María Elena Marín Vélez - La Enfermedad de la Mente es... el... yo

La enfermedad de la mente

es...
el... “yo”

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La enfermedad de la mente es... el... “yo”

María Elena Marín Vélez

Editado por:

PUNTO ROJO LIBROS, S.L.

Cuesta del Rosario, 8

Sevilla 41004

España

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ISBN: 978 - - 16658-08-4

ISBN eBook: 9781635035179

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© 2016 María Elena Marín Vélez

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María Elena Marín Vélez

La enfermedad de la mente

es...
el... “yo”

Es muy importante tener en cuenta que este libro es mejor leerlo despacio, sin sacar conclusiones.

Se ha escrito con palabras muy simples del común del diálogo de la gente corriente.

En este libro, no se dice qué está bien o qué está mal, por favor; esto tiene que quedar muy claro.

Al empezar a leerlo, parecerá que hay contradicciones, pero les aseguro que está escrito con claridad. Nos costará un poco leerlo, por la costumbre de la lectura tradicional, que da lugar a sacar conclusiones.

Se trata de ver algo tan sencillo, tan simple, que nosotros hemos perdido, perdido el momento presente. Por tanto, vamos deduciendo con creencias lo que tenemos que hacer o no hacer; y esto nos ha distraído de la vida que se vive en el momento.

Vamos solo a ver, a leer sin hacer nada. Por favor, solo ver y leer; nada más.

Este libro está escrito para la humanidad, es una manera de ver que la Vida se puede vivir muy simple, que cada uno tiene la necesidad de hacerse cargo de su propia vida con responsabilidad en todo instante.

Tienen que darse cuenta que este mundo no nos ayuda para ver con honestidad, con humildad..., porque hemos dado un significado a las palabras y las hemos traducido creyendo saber lo que estas palabras son.

El ambiente no nos ayuda, no pueden ayudarnos; ni la sociedad, ni la música, ni los deportes, ni las religiones, ni nuestros padres, hermanos y amigos... Sé que hablamos de la buena voluntad de la humanidad, y es verdad, pero este ver lo tenemos que hacer cada uno, no separándonos de nadie, no huyendo a lugares lejanos, no separando a las personas que decimos nos “hacen daño”. Si empezamos así, les aseguro que es otra forma de continuar con el mismo “yo”, el mismo “mí”.

Estas palabras no les van a sonar a muchos de los lectores, porque siempre estamos acostumbrados a pedir ayuda y no es frecuente oír que nos digan: QUEDÉSEN CON TODO LO QUE SIENTAN Y OBSERVEN SUS PENSAMIENTOS que son el problema. Es el pensamiento que está presente en cada momento; y no podemos hacer nada, solo observar y con esta observación se van desvaneciendo y es cuando vamos viendo más allá.

Tenemos una tarea muy importante con nosotros mismos. Cumplámosla, por favor.

Gracias.
Los Amo.

No queremos vernos en profundidad en nuestro interior (que es nuestro problema), nos parece que en ese ver (vemos que tenemos que hacer algo para solucionar nuestra situación) esa solución no nos es conveniente, pues según se ve (que nosotros salimos perdiendo, salimos perjudicados), tenemos que hacer un cambio en nuestra vida, ya sea superficial o radicalmente (este es el miedo que tenemos al cambio, a lo que pueda pasar), porque nuestro hábito está muy arraigado en nuestro diario vivir, por las creencias (sin posibilidad de salir). Estando habituados en esa situación insostenible, insoportable para nosotros. Preferimos aguantar con el engaño de tener una “esperanza” (solo es una palabra). Este es nuestro sufrimiento.

El cambio, lo tenemos que hacer nosotros, pues la palabra “esperanza” nunca podrá actuar.

Nos cuesta ver en profundidad. Nuestro cerebro está programado para solucionar problemas y en dicha programación, no puede hacer el cambio radical o profundo, pues se ha vuelto mecánico.

Miremos que nos encontramos en una situación diaria de periodos repetitivos, difíciles, donde decimos que tenemos que mejorar nuestra manera de vivir. Hacemos pequeños cambios como: “nos decimos que tenemos que alejarnos de la situación que nos está haciendo daño” (un cambio superficial).

Veamos un ejemplo: tengo una relación con una chica, en la cual nos llevamos fatal. Me encuentro agobiado con dicha relación, entonces le digo: “esta relación es inaguantable, es mejor alejarnos”. Me voy a vivir solo. Aunque paso algunos inconvenientes económicos, e incomodidades, no me afectan por el momento. Me siento motivado a continuar y haré lo que haga falta. Hasta ahí, todo va súper bien, pero... llega un día que todo sale al revés y me despiden del trabajo. La motivación, y todo lo que acompaña a esto, se viene abajo, encontrándome con mucho miedo para continuar solo. Entonces, ¿qué hago? Retrocedo y vuelvo a mirar atrás, y me digo a mí mismo (pienso): “no, mejor volver con mi vieja relación, pues la verdad es que veo un cambio en ella”. Creo ver un cambio (esto es lo que hace el miedo de continuar, para explorar la vida por uno mismo) en la persona y me sigo diciendo: “le ha servido el que yo me haya alejado” (auto engaño―por haberse presentado el despido del trabajo).

Este es el hábito o círculo vicioso que trascurre por mi vida, por muchos años. Así caigo en la penosa y rutinaria vida. Esto es lo que he llamado vida.

Parece que la fuerza o la energía que tenía se me ha agotado. Todo es por el miedo a continuar viviendo por mis propios medios, ya sean económicos o emocionales. Hasta ahí llegué.

El final..., ya ni lo escribo, pues este es muy conocido por nosotros, Seres Humanos.

No hemos querido, o no hemos visto, nuestro diario vivir en profundidad. No hemos comprendido el ver por nosotros mismos, el condicionamiento tan fuerte que nosotros mismos nos hemos hecho, por el miedo a hacernos cargo de nuestra propia vida, por querer vivir superficialmente (“felicidad”).

Dándonos cuenta que: nuestra vida es un hábito o un círculo repetitivo, vacío, rutinario; llega ese momento en querer un cambio ya.

Hay que ver.

Es, sí de verdad ¿vemos la vida que estamos llevando, tan conflictiva, y llena de problemas?

Pareciese no tener un fin. Viendo que en ocasione se soluciona algunos problemas, pero llegan muchos más.

Tenemos que ver con honestidad: Que Uno No Quiere Cambiar por el miedo a salirse del hábito, que, aunque uno se queje o se dé cuenta que es rutinario, se siente seguro en él.

El cambio nos genera tanto miedo que para nosotros es más fácil utilizar palabras como: la ESPERANZA, volviéndose esta palabra para nosotros un aliciente en nuestra vida, y acomodándonos a ella (sufriendo).

―Este sería el primer paso honestamente. Saber y darnos cuenta de este hábito que llevamos por muchos años.

―El segundo paso: cuando me doy cuenta que realmente mi vida ha trascurrido en este círculo repetitivo, ver cómo siempre quería cambiar.

―El tercer paso: me aferré al cambio y este me funcionó por algún tiempo, pero a la mínima de sufrir un percance, inmediatamente retrocedí, engañándome en una “esperanza”.

Siempre somos nosotros el problema.

Vamos empezando a encontrar el problema, ¡Qué no es otro que nosotros mismos!

Continuemos aclarándonos. Leamos la siguiente página.