© 2015 por Grupo Nelson®
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América.
Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece completamente a Thomas Nelson, Inc. Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc.
www.gruponelson.com
Título en inglés: The Art of War for Small Business: Defeat the Competition and Dominate the Market with the Masterful Strategies of Sun Tzu
© 2014 por Becky Sheetz-Runkle
Publicado por AMACOM, una división de la American Management Association, International, Nueva York. Todos los derechos reservados.
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
Editora en Jefe: Graciela Lelli
Traducción y adaptación del diseño al español: www.produccioneditorial.com
ISBN: 978-0-71803-459-7
ISBN: 978-0-71803-460-3 (eBook)
15 16 17 18 19 DCI 9 8 7 6 5 4 3 2 1
Para mi marido, David Runkle.
Se merece una medalla.
CONTENIDO
El arte de la guerra para la pequeña y mediana empresa depende de la traducción de Lionel Giles como su fuente primigenia. También estoy en deuda con Thomas Huynh por la traducción y las notas de su The Art of War: Spirituality for Conflict [El arte de la guerra: espiritualidad para el conflicto], publicado por SkyLight Paths Publishing, y por permitirme generosamente usar muchos pasajes de su obra aquí. Thomas ha sido una fuente de aliento y comprensión de Sun Tzu, y su perspectiva aporta una visión más matizada del filósofo-general. He tomado algunas referencias de la popular traducción de Samuel B. Griffith de la Universidad de Oxford, así como de la versión presentada por Steven Michaelson en Beijing en un simposio de la Research Society con respecto a El arte de la guerra por Sun Tzu. También confié en Sun-Tzu: Art of War – The New Translation, de J. H. Huang, publicado por Harper Paperbacks, para algunas traducciones así como para el contexto histórico difícil de encontrar.
Estoy agradecida a cada uno de estos autores por sus contribuciones a la literatura de Sun Tzu y por su orientación en el desarrollo de El arte de la guerra para la pequeña y mediana empresa.
EL ARTE DE LA GUERRA PARA LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA
I magina que el gran cerebro de la estrategia Sun Tzu estuviera con nosotros hoy. Imagina que él, como muchos militares de carrera, pasara después de retirarse al mundo de los negocios como directivo o se uniera al equipo ejecutivo de una pequeña empresa. ¿Cómo adaptaría sus principios de El arte de la guerra para hacer la guerra y la paz por su pequeña y mediana empresa y convertirlo en un imperio?
Esa es la pregunta que hay en el fondo de El arte de la guerra para la pequeña y mediana empresa.
Los principios militares del clásico de Sun Tzu, El arte de la guerra, son intemporales. Se adaptan y cobran vida diariamente por las compañías y los ejecutivos que los usan. Los buenos estrategas hacen cobrar vida a Sun Tzu con frecuencia, a menudo sin reconocer necesariamente los orígenes de su estrategia en las sabias palabras de hace más de 2.500 años. ¿Cuánto más eficaces serían si estudiaran la dirección de Sun Tzu y fueran capaces de aplicarla con más propósito? ¿Cuánto más eficaz serías tú?
Los líderes de pequeñas y medianas empresas deben ser más inteligentes y cautelosos que sus adversarios más grandes y mejor establecidos. Fracasarán si intentan igualar a los grandes jugadores herramienta por herramienta y jugada por jugada. Y se marchitarán en la parra si solo tratan de responder ante las tormentas. Esto es particularmente cierto en industrias competitivas con márgenes pequeños y escasos. Las pequeñas y medianas empresas deben ganar batallas y alcanzar el éxito con presupuestos muy ajustados y, en comparación, pocos recursos. La buena noticia es que si se interpreta y se explica bien, Sun Tzu proporciona una visión profunda para dirigir e inspirar los movimientos de los líderes de pequeñas empresas para que puedan superar a su competencia y dominar sus mercados.
Para hacer a Sun Tzu todo lo relevante posible, El arte de la guerra para la pequeña y mediana empresa está lleno de ejemplos de su estrategia puestos en práctica por pequeños comercios. En gran parte de los casos (aunque no en todos), los que lo han hecho probablemente han emulado a nuestro héroe sin quererlo, pero han sido recompensados igualmente por sus movimientos. Algunos de estos comercios han errado el blanco en algún momento de su evolución, o puede que más adelante hayan caído en desgracia, temporal o permanentemente. Pero no confundamos futuros fracasos con actuaciones de las que merece la pena aprender e incluso quizás emular.
El arte de la guerra para la pequeña y mediana empresa es para los que ya son emprendedores o aspiran a ello, y para profesionales de pequeñas empresas que batallan con Goliats, y que buscan convertirse algún día en un punto de referencia en sus respectivas industrias. También es para aquellos que estudian a Sun Tzu y buscan una nueva adaptación únicamente para fuerzas más pequeñas. Este libro es un estudio exhaustivo de la obra maestra de Sun Tzu, enfocado a la aplicación en pequeños ejércitos e ilustrado con historias de éxito. El arte de la guerra es en gran medida el manual que las fuerzas más pequeñas pueden usar para obtener el dominio. Este libro es tu guía para su aplicación.
SUN TZU EN EL JIU-JITSU
Tomé mi primera clase de artes marciales en 1990. Tenía quince años y era un momento decisivo. Mucha gente toma una clase de karate, taekwondo, jiu-jitsu u otra arte marcial y, si les gusta, declaran que quieren conseguir un cinturón negro. Yo no. Fue durante aquella primera clase de tangsudo en el ya extinto Club de Karate Rising Sun que supe que quería dedicarme a las artes marciales. Quería estudiar, entrenar y enseñar. Supe aquella misma noche que un día tendría mi propia escuela. Más de veinte años y varios cinturones negros después, me complace decir que los sueños se vuelven realidad y que la pasión continúa encendida. Enseño en un pequeño dojo (gimnasio) en mi hogar a un selecto grupo de estudiantes. Pero la historia no sucedió como estaba planeada.
En aquellos primeros días tuve la fortuna de encontrar una excelente escuela de karate, dirigida por dos instructores maravillosos, John Weaver y Jack Lynch, los cuales hace mucho ya que se retiraron de la enseñanza. Me introdujeron en mi búsqueda de las artes marciales. Yo estaba muy comprometida con el karate y me tomaba aquel entrenamiento muy, muy en serio. Era joven y flexible, y bastante buena en la práctica de los puñetazos y patadas. También era bastante buena en el kata, una secuencia de movimientos establecidos que se practican rutinariamente. Pero donde fallaba, una y otra vez, era en la pelea. No me daba miedo luchar, ni tampoco que me dieran una paliza. Pero el resultado final era que cuando me las veía con oponentes más grandes y fuertes, casi siempre me abatían. Sus puñetazos eran más enérgicos. Sus patadas eran más potentes. Yo era más débil que ellos. No podía vencerlos. Mi eficiencia técnica no tenía nada que hacer frente a su mayor fuerza y tamaño. A pesar de lo duro que trabajaba y entrenaba, las herramientas que utilizaba no me estaban acercando nada a alcanzar mi objetivo de dominio autodefensivo. Después de que el Club de Karate Rising Sun cerrara sus puertas, entrené en otro par de escuelas de karate en la zona rural del condado de Lancaster, Pennsylvania, donde vivía.
Cuando fui a la universidad en Filadelfia, conocí al Sensei Randy Hutchins. Él me enseñó jiu-jitsu; más específicamente, jiu-jitsu Sho Bushido Ryu, un aiki-jiu-jitsu que enfatiza conceptos tales como desequilibrar al atacante y utilizar su energía en su contra. El karate que había estudiado era lineal, mientras que el jiu-jitsu es circular. El karate se define como el lanzamiento de una serie de ataques, mientras que el jiu-jitsu es fluido, con un principio y un final, pero sin pasos reales en el medio. Cada técnica es un movimiento.
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