Florence Desachy
LOS TRASTORNOS
DEL
COMPORTAMIENTO
EN EL PERRO
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
ADVERTENCIA
Este libro es sólo una guía introductoria de la raza. Para criar un perro es necesario conocer a fondo su temperamento y tener nociones generales de psicología y comportamiento animal, que no están contenidas en la presente obra. Se advierte que si se orienta mal a un perro, este puede ser peligroso.
Por otra parte se recuerda que, lógicamente, sólo un profesional acreditado puede adiestrar a un perro y que cualquier intento de hacerlo por cuenta propia constituye un grave error. Es obvio que bajo ningún concepto debe permitirse que los niños jueguen con un perro si el propietario no está presente.
Traducción de Gustau Raluy Bruguera.
Dibujos de Julienne Establet.
Fotografía de la cubierta de © Francais/Cogis.
Todas las fotografías son del autor, excepto donde se indica lo contrario.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
© [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-119-4
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Índice
Prólogo
El desarrollo del cachorro tiene una influencia primordial en su comportamiento futuro. Más adelante, el equilibrio psicológico dependerá de su educación, del tipo de vida y de la medida en la que su dueño respete sus necesidades vitales.
El respeto por parte del cachorro de la posición del dueño desde el punto de vista jerárquico, así como el respeto de las reglas de educación, son las bases indispensables para la prevención de trastornos del comportamiento en el perro adulto.
El problema que más temen los propietarios de un perro es la agresividad, que se expresa mordiendo y cuyas consecuencias se agravan cuando la víctima es un niño.
El perro mordedor «de nacimiento» no existe, o es un caso muy excepcional. En cambio, un perro que no haya entendido que él no es el jefe de la manada morderá de forma natural.
Los trastornos de comportamiento son difíciles de reeducar, tal como se demuestra todos los días en los consultorios de los especialistas.
Didier Rouzeyrol
Veterinario
La madre sabe instintivamente lo que debe hacer con sus pequeños... (Fotografía de P. Visintini)
Introducción
...pero el hombre a veces no sabe cómo hay que tratar a los cachorros. (Fotografía de P. Visintini)
Para valorar la normalidad del comportamiento de un cachorro es imprescindible conocer las etapas por las que transcurre su desarrollo.
Las causas de los trastornos del comportamiento pueden ser desórdenes en el entorno del cachorro o traumas sufridos en los primeros días de vida.
En efecto, muchos trastornos se originan en los primeros instantes de la vida del animal. Este debe pasar por una serie de etapas indispensables para su equilibrio. En estado natural, la madre sabe instintivamente lo que conviene hacer, sabe en qué momento el cachorro necesita protección o cuándo hay que rechazarlo. El pequeño, poco a poco, adquiere autonomía, y la madre le da las bases necesarias para sobrevivir. Cuando interviene el hombre, puede hacerlo mejor o peor. Si la persona que cría el cachorro desde que nace no conoce los estadios por los que este tiene que pasar puede destruir determinadas relaciones, dando origen a las consiguientes alteraciones.
No podemos referirnos a los trastornos del comportamiento sin tratar antes el desarrollo del cachorro, tema que será objeto de la primera parte del libro.
¿En qué proporción se dan comportamientos innatos y comportamientos adquiridos? La respuesta no es fácil. Es evidente que el propietario no puede modificar una predisposición genética, pero sí puede saber la influencia ejercida por el medio exterior en las diferentes etapas del desarrollo del cachorro.
La socialización y la jerarquización son dos conceptos fundamentales para el establecimiento de un sistema válido de comunicación del perro con sus congéneres y con el hombre. La comunicación es para todos la base de una vida social equilibrada. La socialización y la comunicación puestas al servicio de la educación permiten obtener un perro de calidad. El secreto de un perro equilibrado reside precisamente en estas bases, que constituyen el único secreto para la prevención de comportamientos indeseados.
Un perro no puede ser equilibrado si no ve satisfechas sus necesidades psicológicas y físicas. ¿Cómo lograrlo? Sabiendo cuáles son las etapas del desarrollo del cachorro y conociendo sus miedos.
El nacimiento, la vida junto a la madre y el resto de la camada, la integración en la nueva familia y el establecimiento de nuevas relaciones son circunstancias que el cachorro va a experimentar inevitablemente. El amo debe estar a su lado, pero sin impedir que las viva, manteniéndose a la distancia adecuada.
Según estudios recientes, los comportamientos anormales de los perros son cada vez más frecuentes y de mayor magnitud. ¿Se puede imputar el hecho a los propietarios y al modo de vida actual?
Es evidente que el propietario busca la felicidad del animal, pero ¿dónde está el verdadero problema? ¿Tiene el propietario todos los medios necesarios para garantizar esta felicidad? ¿No vive quizá pensando demasiado en sí mismo?
En primer lugar, debemos saber que un perro no es una terapia para una persona. Es el aliciente que proporciona una nueva relación, en la que cada cual pone su parte, pero ninguno de ellos está allí para curar las heridas del otro.
El dueño debe aprender a observar al perro y a imponerle unos límites, siempre respetando su condición de perro.
Uno de los aspectos primordiales es la elección de la raza.
El dueño ha de estar capacitado para dar al perro la educación que necesita en función de su carácter. Si un perro que requiere autoridad cae en manos de un propietario indolente, el fracaso está asegurado.
Todos los perros son diferentes, y los dueños también. La adecuación entre la persona y el animal es la base para prevenir los comportamientos indeseados, sobre todo la agresividad.
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