La creatividad está intimamente ligada a la propia aventura humana. Desde siempre, las cosas artificiales que el hombre es capaz de crear han aportado una mejora en su calidad de vida y la formación de su cultura. Este libro propone un modo de entender el diseño desde una perspectiva continuista del quehacer creativo ancestral. Sin mitigación alguna de su papel en la sociedad, recalca el rol importante que esta disciplina creativa puede efectivamente desempeñar dentro del marco de la estructura industrial que conocemos.
para referirme al ser humano.
OBERTURA
No hay que aprender a escribir, sino a ver. Escribir es una consecuencia.
A NTOINE DE S AINT -E XUPÉRY
En 1982, cuando ya llevaba años diseñando, escribí Diseño. ¿Por qué?, mi primer libro. Me pareció entonces un momento oportuno para cuestionarme, con conocimiento de causa, sobre la razón de ser de aquella profesión a la que estaba dedicando mi vida. ¿Por qué me dedicaba al diseño? ¿Qué significado tenía ese impulso creativo que me llevaba a imaginar nuevas maneras de plantear las cosas que me rodeaban? Estar en constante estado creativo, proponiendo un nuevo enfoque para cosas que ya existían, ¿era realmente algo conveniente? Nunca me había planteado seriamente estas cuestiones hasta entonces.
Para tener una visión amplia sobre el hecho creativo, libre de cualquier a priori, quise remontar hasta ese pasado del que venimos, para entender lo más perenne que encierra la creatividad. Saber cual ha sido y sigue siendo su papel a lo largo del proceso de desarrollo de la cultura humana. Al ampliar así el horizonte era inevitable no relacionar nuestra pequeña historia humana en el marco del gran proceso evolutivo global. Siendo el Hombre parte integrante de la Naturaleza, su propia andadura había de regirse por los mismos mecanismos, las mismas pautas, que rigen todo lo que ocurre en esa Naturaleza. Así, a medida que me iba documentando descubría que, de hecho, son muy pocas esas pautas y que todo converge hacia ellas.
Si bien lo que me animaba era hallar una respuesta a mis propias inquietudes. Poco a poco, anotando, encajando y ordenando datos, citas y reflexiones sueltas, fue emergiendo un texto relativamente estructurado que acabó siendo un libro que se agotó hace años. De nuevo se reedita este libro pues siguen habiendo pocos libros que traten del diseño desde esta perspectiva más amplia y también por el interés que siguen teniendo este tipo de reflexiones para el diseño y su pedagogía. Esta cuarta edición sigue el esquema original aportando algunas variaciones en su contenido donde un complemento de información podía favorecer. He evitado los términos demasiado técnicos, aún cuando siguen siendo el modo más correcto de denominar ciertos conceptos. También he añadido algunos datos que no disponía entonces, así como algunas imágenes para ilustrar ciertos textos. Un texto sin ilustraciones es como una casa sin jardín. Las imágenes son unos espacios en los que descansa la lectura y la mente se «ilustra» de otro modo.
El libro se divide esencialmente en cinco grandes bloques. «La evolución natural», un capítulo en el que al recopilar datos, se va explicando someramente cuáles son y cómo actúan los sistemas magistrales que rigen todo lo que ocurre en la Tierra, y recalcar que son esas mismas pautas las que rigen la creatividad humana. Un paralelismo que lleva a imaginar un posible destino de especie. El capítulo «Las cosas» ensaya una reflexión en torno a lo que son los objetos que constituyen nuestro entorno habitable y como nos relacionamos con ellos. El capítulo «En torno a la técnica» inicia una reflexión sobre la implicación que la técnica tiene en la creatividad. «De la creatividad» propone una explicación sobre el caprichoso recorrido del acto creativo y los múltiples recursos a los que se recurre para acometerlo. Finalmente «Diseño y sociedad industrial» analiza las relaciones de esta creatividad en el mundo actual.
De todo ello trata este ensayo que pretende dar una imagen de LA AVENTURA CREATIVA, desde la perspectiva del diseño. Creo que cualquiera que viva con interés esa apasionante aventura que es la vida, acaba por atisbar ciertas conclusiones. Lo que nos rodea, lo diario, nos aporta informaciones que se nos revelan si sabemos atenderlas, y estos datos llegan así a configurar, espontáneamente, una manera de entender la vida.
Creo que cualquier texto testimonial, y éste pretende serlo, tiene el valor de ser la expresión de una visión personal de nuestra circunstancia, con todo lo que ello implica de parcialidad. Como dice Henri Laborit: «Hoy como ayer, las ideas no tienen la pretensión de monopolizar la verdad. Ningún espíritu científico o simplemente consciente de la complejidad de los hechos humanos es lo bastante naïf para creer que ésta pueda ser encerrada en un lenguaje. Y, sin embargo, la dialéctica de este lenguaje, la del proceso del pensamiento que se busca, obliga a fijar en las palabras ideas fluctuantes, parcelarias, cuya principal cualidad consiste en despertar contradicciones».
C APÍTULO 1
LA EVOLUCIÓN NATURAL
En el orden literario, como en los demás, no hay acto que no sea la coronación de un seguido infinito de causas y la fuente de un seguido de infinitos efectos.
J ORGE L UIS B ORGES
Comprendo que puede sorprender que un libro que trata de la creatividad empiece hablando del proceso evolutivo que se observa en la Naturaleza. ¿A qué viene ahora referirnos a la biología? Pues simplemente porque ese impulso creativo, ese constante anhelo de cambio a mejor que, desde siempre ha movido a la humanidad sigue las mismas pautas que ese proceso evolutivo natural. Si repasamos los mecanismos que la Naturaleza aplica en su evolución, descubrimos que el Hombre, al crear todo lo que configura su entorno artificial, ha seguido esas mismas pautas. Esta «analogía biológica» no ha de extrañarnos ya que la especie humana es parte integrante de esa misma Naturaleza y que en ella todo se rige por unas mismas reglas.
Ha de confortarnos comprobar que al crear, al proponer cambios en lo que existe, no hacemos otra cosa que atenernos a lo que nos dicta nuestra condición humana. En efecto, donde no hay creación, no hay evolución posible. Veamos pues cómo son las pautas, los mecanismos que aplica la Naturaleza en su proceso evolutivo.