La doctora Magda Carlas nos presenta un sencillo manual con hábitos para incorporar a nuestro día a día y conseguir perder esos kilos de más. Numerosos estudios demuestran que las dietas no funcionan, es mucho más importante llevar una vida saludable cada día, aprendiendo que la clave está en saber ser flexible, evitando la radicalidad en la dieta, algo que puede ser contraproducente.
En este libro aprenderemos a autoexplorar y analizar nuestros hábitos, descubriremos aquello que hacemos mal y obtendremos las herramientas necesarias para incorporar pequeños cambios en nuestro día para mejorar nuestro peso y nuestra salud.
INTRODUCCIÓN
1. El sobrepeso: un problema «in crescendo»
Hay que reconocerlo: el problema del sobrepeso nos sobrepasa. Y desde varios frentes. Uno es que, a pesar de estar en la época en la que más información se da al respecto y más pedagogía se intenta transmitir, las cifras de sobrepeso y obesidad no paran de aumentar. Las escuelas están introduciendo, por fin, la dietética —lo que significa que los menús escolares se cuidan—, los productos sanos están de moda, los restaurantes hablan de calorías y, en definitiva, el tema de la alimentación sana está cada vez más presente. No solo eso. Cada vez hay más acciones por parte de la administración, en todos los ámbitos, para paliar el sobrepeso. Desde noviembre de 2018, por ejemplo, en este país se ha decidido adquirir una sistemática de etiquetaje en los alimentos (nutriscore) para que los consumidores puedan escogerlos con más criterio (https://www.aecoc.es/articulos/claves-para-entender-el-etiquetado-nutriscore).
Además, se ha pactado con la industria alimentaria rebajar las dosis de azúcar y grasa de los alimentos; aun así, las tasas de sobrepeso no disminuyen. Todas estas «medidas» son insuficientes.
Otro aspecto importante es que, desde hace muchísimos años, en todos los medios de comunicación el sobrepeso se ha convertido en un tema recurrente, podríamos decir que hasta casi agobiante. Es seguramente el tema más popular dentro del universo de la nutrición y uno de los problemas sanitarios que más interés suscitan. Tanto es así que se llega a veces a la frivolización más absoluta de algo que es realmente serio. La cantidad de teorías, dietas, normas y similares que surgen cada año, en muchas ocasiones sin la más mínima base científica, para tratar el sobrepeso nos demuestra que es un tema que no controlamos. El sobrepeso y la obesidad no son problemas estéticos, son problemas de salud. Y son problemas no resueltos.
Esta es la gran paradoja: grandes titulares que hablan del sobrepeso que conviven al unísono con un incesante aumento del exceso de peso. Es evidente que no existe, por el momento, una solución fácil.
En realidad, no solo es un fenómeno que ocurre en este país. La obesidad es la enfermedad cardiometabólica más prevalente del mundo. En España más de un 55% de la población tiene problemas de peso. Hay estudios que predicen que en 2030 el 30% de la población española será obesa. Y, lo que es peor, la obesidad infantil no para de crecer. Según el estudio ENPE (Encuesta Nutricional de la Población Española), realizado entre mayo 2014 y mayo 2015, la obesidad en personas menores de 25 años en España ha aumentado un 3,5% en los últimos dieciocho años. ¿Qué es lo que pasa realmente?
Hay múltiples teorías al respecto, pero es evidente que no hay una certeza. Por supuesto, la dieta tiene un papel fundamental, pero también se habla de disruptores metabólicos (sustancias de origen externo que alterarían el funcionamiento normal del metabolismo), de exceso de sedentarismo, de genética, de contaminantes, de problemas en la microbiota (flora) intestinal... El sobrepeso y la obesidad no dependen únicamente de la dieta, pero obviamente supone un punto clave.
Es por ello por lo que año tras año surgen en el mercado cientos de dietas de lo más variopintas. Desde las más equilibradas a las más absurdas, pasando por alimentos milagro, superalimentos, bebidas desintoxicantes, menús depurativos y la más amplia gama de remedios adelgazantes. Pero incluso así, con tanto arsenal adelgazante, no solo no se ha logrado acabar con este problema, sino que ni siquiera se ha conseguido mejorar. Por desgracia, la eficacia de las dietas es muy limitada y hay multitud de estudios que así lo indican.
En general, los científicos están de acuerdo en que hay que abordar el tema del sobrepeso de una manera global. ¿Con dieta? Sí, pero también con actividad física, con un control del entorno, con tener en cuenta el aspecto psicológico o con cuidar los hábitos de vida, entre otros factores. Los kilos no solo son cuestión de dieta. Y cuando hay un sobrepeso u obesidad claros, es siempre un profesional quien debe saber manejar todo lo anterior. Desde luego, es un profesional quien debe instaurar la posible dieta, si es que es necesario.
2. ¿Quién tiene que perder peso?
En principio, la respuesta a esta pregunta es «toda persona que no tenga un peso sano». Es decir, quien tenga un peso que indique que hay más grasa corporal de la que sería deseable para mantener su salud en perfecto estado. Porque no hay que olvidar que el problema del sobrepeso es el exceso de grasa.
Aunque parezca sencillo, no siempre es fácil saber si se tiene que adelgazar o no. De entrada, porque es difícil saber qué cantidad de grasa tenemos realmente. El IMC (índice de masa corporal) solo tiene en cuenta el peso. Por lo que es posible que mucha gente con un IMC superior a 25, pero con una gran masa muscular, por ejemplo, no tengan una dosis de grasa superior a la deseable. De la misma manera, también es posible que una persona de más de 65 años con un IMC de 25 tenga más grasa de la deseable.
Claro, es evidente que cuando nuestro IMC es superior a 26 y va aumentando, hay que bajar peso, y que hay que hacerlo de manera urgente cuando el IMC es superior a 30. Ahora bien, también se puede tener un peso más o menos sano y haber aumentado repentinamente en poco tiempo unos kilos, por ejemplo. Eso sí, sería deseable ver cuál ha sido la causa de ese incremento e intentar recuperar el peso anterior.
En ocasiones, aunque solo haya un ligerísimo sobrepeso, será recomendable adelgazar para mejorar algunas enfermedades. Este es el caso, por ejemplo, de quien debe adelgazar aun teniendo un peso por debajo de 26 de IMC, porque tiene un grave problema óseo en la columna vertebral, en la cadera, en la rodilla,