Francesco Padrini
EL GRAN LIBRO
DEL MASAJE
CON LOS ACEITES
ESENCIALES
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Deseo agradecer su valiosa colaboración a Maria Teresa Lucheroni y a Luciano Jolly.
Facilitamos a continuación las direcciones a las que pueden dirigirse los interesados en el tema para obtener más información sobre los aspectos tratados en el libro o sobre cursos:
Laboratorio Studi Terapie Naturali
Via San Calocero, 6 - 20123 Milán (Italia)
Tel. (02) 83 60 695 - 333 68 63 888
E-mail:
Thalerstrasse, 25b - 9424 Rheineck (CH), Suiza
Tel. 0041 (0) 71 888 46 67
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| Diseño gráfico de la cubierta de Design 3. Fotografías de la cubierta de Design 3 (1) y de Marco Giberti (2 y 3) Fotografías del interior de Marco Giberti. Dibujos de Michela Ameli. |
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
© [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-425-6
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
Este libro nace de la idea de unir a la ya conocida práctica del masaje los beneficios de los aceites esenciales, en un proyecto de tratamiento terapéutico «a medida». Esto ha sido posible gracias al análisis tipológico que proporciona la bioenergética: examinando la estructura corporal de las personas se puede establecer una distinción en cinco categorías energéticas y caracteriales.
Así, para cada tipología se indican los movimientos de masaje más apropiados para aliviar los bloqueos y las tensiones que son, al mismo tiempo, físicos y emocionales.
Trabajando sobre el cuerpo con el masaje bioenergético se puede actuar sobre todos los principales problemas psicosomáticos, aportando bienestar y ampliando la capacidad de autocuración y crecimiento individual de la persona.
Respecto a los aceites esenciales, el tratamiento cambia en función de su utilización en el masaje.
El libro quiere ser un estímulo para todos aquellos que deseen profundizar en el masaje curativo con una especial atención en los aspectos psicológicos y emotivos. Por otro lado, no se excluyen otras posibles técnicas de trabajo corporal: el lector debe sentirse animado a experimentar posibles variaciones de forma creativa, dentro de su búsqueda de evolución personal.
LOS ORÍGENES DEL MASAJE
Entre todas las artes creadas por el hombre, el masaje es quizás una de las más antiguas. Sus orígenes se pierden en la prehistoria, aunque debemos decir que algunas civilizaciones, como la hindú o la china, habían elaborado formas de masaje curativo incluso varios milenios a. de C. En la India, se trataba del masaje ayurvédico, mientras que en China se desarrolló una terapia sorprendente que consistía en la estimulación de ciertos puntos situados en la superficie del cuerpo. Esta terapia poseía notables efectos terapéuticos y podía ser llevada a cabo tanto con los dedos de las manos como mediante agujas metálicas o de hueso. En función del instrumento empleado, esta técnica se divulgó con el nombre de masaje chino o acupuntura.
El masaje también fue cultivado en Egipto, en Persia y en la Grecia antigua. En este último caso, se convirtió en un medio muy importante para realizar en el hombre los ideales de belleza y armonía, que eran el fundamento de la cultura helénica. Roma heredó esta práctica de Grecia y se tienen noticias de que Julio César se hacía masajear todos los días para curar la jaqueca que lo mortificaba.
EL CONTACTO TERAPÉUTICO DE LA MANO
En cierto sentido, la idea del masaje nació en la mente del hombre de forma intuitiva. Cuando una parte de nuestro cuerpo ha recibido el impacto de un objeto externo, nos llevamos la mano espontáneamente hacia ese punto para tratar de aliviar el dolor. Es casi un reflejo: si sentimos dolor físico, nuestra mano empieza a friccionar la zona afectada, y el malestar disminuye. La mano del hombre es terapéutica. Es capaz de infundir nueva vida a los tejidos, de sustituir el dolor por placer, de restablecer el equilibrio roto.
EL CONTACTO DE LA MANO EN LOS EVANGELIOS
Incluso en los Evangelios aparecen numerosos testimonios sobre el poder de curación de la mano de Cristo. Para superar la enfermedad y la deformidad, hay que sentir la fe que nace del corazón, pero los milagros se realizan con frecuencia mediante el contacto físico y la imposición de la mano. Los relatos evangélicos parecen sugerir que el contacto con la mano debe ser considerado como un gesto de compasión, devoción y consolación.
EL MASAJE PSICOSOMÁTICO
El masaje muestra con gran claridad la unidad psicosomática del ser humano. Cuando, como consecuencia de una fricción o de una manipulación, el dolor físico desaparece, también el espíritu recupera la serenidad. Por otra parte, si una persona vive serenamente, en acuerdo profundo con las leyes de la naturaleza, su cuerpo tiende a tener un mayor equilibrio y más dificultades para enfermar.
El masaje incide de forma simultánea sobre todos los aspectos de la persona: el físico, el emocional y psicológico y el espiritual. Es lo que debieron observar los antiguos que desarrollaron el arte del masaje. Al concluir una sesión de masaje, todos los componentes de la persona tienden al equilibrio: el cuerpo se siente revigorizado y tonificado, la mente está en paz, la persona se encuentra más en contacto con sus propias emociones. Cuando el cuerpo está en orden, también lo está la psique, y viceversa.
EL MASAJE CHINO Y LA ACUPUNTURA
Según la medicina tradicional china hay cerca de cien puntos en el cuerpo humano que pueden ser estimulados manualmente o mediante agujas. Están dispuestos justo debajo de la epidermis, a lo largo de unas líneas especiales llamadas meridianos. Muchos de estos puntos están relacionados con trastornos físicos, como la úlcera péptica, la hernia discal, la periartritis, la tos, etc. Otros puntos de acupuntura afectan, por el contrario, al tratamiento de trastornos pertenecientes a la esfera psíquica, como el insomnio, la ansiedad, el nerviosismo o la hiperemotividad. La medicina tradicional china siempre ha concebido al hombre como una globalidad. Los antiguos médicos chinos consideraban que el hombre no sólo estaba formado por órganos, músculos y tejidos; sabían que en él tienen igual importancia los sentimientos, las emociones y los pensamientos. Todos estos aspectos están relacionados entre sí. Una emoción puede influir en la actividad de un órgano o de una función fisiológica. Por ejemplo, un exceso de ansiedad puede repercutir en la digestión; una tristeza profunda y prolongada puede influir negativamente en la respiración, o una excitación excesiva puede perjudicar al corazón. Quien practica tanto el masaje chino como la acupuntura tiene siempre presente la unidad psicosomática del hombre.
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