A. Colombo
LA SIEMBRA
DE FLORES
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Traducción de Gustau Raluy Bruguera.
Fotografías del autor salvo donde se indica otra procedencia.
Dibujos de M. Maganzini.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2018
© [2018] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-64461-619-2
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
ÍNDICE
I NTRODUCCIÓN
La reproducción por semillas es casi exclusivamente la única forma que tienen las plantas para reproducirse en la naturaleza. Los otros métodos —esquejes, injertos, amugronamiento, acodos y división— los ideó el hombre para acelerar el proceso de multiplicación y obtener así grandes cantidades de una misma especie de planta. La multiplicación por semillas es la reproducción sexual de los individuos, la única en la que los genes de dos padres se combinan, lo que hace posible la variabilidad genética.
En el colegio, todos hemos realizado experimentos con semillas: las hemos envuelto en algodón húmedo para hacerlas germinar, y también las hemos cortado en diferentes secciones para observar el embrión de la planta.
Las páginas que vienen a continuación están dirigidas a todos aquellos que desean profundizar sus conocimientos sobre las semillas y crear las condiciones para que puedan germinar y desarrollarse de la mejor manera posible.
Un recurso muy valioso
Las semillas de las plantas constituyen un recurso para el hombre desde tiempos remotos: se utilizan, lógicamente, para la reproducción de las plantas, pero también en la alimentación, humana y de los animales, y en la industria.
Así, por ejemplo, algunas fibras textiles se obtienen de ciertas semillas tal cual, sin que sea necesario trabajarlas. Es el caso del algodón, o de ciertas vainas que contienen semillas, como las de Ceiba pentandra , de donde se obtiene el kapok , que se utiliza como relleno de algunas prendas. De las semillas del lino y la colza se extraen aceites industriales, y a partir de las semillas del maíz, el girasol o el sésamo se elaboran aceites alimentarios. Los residuos de semillas oleaginosas y de otras semillas que no interesan para la conserva (por ejemplo, las pepitas del tomat e) componen parte de los alimen tos para animales. En la alimentación humana se utilizan principalmente semillas de cereales y de muchas leguminosas, las nueces y las avellanas. Las semillas reservadas a la alimentación animal son las bellotas y los fabucos. También son comestibles las semillas de algunas plantas ornamentales.
Semilleros con diferentes especies ornamentales
P RINCIPIOS DE LA MULTIPLICACIÓN POR SEMILLAS
Reproducción sexual
La base de la reproducción sexual (gámica) de las plantas es la meiosis celular, que es el estadio esencial de la formación de las células reproductoras. En el curso de la meiosis, el patrimonio genético de los padres queda reducido a la mitad por la separación de los genes homólogos de cada una de las parejas de cromosomas; así, una célula de polen (masculina) o un oocito (femenina) contienen sólo la mitad del patrimonio genético de su progenitor. Al término de este proceso se forma un huevo maduro, que podrá ser fecundado y dar una semilla. La fecundación se produce gracias a la polinización, por obra del viento, de los animales (insectos, pájaros...) o del hombre. Esta se realiza casi siempre entre plantas de la misma especie, más raramente entre plantas del mismo género y casi nunca entre plantas de géneros diferentes. A través de la fecundación, los genes de las plantas, contenidos en los gametos, forman una nueva combinación. Un carácter únicamente se encontrará con toda seguridad en los descendientes si los padres son homocigóticos en un carácter determinado; si no es así, que es lo que pasa la mayor parte de las veces, es decir, si los padres son heterocigóticos o genéticamente diferentes en un carácter determinado, su descendencia podrá manifestar este carácter de forma distinta según la manera en que se han combinado los genes y según sea el carácter dominante o recesivo.
Los individuos provenientes de la unión de plantas de la misma especie pero que tienen caracteres diferentes, o los que provienen de especies diferentes del mismo género, se denominan híbridos. Los híbridos con padres de la misma especie (híbridos interespecíficos) generalmente son fértiles, mientras que los híbridos de especies diferentes del mismo género (híbridos intergenéricos) suelen ser estériles. Por consiguiente, la reproducción por semilla, que es la reproducción sexual por excelencia, permite que los padres transmitan a su descendencia infinitas variables del genotipo. En el plano estético, las plantas hijas pueden parecerse más o menos a uno u otro progenitor. Cuando, gracias a esta variabilidad, las plantas nuevas presentan unas características totalmente diferentes de los padres, se obtiene una nueva variedad.
Las variedades nuevas pueden aparecer en la naturaleza o creadas por el hombre por hibridación, en cuyo caso reciben el nombre de cultivar (del inglés cultivated variety). Pero si quisiera diseminarse esta nueva variedad (este cultivar), no podría recurrirse a la reproducción sexual y utilizar las semillas (a excepción de los híbridos de primera generación provenientes de líneas puras: véase el párrafo sobre la creación de híbridos), sino que debería emplearse la multiplicación vegetativa (esquejes, injertos, acodos, amugronamiento, etc.). El origen de este proceso no es la meiosis, sino la mitosis.
La mitosis es el modelo usual de división de célula viva que asegura el mantenimiento del mismo número de cromosomas. En la mitosis, los cromosomas se reproducen dividiéndose longitudinalmente, pero no se combinan; por lo tanto, el patrimonio genético de la planta progenitora, con todas sus características estéticas y morfológicas, se transmite en su totalidad a las células hijas.
Plantas provenientes de semillas de brezo ya seleccionadas por los «hibridadores». A partir de estas plantas se eligen nuevos
Página siguiente