Susana Velázquez - Violencias y familias

La problemática de la violencia es una de tas que más atención concita en las sociedades actuales. Su presencia e incidencia cotidiana requiere de una reflexión profunda y una puesta a punto de las teorías y las estrategias para tratarla y combatirla. Especialistas y trabajadores de este área a menudo se enfrentan a interrogantes como los siguientes, que hacen a su práctica: ¿Cómo nos conmueve ver y escuchar los hechos que narran quienes padecen violencias? ¿Conocer, saber sobre violencia, puede preservarnos del efecto que produce escuchar esos relatos? Esas preguntas, a su vez, nos conducen a otras: ¿Qué significa ser testigo de una violencia? ¿Qué efectos nos provoca? ¿Cómo somos construidos en testigos por quienes nos consultan? ¿Cómo nos protegemos?

Partiendo de una reformulación de la representación social de la familia y desde una perspectiva genérica, Violencias y familias propone un cuidadoso análisis de las relaciones vinculares y los problemas de violencia, tanto en la familia tradicional como en las nuevas estructuras que se presentan en la actualidad, tomando la relación entre violencia y convivencia como nodo crucial para poder generar respuestas. No se conforma, sin embargo, con esto y da todavía un paso más, al plantearse la necesidad de tratar no soto a las personas que han sufrido distintos tipos de violencias, sino también a los que prestan asistencia a esas víctimas.

Violencias y familias se constituye, así, en un libro imprescindible para los trabajadores de la salud en un aspecto práctico que abarca las cuestiones inherentes a la consulta de la violencia y a los efectos que ella produce en los equipos de atención.

Susana Velázquez

Implicancias del trabajo profesional: el cuidado de quienes cuidan

ePub r1.0

diegoan 05.11.15

Título original: Violencias y familias

Susana Velázquez, 2012

Editor digital: diegoan

ePub base r1.2

A Yuki.

A Amapola.

SUSANA VELÁZQUEZ es licenciada en Psicología y psicoterapeuta, docente universitaria especializada en el área de violencia. Realiza capacitación y asesoramiento a profesionales, grupos e instituciones y presta asistencia psicoterapéutica a mujeres afectadas por la violencia y a su entorno familiar y social. Ha publicado trabajos en los siguientes libros: Estudios sobre la subjetividad femenina (1987); El malestar de las mujeres (1990); Psicoanálisis, género, subjetividad (1996); Relaciones de género en la Argentina de los noventa (1998); Hecho en red: por la salud de la mujer (2001); Violencias cotidianas, violencia de género (Paidós, 2003), entre otros.

[1] Este parágrafo es una reescritura de la ponencia en el II Congreso Internacional de Violencia: Violencia, maltrato y abuso, Buenos Aires, noviembre de 2007 (Velázquez, 2007a).

[2] «La violencia contra las mujeres es cualquier acción o conducta, basada en el género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado. Incluye la violencia física, sexual o psicológica que tenga lugar dentro de la familia o en cualquier otra relación interpersonal e incluye violación, maltrato, abuso sexual, acoso sexual en el lugar de trabajo, en instituciones educativas y/o establecimientos de salud. Considera, además, la violencia ejercida por razones de etnia y sexualidad, la tortura, la trata de personas, la prostitución forzada, el secuestro, entre otras problemáticas» (Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, 1994).

[3] Definimos como hechos traumáticos a aquellos acontecimientos en la vida de los sujetos que se caracterizan por la intensidad con que se manifiestan y la imposibilidad de aquellos para enfrentarlos mediante respuestas adecuadas. En consecuencia, es posible que se desarrollen una serie de efectos en la organización psíquica más o menos duraderos.

[4] Fiorini (1984) señala que al hablar de situación de crisis tomamos un enfoque «que permite comprender cómo el psiquismo funciona en situaciones, se apoya permanentemente o pierde apoyos, en las situaciones en las que está involucrado».

[5] Adagio popular referido a los correctivos utilizados en la educación. Aforismo que recomienda castigar para enseñar (Moliner, 1994).

[6] La desmentida o renegación es una modalidad de defensa que consiste en que un sujeto rehúsa reconocer la realidad de una percepción traumatizante (Laplanche y Pontalis, 1971).

[7] La identificación es un proceso psicológico mediante el cual una persona puede asimilar un aspecto o característica de otra y hasta puede llegar a sentir y/o a actuar como esa otra persona (Laplanche y Pontalis, 1971).

[8] El miedo puede ser definido como una perturbación angustiosa del ánimo debido a un riesgo que realmente amenaza. Se presenta frente a un objeto definido del cual se tiene miedo. El susto, en cambio, es una impresión repentina causada por sorpresa, miedo, espanto.

El susto es un estado o reacción que sobreviene frente a estimulaciones externas muy intensas o una situación de peligro, que sorprende al sujeto sin preparación para enfrentarlo, por lo que no puede protegerse de ello o dominarlo. El acento en el miedo está puesto en un peligro definido y en el susto recae sobre el factor sorpresa (véase Laplanche y Pontalis, 1971).

[9] La proyección es un mecanismo de defensa psicológico mediante el cual un sujeto expulsa de sí y localiza en otros sentimientos displacenteros de miedo y dolor que no tolera y/o rechaza en sí mismo y así los arroja fuera para protegerse de ellos (Laplanche y Pontalis, 1971).

[10] El proceso de elaboración, en sentido general, da cuenta del trabajo que tiene que realizar el aparato psíquico con la finalidad de transformar y reducir la tensión, la angustia, el malestar y los síntomas concomitantes producidos por un hecho traumático (Laplanche y Pontalis, 1971).

[11] Las variables con respuestas múltiples (que se verán a lo largo del trabajo) suponen un análisis diferenciado según se tome como unidad de análisis a cada encuestada/o o respondente o a cada respuesta. El cuadro 7.4 muestra cuántas respuestas dio cada respondente. El cuadro 7.5 arroja los porcentajes sobre el total de respuestas y sobre el total de la muestra. La coherencia de las respuestas en esta variable debería relacionarse con las respuestas en bloque: «¿se desempeña en otro trabajo?», puesto que algunas respuestas se contradicen.

[12] Se denomina mobbing a las técnicas violentas ejercidas por uno o varios individuos de un grupo sobre otro u otros, que tienen la finalidad de desestabilizar a uno o varios trabajadores, someterlos a presión psicológica, agravio, segregación o persecución de forma sistemática. Se denomina también, según la perspectiva de diferentes autores, hostigamiento, acoso moral o acoso psicológico. Este tipo de violencia laboral no deriva de las exigencias o de la sobrecarga laboral, sino que es la expresión de la violencia que se manifiesta en las relaciones interpersonales dentro de un grupo de trabajo (Véase. Velázquez, 2003a: 289).