Centrando sus pensamientos en el manejo de la espada, en cómo vencer y en la espiritualidad, el legendario espadachín Miyamoto Musashi esbozó esta obra singular para ser usada como guía por sus más cercanos discípulos, así como para las futuras generaciones de samuráis, y ciertamente su trabajo se convirtió en una obra maestra que llegó a ser ávidamente consultada durante siglos después de su muerte.
Junto con El arte de la guerra, de Sun Tzu, El libro de los cinco anillos ha sido considerado un tratado inigualable como estrategia para vencer. Los planteamientos de Musashi para derrotar al adversario, derribar al oponente, confundirlo y otras técnicas para sobreponerse ante un agresor fueron dirigidas a los lectores de aquellos tiempos, y en particular a quienes actuaban en el campo de batalla. Sin duda, se puede afirmar que sus aportaciones son intemporales y que en la actualidad sirven a los lectores en la propia batalla de la vida.
Miyamoto Musashi
El libro de los cinco anillos
La estrategia del guerrero
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NoTanMalo 19.12.16
Título original: Go-rin no sho
Miyamoto Musashi, 1645
Traducción: Makiko Sese
Editor digital: NoTanMalo
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El Manuscrito de la Tierra
Las artes marciales son la forma de vida del guerrero. Especialmente los oficiales deberían practicar estas artes, y los soldados deben también conocer esta forma de vida. En la actualidad no existen guerreros con un cierto conocimiento de la vía de las artes marciales.
Antes de nada, pongamos un ejemplo sobre lo que es una forma de vida. El budismo es una vía para ayudar a la gente; el confucianismo es una vía para reformar la cultura. Para el médico, curar es una forma de vida; un poeta enseña el arte de la poesía.
Otras personas se dedican a predecir el futuro, al tiro al arco o a otras diversas artes o disciplinas. Las personas practican las vías a las que se sienten inclinadas y desarrollan sus preferencias individuales. Pocas personas son aficionadas a la vía marcial de la vida. Ante todo, la vía de los guerreros significa familiaridad con las artes culturales y marciales. Aunque sean torpes en ellas, los guerreros deben fortalecer personalmente sus propias artes marciales tanto como puedan sus propias circunstancias.
La gente piensa normalmente que todos los guerreros reflexionan sobre el hecho de estar preparados para morir. En lo que se refiere a la vía de la muerte, ésta no se limita a los guerreros. Los monjes mendicantes, las mujeres, los campesinos, e incluso aquellos que pertenecen a las clases que están por debajo de ellos, conocen su obligación, se avergüenzan de descuidarla y se resignan a la muerte; en esto no hay ninguna distinción. La vía marcial de vida practicada por los guerreros se basa en superar a los demás en todo y en cualquier cosa. Ya sea mediante la victoria en un duelo individual, o ganando una batalla frente a varias personas, uno piensa en servir a los intereses de quien lo emplea, en servir los propios intereses, en llegar a ser bien conocido y en estar socialmente establecido. Todo ello es posible mediante el poder de las artes marciales.
Sin embargo, habrá personas en el mundo que piensen que aunque uno aprenda las artes marciales, no le servirán de nada cuando surja una necesidad real. A este respecto, la verdadera ciencia de las artes marciales significa practicarlas de tal forma que sean útiles en cualquier ocasión, y enseñarlas de tal forma que sean útiles en todos los caminos.
Sobre la ciencia de las artes marciales
En China y en Japón, los practicantes de estas ciencias han sido tradicionalmente llamados maestros de las artes marciales. Los guerreros no pueden dispensarse de aprender esta ciencia.
Las personas que viven de las artes marciales en la actualidad sólo se ciñen a la esgrima. Los sacerdotes de los templos Kashima y Kantori, de la provincia de Hitachi, han fundado este tipo de escuelas, afirmando que sus enseñanzas han sido transmitidas por los dioses, y viajan de provincia en provincia transmitiendo a la gente sus enseñanzas; pero esto es realmente un fenómeno reciente.
Entre las artes y disciplinas de las que se habla desde la Antigüedad, el denominado arte de la ventaja ha sido incluido como una disciplina; así, una vez que hablamos del arte de la ventaja, no puede limitarse llegar a ser sólo la esgrima. Incluso la misma esgrima difícilmente puede ser conocida, si se consideran únicamente cómo ganar sólo mediante el arte del sable; está fuera de cuestión que sea posible alcanzar el dominio de la ciencia militar de este modo.
Cuando miro a la sociedad, veo que la gente convierte las artes en ganancias comerciales; se considera sí misma como mercancía e incluso lleva a cabo mejoras como si fuera un objeto de comercio. Distinguiendo lo superficial y lo sustancial, encuentro que esta actitud tiene menos realidad que la decoración.
El campo de las artes marciales abunda particularmente de esgrimas victoriosas, con popularización comercial y aprovechamiento por parte de aquellos que enseñan la ciencia y de aquellos que la estudian. La consecuencia de esto es que, como alguien ha dicho, «las artes marciales de aficionados son origen de graves heridas».
Hablando de forma general, existen cuatro formas de vida: la forma de vida del caballero, la del campesino, la del artesano y la del comerciante.
- En primer lugar, está la forma de vida del campesino. Los campesinos preparan todo tipo de herramientas agrícolas y pasan años prestando constantemente atención a los cambios de las cuatro estaciones. Ésta es la forma de vivir del campesino.
- En segundo lugar, está la forma de vida del comerciante. Quienes elaboran licor obtienen los diversos utensilios requeridos y viven de los beneficios que obtienen según la calidad de lo que producen. Cualquiera que sea el negocio al que se dediquen, los comerciantes viven de los negocios que ganan conforme a su posición particular. Ésta es la forma de vivir del comerciante.
- En tercer lugar, en lo que se respecta al caballero guerrero, esta vía implica construir toda clase de armas y comprender sus diversas propiedades. Esto es algo imperativo para los guerreros; ignorar la maestría de las armas y la comprensión de las ventajas específicas de cada una de ellas sería indicar una falta de cultura de un miembro de una casa guerrera.
- En cuarto lugar, está la forma de vida del artesano. Si se toma como ejemplo la forma de vida del carpintero, ésta implica la fabricación habilidosa de toda clase de herramientas, saber cómo utilizar cada una de ellas con pericia, dibujar correctamente los planos sirviéndose de la escuadra y de la regla y vivir mediante una práctica diligente de sus técnicas.
Éstas son las cuatro formas de vida: de los caballeros, los campesinos, los artesanos y los comerciantes. Descubrirá la ciencia de las artes marciales comparándola con la disciplina del carpintero.
El carpintero se utiliza como una metáfora con referencia al concepto de casa. Hablamos de casas aristocráticas, casas militares y casa de las artes; decimos que una casa se derrumba o que una casa se mantiene; y también hablamos de tal o cual tradición, estilo o «casa». Por ello, como utilizamos la expresión «casa», he empleado la disciplina del maestro carpintero como metáfora.