Edición: Liliana Andrade
Diagramación de interiores: Viridiana Alvarado Cruz
Diseño de portada: Carolina Alvarado Hernández / Aurea Publicidad
Foto de la autora: Raúl Lomelí
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida en ninguna forma o por alguna razón, electrónica, mecánica, fotocopiada, grabada u otra, sin el permiso escrito del Autor. Sólo pueden ser usadas citas breves por los críticos.
La información en este libro está diseñada para impartir información para ayudar a los individuos a hacer cambios positivos en sus vidas. Las ideas presentadas no tienen el propósito de sustituir el cuidado médico o la asistencia psicológica.
© 2019, Laura Rodríguez
ISBN: 9781098300746
Agradecimientos
Mi inmensa gratitud a mis amados hijos, motores de mi vida, compañeros y maestros: Laura y Juan Carlos Niño Rodríguez.
A mis nietos, Derek, Sebastián, Patricio y Ana Sofía, mis grandes amores, con quienes camino por la vida, fuentes de inspiración y parte del motivo de este libro. Con ellos descubro a cada instante el enorme placer de vivir.
A dos personajes que entraron a mi historia con las manos llenas de amor: los padres de mis nietos, Ivette Núñez y Ramón Othón.
A mis padres, por el honor de haber sido su hija, por haber sembrado en mí la curiosidad y la creatividad, el amor a la ciencia, al arte y a la música, por su eterna compañía llena de amor y por todos los tesoros que me obsequiaron para caminar por la vida.
A mis hermanos, por haber ido de la mano junto conmigo aprendiendo de la vida, compañeros de historia, por haber experimentado grandiosos momentos.
A mis abuelos, importantes artífices de mi estructura, quienes me dejaron sus huellas con rutas de fuerza, inquietud, valentía y espíritu hacia los desafíos.
A mis amigos, colegas y compañeros de camino de quienes sólo he recibido enseñanzas, aliento, reconocimiento y amor.
A todos mis maestros con todo mi amor, quienes fincaron las bases de mi andar en el mundo.
A Serapio J. Marcano Duerto, espléndido y hermoso ser, sabio e inspirador de libertad y gozo, a quien amo y agradezco caminar a mi lado, nuestros espacios se han convertido en lo que siempre anhelé vivir con una pareja, con él río, paladeo la vida y recibo la riqueza maravillosa del Amor.
A Liliana Andrade, hermoso ser, muy capaz, con una apertura y formas sensibles y sutiles para captar mi esencia, siempre dispuesta a escucharme. En ella encontré un eco maravilloso para compartir mi dicha y dar forma al texto que al fin tenemos en la mano, mi sueño anhelado.
Mil gracias,
Laura Ros
Prólogo
En términos generales, la cultura —al menos la Occidental— vive en esta increíble ironía de miedos y resistencias al cambio, cuando el cambio y la permanencia son una certeza con la que convivimos desde nuestro nacimiento hasta nuestra trascendencia. Interactuamos con la vida invirtiendo una enorme cantidad de energía en resistirnos y defender lo indefendible e inevitable: cambiar.
En la vida, el paso del tiempo es un constante cambio, comúnmente imperceptible en la cotidianidad hasta que llega el momento en que la conciencia atrapa nuestra atención, nos abre los ojos y nos muestra, de golpe, el paso de los años. En ese momento comienza el malabarear de un sin fin de emociones, temores, duelos e incluso ignorancia surgida del cuestionamiento: ¿Y ahora qué hago conmigo?
El bajo nivel de conciencia con respecto al paso de la vida y cómo abrazar cada una de sus etapas desde el amor, la aceptación, el reconocimiento y la posibilidad, ha generado mucho sufrimiento en los seres humanos. Vivimos y sobrevivimos del paso del bebé de brazos al niño que ha de separarse de mamá, del niño de kínder que aprende a juegos al niño de primaria que aprende de exámenes y reglas y, bueno, ¡qué me dicen de la adolescencia! Esa etapa que tiene de cabeza a padres, maestros y terapeutas tratando de descifrar… De ahí, el adolescente pasa a los comienzos de la edad adulta, con mucha “educación académica” pero poca educación del corazón, se va a la calle a buscar su independencia… y bueno, de ahí, casarse (algo que tampoco se cultiva mucho en términos de conciencia, tener hijos (que se cultiva todavía menos), hasta llegar a lo que nos hizo encontrarnos a ti y a mí el día de hoy con estas letras: La vida después de los 60.
Si estás interesado en este libro, probablemente estás atravesando esta extraordinaria etapa de vida, o quizá te interese pues la sientes cerca o deseas acompañar desde un sitio empático a alguien más. Cualquiera que sea la razón, ¡te felicito! Pues este libro es una oportunidad de cultivar una percepción real y verdadera del llegar a la edad de la atemporalidad.
Quizá pienses que es real la soledad, las oportunidades caducas para las personas de más de 60, la enfermedad, la decadencia y muchas más características de esta etapa de vida, y aunque son “posibilidades”, este libro te llevará a poder vivir una etapa de edad madura desde la responsabilidad y la voluntad, pero sobre todo, de tomar en tus manos el poder de crear tu realidad a través del cultivo de ti mismo.
Despertar a la conciencia es despertar a la posibilidad de elegir aquello en qué creer, y si al momento has elegido ver y creer en la etapa de madurez después de los 60 como una etapa de decadencia, este libro te llevará a la extraordinaria oportunidad de elegir esa creencia en sólo una “posibilidad” pues a través de estas páginas, Laura te presenta el punto de vista de una posibilidad sumamente plena, que lejos de ser una invitación a la evasión, es una invitación a la naturaleza de la realidad. Lo natural en el plano de la existencia es que la vida nos ha ido llevando siempre a la evolución, es decir, el paso de los años no ha sido en vano, el paso de los años ha sido un tremendo cultivo para vivir en la conciencia de la atemporalidad y te permitirá cosechar una vida agradecida, sabia, plena y feliz.
Cada una de las propuestas de los capítulos que estás por saborear están llenas de pasión, de amor a la vida, pero también de sustento científico, pues la erradicación de la ignorancia y el conocimiento de lo que pasa en nosotros nos permite tomar el poder de prepararnos, hacer cambios positivos y abrazar amorosamente este momento de vida, para descubrir que si bien hay una etapa que termina, todo lo que termina, siempre, siempre, tiene una puerta abierta a un nuevo mundo de posibilidades y experiencias, y esto ¡siempre ha sido así a lo largo de tu vida! El problema es que invertimos tanto tiempo y energía viendo al pasado que nos perdemos de ver todo lo que nos está esperando.
Declarar nuestro corazón sin edad es declararnos en la etapa de la reconciliación con el pasado, de un estado profundo de gratitud a nosotros mismos por lo vivido, es elegir rescatar del pasado toda experiencia para reconocer el tesoro que vive en nuestro interior por cada día y cada año en esta vida, es cuidar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones de la misma forma y más que como cuidamos a tantos a lo largo de nuestra vida. Es regresarnos a nosotros mismos la atención que repartimos a tantos a lo largo de nuestra vida. Es sentarnos frente a frente con el amor, en calma y en paz, con una buena taza de café.
Y desde esta atemporalidad, deseo profundamente que a partir de hoy, declares al Universo con los brazos abiertos, Estoy iniciando la mejor etapa de mi vida, y que pongas al servicio de tu felicidad, cada momento de experiencia que guarde la memoria de tu corazón.
Honrando tu vida,
Infinitas bendiciones
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