Pierrick Le Jardinier
E legir, cultivar y conservar las
Plantas
aromáticas
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Agradecemos muy especialmente a Graines Baumaux y a Établissementas Taugourdeau lasfotografías que nos han cedido para esta obra.
Fotografías de la cubierta de ©Jardiathèque/D.R.
Traducción deRosa Martínez Alfaro.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2018
© [2018] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-64461-608-6
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Índice
Introducción
A Swanahilde, que me apoyó fielmente
durante la redacción de este manuscrito…
Muchas recetas de cocina utilizan hierbas aromáticas frescas como el perejil, el tomillo, la melisa, la salvia, la ajedrea, el romero, etc. Ahora bien, las hierbas aromáticas que se compran en el mercado o en las grandes superficies han dejado de ser frescas, pues han transcurrido muchos días desde que fueron cosechadas. Es evidente que pueden utilizarse las hierbas aromáticas secas o en polvo, pero ya han perdido parte de su sabor y sus vitaminas. De ahí la idea de escribir este libro, para sugerir al lector la mejor solución para que tenga plantas aromáticas frescas al alcance de la mano: cultivándolas en casa.
No debe pensarse que este libro está dirigido exclusivamente a los propietarios de grandes jardines. Al avanzar en su lectura, se observará que el simple alféizar de una ventana o un minúsculo balcón son suficientes para dedicarse al cultivo de estas joyas de la fitoaromacultura. También es cierto que aunque uno disponga de un pequeño huerto, seguro que ahorra dinero disponiendo las macetas de sus plantas aromáticas cerca de la ventana de la cocina.
Este libro no pretende ser un censo de todas las plantas aromáticas existentes. Se ha realizado una selección de veinticinco especies, las suficientes para que disfruten las papilas gustativas. Más vale entregarse al cultivo de pocas especies y conocer a la perfección sus exigencias, pues como dice el refrán, «quien mucho abarca, poco aprieta». Para iniciarse en un primer año de cultivo, existe libertad a la hora de elegir las plantas que se deseen. La colección de plantas aromáticas puede ir aumentando año tras año en función de los éxitos que se obtengan y de los sabores que más agraden.
En la primera parte de esta guía aparecen muchos consejos referentes al sembrado, la plantación, el mantenimiento, el tamaño, los métodos biológicos de lucha contra las enfermedades y parásitos, la fertilización natural, la multiplicación, la cosecha y la conservación.
En la segunda parte se desarrollan las fichas de las plantas indispensables para elaborar platos e infusiones: nombre, descripción, periodo de siembra, preferencias de suelos y de exposición solar, uso, multiplicación, periodo de recogida, etc.
Para finalizar, en la tercera parte aparecen algunas recetas de cocina fáciles de elaborar que permitirán explotar al máximo los múltiples sabores de las plantas aromáticas que se habrán aprendido a cultivar, mantener y cuidar a lo largo del libro. No obstante, si existe alguna duda sobre la identificación o el empleo de una planta aromática, no debe dudarse en pedir la opinión de un farmacéutico.
Algunos consejos para el cultivo de las plantas aromáticas
Lavanda y romero.© P. Fernandes/L’Ami des jardins
De la preparación del suelo a la plantación
Como se irá comprobando a medida que se avance en la lectura de este libro, hacer que crezcan la mayoría de las plantas aromáticas es fácil, salvo raras excepciones. En realidad, se trata de plantas que pueden confiarse a los jardineros principiantes de todas las edades. La mayoría de las especies prefieren una exposición bastante soleada, lo que se asemeja al monte bajo donde crecen en estado salvaje. El sol es necesario para que produzcan el máximo de su esencia aromática, aunque algunas especies se conforman con una exposición semisoleada, como el perejil, por ejemplo. En cuanto al suelo, suelen adaptarse mejor, por lo general, a una tierra ligeramente alcalina, rica en humus y sin agua estancada. En condiciones extremas, tolerarán mejor una tierra seca que un suelo demasiado húmedo, pues este último puede causar la putrefacción de las raíces. La preparación del suelo antes de la siembra es muy importante. Tiene como objetivo prepararlo y mullirlo suprimiendo las piedras y las raíces de las malas hierbas. No debe creerse que saltarse esta etapa ahorra tiempo, ya que posteriormente nos tendremos que pasar obligatoriamente mucho tiempo quitando la hierba a mano. ¡Tratar químicamente las plantas que se pretenden utilizar para consumir sería una aberración! (Este no es el mismo caso que el de las especies que se venden secas o en polvo en las grandes superficies, puesto que la mayoría de las veces proceden de cultivos industriales que han sido tratados con una gran cantidad de herbicidas: asulam, fenolaxina, monalida, linurón, prometrina, lenacil, fenmedifam, etc., sin hablar de los productos perjudiciales que facilitan la recogida por medio de máquinas). Precisamente por esta razón, uno elige cultivar sin pesticidas ni abonos químicos sus propias plantas aromáticas. En cualquier caso, hay que asegurarse de que las plantas que se compran en una floristería o en un mercado no hayan sido tratadas químicamente. Hay que evitar las compras de plantas aromáticas en grandes superficies, porque a menudo han crecido en invernaderos y no sobreviven más de unas semanas fuera de ellos. Otra manera de encontrar plantas aromáticas robustas y sanas puede consistir en buscar en los mercados populares o en las fiestas de plantas que celebran los productores de la región. Habría que preguntarles si practican agricultura biológica y cuáles son los productos que utilizan para tratar sus cultivos. Si se tienen dudas, es aconsejable ir a visitar sus plantaciones. Si trabajan «limpiamente», utilizando sólo fertilizantes orgánicos y tratamientos naturales, os las enseñarán y os recibirán encantados.
La preparación del suelo
El cultivo de las plantas aromáticas se asemeja al de las verduras y necesita una buena preparación del suelo. Hay que empezar arando el suelo para airearlo e incorporar el estiércol bien descompuesto o el compost, que deberá aplicarse sobre el suelo en una capa fina y regular antes de labrar. La época ideal para hacerlo es el otoño, ya que permite que los grandes terrones de tierra exploten bajo la acción del frío y que el abono orgánico se asimile mejor. Si no se dispone de arado, se puede utilizar una motobobinadora. En su defecto, una pala o una horca de cavar serían suficientes. A continuación, hay que pensar en pasar un rastrillo para eliminar las piedras y las raíces de las malas hierbas y mullir la tierra. La profundidad del labrado dependerá de la tierra arable del huerto que se tenga: máximo 20 cm. Algunos jardineros perfeccionistas practican posteriormente la nivelación del suelo, pero no es indispensable, las plantas aromáticas están acostumbradas a la vida dura del monte. En lo que respecta a la exposición al sol, no debe creerse que a todas las plantas aromáticas les gusta estar a pleno sol. La mayoría, originarias de países mediterráneos, como la salvia, la lavanda, el tomillo, el serpol o el romero, requieren un clima suave y una fuerte exposición al sol. Pero hay excepciones, es decir, hay plantas que prefieren una exposición semisoleada, como por ejemplo el perifollo, la menta o el perejil. Pida información al vendedor o lea con mucha atención los cuidados que necesitan las plantas en las fichas que acompañan a las semillas que se compran.
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