No tema , por Billy Joe Daugherty
©2009 Todos los derechos reservados de esta edición en español por Asociación Editorial Buena Semilla.
Originalmente publicado en inglés con el título “No Fear”, copyright ©2008 por Billy Joe Daugherty, editado por Destiny Image Publisher Inc. USA.
A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina Valera 1960 de las Sociedades Bíblicas Unidas.
Prohibida la reproducción total o parcial por sistemas de impresión, fotocopias, audiovisuales, grabaciones o cualquier medio, menos citas breves, sin permiso por escrito del editor.
Traducción: Rogelio Díaz Díaz
Edición: Carlos R Peña B.
Diseño y diagramación: https://tribucreativos.com
Conversión digital: https://tribucreativos.com
Publicado y distribuido por Editorial Desafío
Cra 28a No. 64a- 34, Bogotá, Colombia
Tel. (571) 630 0100
https://libreriadesafio.com
Categoría: Vida Cristiana/Sanidad Interior
ISBN: 978-958-8285-93-1
Producto No. 600015
Contenido
Nota aprobatoria
El temor a experimentar el pánico se apodera del corazón de todos los estadounidenses. ¿Existe una solución? El pastor Billy Joe Daugherty da una respuesta audaz y categórica en su libro más reciente No tema,. Recomiendo bastante este libro.
John Hagee
Pastor principal. Iglesia Cuadrangular
San Antonio, Texas
Introducción
El terrorismo que antes asoló a otras naciones adquirió un nuevo sentido cuando los ataques terroristas de Nueva York y de Washington traspasaron profundamente las fronteras de Estados Unidos en 2001. Los tiroteos en los colegios y universidades producen ondas expansivas de temor y de pánico a lo largo de nuestro país, como nunca antes. La palabra terror se volvió hoy en día un cliché en Estados Unidos y una fuente de ansiedad para muchos. Se robó la inocencia y provocó la vulnerabilidad, sin reparar en la clase de maldad, a medida que la gente se pregunta: ¿qué sigue ahora?
Logré entender, durante mi vida de servicio a las personas en el transcurso de más de treinta años, que el terror no sólo se encuentra en alguna ciudad o país lejano sino en lo más recóndito del corazón. El terror que pasa inadvertido al ojo humano se apodera de personas que no tienen la menor idea de que lo experimentarán. He mirado a los ojos a personas que se enfrentan a temores que superan su imaginación a medida que se encuentran tratando de entender por qué sus hijos o hijas se involucran en las drogas o la inmoralidad. El temor a lo desconocido es como un cáncer que corroe la vida y le impide a sus víctimas desempeñarse adecuadamente en la sociedad. Es común que la palabra cáncer o maligno en los informes médicos causen sentimientos de pánico y ansiedad en muchas de las personas que reciben este tipo de diagnóstico. Los pacientes tienen que reestablecer su situación y sacar fuerzas para superar la crisis que viven al ser tomados de improviso y ser profundamente afectados.
Aunque algunos se enfrentan a momentos álgidos personales, nuestro mundo experimenta la sacudida de los desastres naturales que son señales de los últimos días en que vivimos. Hay un aumento de terremotos, tsunamis, huracanes, erupciones volcánicas, inundaciones y tornados que cobran la vida de miles de personas y que lesionan a muchos otros o que dejan a un sinnúmero de personas sin vivienda o en situación de desplazamiento. Las consecuencias del pecado sobre la tierra son devastadoras. Parece que la llegada de nuestro Señor y Salvador podría ocurrir en cualquier momento.
¿Cómo no sentirnos aterrorizados en momentos como estos? ¿Es realmente posible? La sacudida no terminará pronto, pues Hebreos 12:25-29 nos dice:
«Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra [Jesús] , mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos [Jesús] . La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo : Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún una vez indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;porque nuestro Dios es fuego consumidor» [énfasis agregado] .
Queda claro que todo lo que se puede estremecer será estremecido, pero los que conocen a su Dios no serán perturbados (ver Salmos 62:6). Es importante que abrace la sabiduría de Dios y tenga la estabilidad para salir victorioso en los días venideros. No nos abandonaron aquí para que nos trague el miedo y el pánico. Estamos en esta tierra con un propósito específico de la historia.
Quiero animarle a que haga todo lo posible para que se acerque al Señor en estos días: en su vida personal, en su andar con el Señor, en la lectura bíblica, en la oración diaria y en la asistencia a la iglesia. Leer la Palabra de Dios es algo poderoso, y lo reto a que lo haga en voz alta y por porciones largas a la vez. Quiero animarlo a que ore muy de mañana, a lo largo del día y en la noche. Lo reto especialmente a que establezca un tiempo para orar en familia, donde se puedan reunir y leer la Palabra de Dios, orar, dar testimonio y compartir unos con otros.
El mensaje de este ejemplar no es sólo para usted sino también para sus hijos y nietos. Isaías 54:13-14 dice: «Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos. Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti». Es hora de deshacerse de las pesadillas, del temor y de la ansiedad en nuestro hogar y en nuestro país. Los principios de este libro lo pueden librar del poder que tiene el temor para controlarlo y manipularlo en su futuro. Si el Señor tarda en venir, tenemos una tarea como ninguna otra en la historia. No tenemos que sucumbir ante los temores y las preocupaciones crecientes en nuestro país, a medida que el mundo se tambalea en el caos y la confusión, ya que podemos levantarnos, tomar nuestra posición de liderazgo y terminar el proceso que comenzó Jesús.
Adopte una postura contra el temor
«No temas, porque yo estoy contigo» (Isaías 41:10).
Fue en 1973, tenía poco más de veinte años y estaba casado con el amor de mi juventud. Sharon y yo nos mudamos con ilusión a nuestro «nuevo» hogar, un apartamento de una habitación en un garaje viejo que alquilamos por sesenta y cinco dólares el mes (con recibos y bichos incluidos). Todo lo que nuestro presupuesto universitario nos permitía adquirir. Nos teníamos el uno al otro y estábamos enamorados; la vida no podía ser mejor.
Nos recibió el vecino de al lado el día que nos mudamos allá y nos dijo: «Bienvenidos al barrio». Y continuó poniéndonos al tanto: «Ayer se entraron los ladrones a la casa de los vecinos que viven al lado y les robaron todos los muebles. Ah, por cierto, el edificio de apartamentos que queda calle abajo tiene muchos drogadictos que entran y salen del lugar. Sin embargo, ¡nos alegra que estén aquí!». ¡Vaya, qué bienvenida!
El país todavía estaba en guerra con Vietnam en aquella época y los comentaristas de noticias y los líderes del gobierno comenzaron a hablar sobre la crisis económica que enfrentaba Estados Unidos. Incluso los pastores predicaban al respecto y nos advertían que nos preparáramos. Me topé con un libro por esa época sobre la crisis económica venidera. Página tras página afirmaba que Estados Unidos se dirigía a un desastre financiero.