La educación sexual más efectiva tiene lugar cuando los padres hablan con (y no «a») sus hijos sobre temas relacionados con la sexualidad de manera auténtica. Esto nunca es fácil y a veces es incómodo, pero el involucramiento de los padres hace una probada diferencia positiva.
Ambos somos padres y hemos sido pastores y líderes de jóvenes por muchos años, y escribimos este libro poniéndonos en el lugar de un padre que habla cara a cara con su hijo o hija. Hemos tratado de tocar todos los temas urgentes y algunos padres podrán pensar que la información es demasiado cruda mientras que para otros quizás no sea lo suficientemente directa. El trabajo de ustedes es adaptar el material de manera que se ajuste a lo que crean que es mejor para sus hijos. Nada reemplazará las conversaciones que ustedes deben tener con ellos.
La forma más efectiva de usar este libro es que tanto el padre como el hijo lean un capítulo a la vez y se hagan las preguntas que figuran al final de cada capítulo antes de continuar. Sinceramente, el diálogo que siga a la lectura es tan importante como lo que hemos escrito y la información que aquí se brinda es una base para esas charlas. Incluso es importante la manera en la que ustedes dialoguen. Los chicos aprenden mejor cuando ellos hablan y ustedes escuchan. No usen este libro o esas preguntas como una oportunidad para darles un discurso. La tarea de ustedes es crear un ambiente seguro y amoroso para abrir una conversación con sus hijos acerca de un tema tan determinante en sus vidas como la sexualidad.
CÓDIGO
DE LA
PUREZA
Cada vez son más los chicos de tu edad que se están comprometiendo a cumplir con algo llamado El Código de la Pureza. Ellos están yendo en contra de lo que la sociedad considera «normal» haciendo un verdadero compromiso con Dios, sus familias y sus futuros cónyuges, de vivir una vida de integridad sexual y pureza. Esa una de las decisiones más sabias que puedan tomar y tiene poderosos resultados positivos de largo alcance.
¿Sabías que las decisiones que tomas hoy pueden afectarte por el resto de tu vida? Bueno, comprometerte con el Código de la Pureza puede incluso afectar la vida de tus futuros hijos y hasta nietos. Sí. Sabemos que suena demasiado vital como para asimilarlo rápidamente, pero seguir el Código en verdad marca una diferencia.
El Código de la Pureza se trata de vivir de una manera que te traiga la mayor libertad posible y te ofrezca un futuro para disfrutar. La gente que vive según el Código de la Pureza carga con la menor cantidad de peso espiritual y emocional (malos recuerdos, arrepentimientos, etc.) en sus relaciones y en su eventual matrimonio.
Miles de jóvenes ya se han comprometido con el Código de la Pureza antes de que este libro llegara a tus manos y aunque algunos luego han titubeado, todavía no hemos encontrado a una persona que se haya arrepentido de su compromiso inicial. De hecho, ellos dicen que fue una de las mejores decisiones de su vida.
Un compromiso con el Código no siempre es fácil, las tentaciones para quebrantarlo están en todas partes. Pero con la ayuda de Dios y de tus sabias decisiones puedes vivir la vida como debe ser vivida.
ESTE ES EL CÓDIGO DE LA PUREZA:
En honor a Dios, mi familia y mi futuro cónyuge, me comprometo a vivir una vida de pureza sexual. Esto incluye:
* Honrar a Dios con mi cuerpo
* Renovar mi mente para lo bueno
* Quitar mis ojos de cosas que no valen la pena
* Guardar mi corazón por sobre todas las cosas
¿Eso es todo? Aunque creas que Lucas y Jim ya están perdiendo demasiado pelo como para creer que sí: Efectivamente ese es el Código de la Pureza. Se ve y suena bastante fácil pero en realidad se requiere una increíble cantidad de fe en Dios y una gran auto-disciplina para hacer del Código de la Pureza un estilo de vida. Recuerda que las cosas buenas siempre exigen esfuerzo.
Si te decides a vivir según el Código de la Pureza necesitarás entregarle cuatro áreas de tu vida a Dios para que te ayude y fortalezca: tu cuerpo, tu mente, tus ojos y tu corazón.
El Código de la Pureza está íntimamente ligado a tu relación con Dios. El problema es que al mismo tiempo que tu cuerpo está cambiando y estás pasando rápidamente de la niñez a la madurez, tu relación con Dios probablemente también esté cambiando. En algún momento pareció muy simple ¿lo recuerdas? Pero ahora para muchos chicos de tu edad la fe parece algo un poco más complicado. Cuando analices el Código de la Pureza y tu relación con Dios no creas que hace falta tener todo resuelto. Dios es eterno y lo sabe todo, y nosotros digamos que no (¡A pesar del poco pelo seguimos aprendiendo!).
A Jesús una vez le preguntaron: «¿Cuál es el mandamiento más importante?» Sin dudarlo ni un instante Él respondió: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.» El segundo mandamiento más importante es, dijo Jesús: «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Marcos 12:30-31). Algunos llaman a esto el «Credo de Jesús» y sostienen que contiene las palabras más significativas que Él jamás haya pronunciado. Estas simples instrucciones son definitivamente esenciales para entenderlas y vivir según ellas. Incluso adivina qué resumen: –¡Exacto! el Código de la Pureza.
Honrar y amar a Dios con tu cuerpo (fuerzas), mente, ojos (alma) y corazón es realmente vivir una vida de pureza. Esto lo cumplimos de muchas otras maneras, no solo en nuestra sexualidad, pero todos coincidiremos en que una vida pura incluye la pureza sexual. Hasta la frase de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos encaja perfectamente con el Código de la Pureza. Viviendo una vida de pureza no solamente nos estamos interesando por nuestra relación con Dios, nuestra familia y nuestro futuro cónyuge, sino que también nos estamos interesando en otros que nos van a mirar como modelos para no causarles tropiezo en sus futuras relaciones.
HONRAR A DIOS CON TU CUERPO
La Biblia nos enseña que «el cuerpo no es para la inmoralidad sexual sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo» (1 Corintios 6:13). Si te decides a hacer que el Código de la Pureza sea parte de tu vida, necesitarás comprometerte a honrar a Dios con tu cuerpo. Uno de los más increíbles conceptos declarados en la Biblia es que «su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios» (1 Corintios 6:19). Para aquellos que creemos en Dios, esto significa que efectivamente Él reside en nuestro cuerpo de un modo muy místico. De allí que sea natural que nosotros queramos honrar a Dios con nuestros cuerpos (literalmente comprometer nuestros cuerpos y nuestras vidas con Él). Esto implica mantenernos tan saludables como podamos alimentándonos bien, ejercitándonos, durmiendo lo suficiente y permaneciendo puros sexualmente. Incluso nuestro aseo personal es una señal de que estamos teniendo cuidado de este regalo de parte de Dios.