Sebastián Bortnik
GUÍA PARA LA CRIANZA EN UN MUNDO DIGITAL
Cómo educar para un uso sano y seguro de la tecnología
Bortnik, Sebastián
Guía para la crianza en un mundo digital.- 1ª ed.- Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2020.
Libro digital, EPUB.- (Educación que aprende / dirigida por Melina Furman)
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-801-040-3
1. Educación no Formal. 2. Bullying. 3. Redes Sociales. I. Título.
CDD 649.1024
© 2020, Siglo Veintiuno Editores Argentina S.A.
Diseño de colección y de cubierta: Pablo Font
Digitalización: Departamento de Producción Editorial de Siglo XXI Editores Argentina
Primera edición en formato digital: diciembre de 2020
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
ISBN edición digital (ePub): 978-987-801-040-3
Este libro (y esta colección)
No va el faro hacia el navío para rescatarlo, pero ofrece su luz. El navegante en la noche ve esa luz, y se sabe acompañado. Ya no tiene miedo. A partir de ese punto luminoso, con su propio velamen, timón y maquinaria, emprende el derrotero hacia su destino.
Miguel Espeche, Criar sin miedo
¿A qué edad les doy un celular a mis hijos? ¿Cómo hago para que no estén todo el día conectados? ¿Cómo promover un uso creativo de la tecnología? Si no tienen celular, ¿se van a quedar afuera de la vida social con sus amigos? ¿Aprenden algo jugando con los videojuegos en red? ¿Es cierto que son adictivos? ¿Tengo que tener su contraseña en las redes sociales? ¿Qué hago para ayudarlos a mantenerse seguros en el mundo digital?
Estas son algunas de las muchísimas preguntas que madres, padres y docentes nos hacemos en estos días y para las que no siempre tenemos respuesta. Porque como generación, nos toca el desafío de acompañar a nuestros hijos e hijas en sus primeros pasos en el mundo digital. Y aquí el reto es único, porque se trata de un mundo que también es nuevo para nosotros. Un mundo que, además, está cambiando y expandiéndose continuamente. Que nos maravilla pero también, a veces, nos asusta y nos llena de incertidumbre.
Recuerdo cuando mis padres combatían contra el exceso de televisión, ese “chupete electrónico” con el que podíamos pasar horas y horas “enchufados” frente a la pantalla. Me acuerdo de mis padres y otros adultos tratando de poner límites al “tiempo de tele” y buscando alternativas de juegos y salidas para el tiempo libre. Creo que la analogía vale para pensar algunos de nuestros dilemas hoy, aunque a la distancia luce como una preocupación inocente, especialmente porque cuando éramos chicos había pocos canales y muchas menos horas de programación para niños que ahora. Y porque el mundo digital no solo es ubicuo, sino que abre una posibilidad que la tele no tenía y hasta hace poco tiempo era impensada: la de interactuar con otros.
Fenómenos que existieron desde siempre como el bullying (acoso) o el grooming (el engaño por parte de un adulto a un menor con fines sexuales) se amplifican y cobran nuevos sentidos en el mundo digital. Pero también las tecnologías digitales nos dan nuevas herramientas para crear y estar con otros que hasta hace poco no hubiésemos imaginado. Tenemos nuevas alas poderosas, pero para usarlas hay que aprender a volar.
Por eso, nuestro desafío hoy es acompañar a los chicos para que puedan desarrollar su autonomía como ciudadanos plenos en el mundo digital. Y eso implica estar presentes en la infancia y, de otras maneras, en la adolescencia, ayudándolos a elaborar criterios propios para elegir, cuidarse, aprender a usar su tiempo y, en suma, crecer en libertad.
En ese camino, esta Guía para la crianza en un mundo digital es una maravillosa brújula que nos ayuda a orientarnos y tomar decisiones desde el conocimiento y la reflexión. A partir de su experiencia como educador y experto en seguridad informática, Sebastián Bortnik nos propone un recorrido que combina aportes de expertos, testimonios de familias, niños y jóvenes, estudios académicos y reflexiones personales. Nos presenta información rigurosa y actualizada para pensar con más claridad sobre temas en los que no somos expertos y que inciden en nuestra vida cotidiana. Nos invita a hacernos preguntas y a seguir aprendiendo de la mano de nuestros hijos.
La gran premisa de este libro es que, como en tantos otros aspectos de la crianza y la educación, la clave es generar vínculos profundos y amorosos con los chicos desde el diálogo y el encuentro. Se trata, ni más ni menos, de estar cerca, buscando alternativas, pensando soluciones y estableciendo acuerdos en un marco de confianza y cariño que los ayude a construir los cimientos para recorrer su propio camino de vida.
Este libro forma parte de la colección “Educación que aprende”, pensada para todos aquellos involucrados en la fascinante tarea de educar. Confluyen aquí reflexiones teóricas y aportes de la investigación pero también ejemplos y orientaciones para guiar la práctica. Porque la educación ha sido, desde sus inicios, un terreno de exploración y búsqueda permanente que se renueva con cada generación de educadores, niños y jóvenes. Y porque, para educar, tenemos que seguir aprendiendo siempre.
Melina Furman
A mi viejo, el Bocha, que ya se fue.
A mi hijo, Gino, que recién llegó.
Agradecimientos
He leído muchos libros a lo largo de mi vida, y todos los autores agradecen a su familia. No fue hasta que pasé por el proceso de escribir un libro que entendí lo gigante que debe ser la contención en el hogar para poder atravesar este hermoso desafío. A Belu Rey, mi compañera, mi consejera. No solo por el aguante de cada noche en que te fuiste a acostar sola mientras yo escribía, cada fin de semana que dediqué al libro, sino por tu constante escucha y valiosas opiniones. Gracias por estar siempre ahí, por acompañarme en cada locura que emprendo, y por hacerlo con tanto tanto amor. Y fundamentalmente, por ser la guerrera contra el síndrome del impostor, la que me dio la respuesta que necesitaba cuando quería escribir este libro, pero creía que “a nadie le iba a interesar”.
A mi vieja, que me contagió de muy pequeño el amor por las computadoras. Y a mi hermano, los dos me motivan a perseguir mis sueños y mi pasión.
A mi abuelo Héctor y mi abuela Norma, que me dejaron “tomar libros prestados” de su biblioteca durante mi adolescencia.
A mis amigos del alma. A Juli Kotli, una de las personas que me inspiró en la adolescencia para enamorarme de los libros, y mi lector ideal (aunque este libro habría sido mejor si hubiera aprovechado todo tu feedback). Al Cacu y a Sami, que me acompañaron en una etapa tan importante de mi vida.
A Carlos Díaz, Marisa García y todo el equipo de Siglo XXI. Me siento un privilegiado por publicar en una editorial que leí y admiré por tantos años. Y especialmente a Yamila Sevilla, que me acompañó como editora en todo el proceso. Tu escucha, guía y paciencia han sido muy importantes todos estos meses.
A Melina Furman, quien confió en la idea desde el principio, aceptó sumarme a la colección y me acompañó en todo el proceso. Es un honor ser publicado bajo tu dirección.
A Meli (otra vez) y a Gerry Garbulsky, grandes responsables de que 2015 haya sido un año bisagra en mi vida, cuando me enseñaron que podía “levantar la mano un poquito más alto”.
A todas las personas que me dieron entrevistas y compartieron testimonios y opiniones: Meki Werner, Daniel Monastersky, Diana Tori, Romina Fiadaron, María Laura Rodríguez, Nicolás Cacchiarelli, Silvia Ongini, Fátima Noriega, Marcela Czarny, Cecilia Calos, Juan Sklar, Leandro Swietarski, María Zysman, Lucrecia Morgan, Candelaria Irazusta, Horacio Azzolin, Daniela Dupuy y Axel Rivas.
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