a cargo de las relaciones públicas de Yuval en español.
Tres días después, la entrevista es ya un hecho. Y la maquinaria da otro paso. Ahora «Michael» me escribe para comunicarme que «Hannah, de nuestro equipo, dará seguimiento a los detalles de la publicación».
Ese mismo día, «Hannah» envía su propio e-mail. Ella se convierte en la primera que detalla su apellido. Pide precisiones sobre la «fecha y hora exacta de publicación de la entrevista, tanto en la edición impresa como cuándo estará disponible online». Y pregunta si podríamos consignar las cuentas oficiales de Yuval en Facebook, Twitter e Instagram al promocionar el diálogo.