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AGRADECIMIENTOS
A Mario Rolando, por sus hábitos de visión (“Quiero un libro tuyo”).
A Carolina Di Bella, por embellecer con sus hábitos de excelencia mis ideas.
A mis Padres, por sus ejemplares e inolvidables hábitos de trabajo.
A Flower, Sofi y Santi, por aprender con ellos y de ellos hábitos afectivos.
A Ricardo Melo, por diseñar juntos nuevos hábitos en el mundo del desarrollo personal.
A Emilio Salas, por construir con hábitos de amistad una hermandad.
A todos y cada uno de los que a lo largo de estos años me vieron confiable para compartirme sus hábitos de vida.
Recuerda: no decidimos nuestro futuro, decidimos nuestros hábitos y son ellos los que diseñan nuestro futuro.
Hábito 1
Dar un paso por vez
¡Ah ! Lo olvidaba: el ascensor al éxito está descompuesto; deberás usar los escalones: da un paso por vez.
“Si puedes soñarlo, puedes lograrlo”.
WALT DISNEY
No hay persona que se sienta más vacía e insatisfecha que aquella que solo tiene su presente. El mejor regalo que puedes hacerte es activar los sueños que hay en tu espíritu.
Un sueño es una fotografía del futuro, una imagen mental de algún área de tu vida (salud, familia, trabajo, finanzas).
Como toda imagen, tú puedes elegir tu reacción frente a ella: decide creer que puedes lograrlo.
Los sueños son importantes porque según como ves tu futuro, vives tu presente. Cuando imaginas un futuro de posibilidades, comienzas a actuar en el hoy.
Cuando te conectas con tus sueños, cambia tu emocionalidad; tu corporalidad expresa entusiasmo y energía. Tus imágenes mentales se convierten en tu realidad, e impactan sobre tu pensamiento y tu forma de vivir.
Vivir conectado con los sueños despierta el poder de mantenerse enfocado en las metas deseadas. ¿Por qué? Porque cuando visualizas, materializas. Visualizar lo que quieres ser, tener o hacer, te acerca a esos objetivos. ¿Quieres poner un negocio? Comienza pensando lo diferente que será tu vida cuando lo tengas; mírate vendiendo, cobrando, relajado, feliz, dueño de tu tiempo, viajando.
El logro de tus objetivos irá ocurriendo en la medida en que estés dando los pasos en la dirección correcta. El primer paso para construir tu futuro es no conformarte con tu presente; tu comodidad presente puede ser el mayor enemigo de tu futuro. Deja de mirar lo que tienes para comenzar a mirar lo que quieres tener.
Es tu responsabilidad decidir qué es lo que quieres en cada una de esas áreas. Eso que quieres que suceda debe ser claro, conciso y medible. Luego elabora un plan de acción. Un plan es un mapa que te lleva de tu presente a tu futuro. Es el ‘cómo’: ¿cómo vas a llegar a cumplir esa meta? Un plan contiene los pasos a seguir y las tareas a realizar.
Mantén el foco siempre. Recuerda que tu foco determina tus sentimientos. Empapela tu ambiente con imágenes, cuadros, notas, porque aquello que observes continuamente te alimenta. Hazlo con frecuencia: visualiza continuamente los resultados que quieres; con vivacidad, con energía y vigor. Esto se logra cuando le transmites tu vida y tus sentimientos a esas imágenes.
Como tu subconsciente no es capaz de discriminar entre una experiencia real y una imaginada, cada vez que visualizas algo, tu subconsciente lo acepta y almacena. Cada vez que lo recuerdas, te programas para repetirla. Eso significa que si la experiencia ha sido positiva y piensas en ella una y otra vez, te estás programando para repetirla. Pero, ¡cuidado!, porque lo mismo ocurre con las experiencias negativas.
Tu sueño demandará algunos cambios. Un cambio puede implicar dolor en el presente, pero ganancia en el futuro. Si estás dispuesto a cambiar, el dolor se transforma en positivo:
• Cambios en tu manera de hablar: reemplaza palabras improductivas por palabras de fe; deja de hablar de lo que no quieres, para hablar de lo que sí quieres. Tu espíritu y tu cuerpo responden a tus palabras.
• Cambios en tus acciones: reemplaza actividades que no te hacen sentir bien ni te generan satisfacción, que te hacen perder tiempo, energía o dinero, por aquellas que te apasionan, te suman y multiplican. No puedes quejarte de aquello que permites.
• Cambios en lo que sueñas: no te culpes ni amargues con aquellos sueños que no alcanzaste. Abandona los sueños viejos, no seas testarudo y quieras conservar algo que ya no te sirve. Debes saber reconocer las temporadas.
•Cambios en tu entorno: puedes estar viviendo tiempos excelentes con relaciones equivocadas. Así como no emprendes sueños ajenos, tampoco debes pretender que los demás emprendan tu sueño. Los que no ven lo que ves, obviamente no sentirán lo que sientes. No tienen por qué ver lo mismo que ves, pero sí tienen que respetarte.
Quienes estén en desacuerdo con tus metas, estarán en desacuerdo con tus decisiones.
¿No te respetan? No derroches energía en la gente equivocada. Debes ser selectivo con tu entorno. Es imposible que los que te rodean no te juzguen. Pero de todos los juicios, el más importante es el que tú hagas de tu propia persona.
Recuerda…
• El yunque dura más que el martillo.
• Los que alcanzan sus sueños no se han dejado vencer por las circunstancias, por sus oponentes o por las críticas. Fueron constantes.
• Los obstáculos solo logran que llegues un poco más tarde a destino, pero nunca deben hacerte abandonar tu esfuerzo por ser cada día un poco mejor, por hacer cada día un poco más.
• Toda acción que emprendas requiere de constancia; no será efectiva si es ocasional o temporal. Necesitas mantenerla en el tiempo.
• Si no te mantienes firme en tu pensamiento y en tu acción, volverás al punto cero.
Hoy voy a darme permiso para soñar
Usa estas páginas para llevar un registro de tu nuevo hábito. Puedes inspirarte con las preguntas, responderlas si quieres, escribir tus comentarios, observaciones, dudas. Recuerda que a partir de hoy comenzarás a ejercitar este hábito hasta convertirlo en un aspecto esencial de tu forma de caminar.
•¿Cómo quisiera verme dentro de cinco años?
•¿Qué tipo de persona me gustaría ser?