Introducción
El dolor muscular, la fatiga y los trastornos del sueño y del estado de ánimo parecen haber adquirido una especial importancia en nuestra época. Muchas veces estos síntomas sólo se atribuyen al cansancio y al estrés causado por un ritmo de vida exigente y poco saludable, y el padecimiento asociado a éstos suele ser desestimado incluso por los mismos pacientes. Sin embargo, su impacto sobre la calidad de vida y el rendimiento laboral es notorio, y puede ser tan severo que en ocasiones causa discapacidad de forma temporaria.
Cabe destacar el hecho de que las personas con esta conjunción de síntomas en general refieren haber consultado a varios profesionales antes de recibir el diagnóstico de fibromialgia.
Los criterios para diagnosticar esta dolencia fueron desarrollados hace pocos años (en 1990) por el American College of Rheumatology, y en 1992 fue incluida por la Organización Mundial de la Salud en la décima revisión de la International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems (ICD-10).
Aún resta develar muchos enigmas acerca de su fisiopatogenia, si bien los avances en la comprensión y el tratamiento de la fibromialgia son incesantes. Por esta razón, le acercamos esta obra en la que incluimos los últimos conocimientos relacionados con esta enfermedad, con el fin de que su lectura sea de utilidad en la práctica cotidiana.
Índice de la obra
El dolor
El sistema nervioso central
El sistema nervioso central (SNC) es sumamente complejo, y gracias a él se pueden llevar a cabo funciones esenciales para la vida humana, como la conciencia, la cognición, las emociones, el comportamiento y la regulación de diversas funciones autonómicas del organismo. Como centro procesador, el SNC integra millones de datos que recibe de los diferentes órganos sensoriales para luego determinar las respuestas que debe efectuar el organismo. Teniendo en cuenta el desarrollo humano, en el SNC se pueden distinguir tres niveles: el de la médula espinal; el subcortical o cerebro inferior (bulbo, protuberancia, mesencéfalo, hipotálamo, tálamo, cerebelo y ganglios basales), en el que se lleva a cabo la mayoría de la actividad subconsciente, y el cortical o cerebro superior.
La neurona es la principal unidad funcional de este sistema, y se estima que existen más de 100 billones de neuronas en el cerebro maduro.
En comparación con otros órganos y sistemas, el SNC tiene características anatómicas y fisiológicas únicas: protección ósea proporcionada por el cráneo y la columna vertebral, un sistema especializado de autorregulación del flujo sanguíneo cerebral, ciertas respuestas características a la lesión, ausencia del sistema linfático convencional y existencia de circulación de un fluido cefalorraquídeo especial, entre otras. Asimismo, las neuronas son células con propiedades únicas, por ejemplo, el papel funcional que cumplen, la distribución de sus conexiones, los neurotransmisores que emplean para la transmisión sináptica y sus niveles de actividad eléctrica .
El dolor
El dolor es un mecanismo de protección del organismo, ya que se genera cuando algún tejido es dañado y provoca que el individuo reaccione para remover el estímulo doloroso y preservar así su integridad. Es la principal experiencia sensorial mediante la cual las personas se dan cuenta de que padecen algún proceso patológico. En efecto, casi todas las afecciones corporales causan dolor, y la posibilidad de distinguir los diferentes tipos permite realizar su diagnóstico diferencial.
Ante un dolor, las personas pueden reaccionar de muy diversa manera. Esto se debe, en parte, a la capacidad del cerebro para suprimir la llegada de las señales dolorosas al sistema nervioso mediante la activación de un sistema analgésico presente en el tronco cerebral y en la médula espinal; la conciencia plena del dolor sólo ocurre cuando los impulsos nociceptivos alcanzan el nivel talamocortical. El umbral para la percepción del dolor es la menor intensidad con la cual un estímulo se puede reconocer como doloroso, y es aproximadamente igual para todas las personas. Sin embargo, algunos fenómenos pueden afectar este umbral; por ejemplo, la sensibilización que ocurre con la inflamación lo disminuye, mientras que el uso de anestésicos y analgésicos lo eleva. La distracción y la sugestión, al desviar el foco de atención de la zona dolorosa, disminuyen la conciencia y la respuesta al dolor, y una emoción fuerte (miedo o ira) lo suprime .
La vía del dolor
Los receptores para el dolor son terminaciones nerviosas libres, ubicadas en la piel y otros tejidos. Los impulsos son conducidos hacia la médula a través de dos tipos de fibras: tipo A –de conducción rápida–, y tipo C –de conducción lenta.
Los axones que ingresan en la médula espinal desde el ganglio de la raíz posterior forman el tracto posterolateral de Lissauer. Estas fibras, que corresponden a la neurona de primer orden, hacen sinapsis con células del asta gris posterior, que incluyen células de la sustancia gelatinosa. A continuación, sus axones cruzan la línea media y ascienden en el cordón blanco contralateral como el tracto espinotalámico lateral; a nivel del bulbo, junto con el haz espinotalámico anterior y el espinotectal, forman el lemnisco espinal. Éste asciende por la parte posterior de la protuberancia y la gran mayoría de las fibras del tracto espinotalámico lateral terminan haciendo sinapsis con la neurona de tercer orden en el núcleo ventroposterolateral del tálamo. Sus axones, a través del brazo posterior de la cápsula interna y la corona radiada, alcanzan el área somestésica de la corteza cerebral .
Los nociceptores
Los receptores del dolor o nociceptores son terminaciones nerviosas libres. Se encuentran ampliamente distribuidos en las capas superficiales de la piel, como también en algunos tejidos internos como el periostio, las paredes arteriales, las superficies articulares, la hoz del cerebro y el tentorio. La mayor parte del resto de los tejidos profundos tienen una inervación menos profusa. A diferencia de la mayoría de otros receptores sensitivos del organismo, la adaptación de los nociceptores es escasa o nula. Más aún, en algunas circunstancias, la estimulación de las fibras dolorosas aumenta de modo progresivo a medida que el estímulo doloroso continúa presente. Este aumento en la sensibilidad de los nociceptores da lugar a la hiperalgesia (hipersensibilidad al dolor). El dolor puede ser suscitado por diferentes tipos de estímulos: mecánicos, térmicos y químicos. Por otra parte, se reconocen tres amplias categorías de terminaciones libres o receptores: mecanorreceptores, termorreceptores y nociceptores polimodales. Cada terminación transduce la energía del estímulo en un potencial de acción en la membrana nerviosa. Esto se genera del siguiente modo: el estímulo nocivo activa una cantidad de moléculas especializadas, las cuales abren canales catiónicos en la membrana de la terminación nerviosa. A su vez, la apertura de estos canales activa los canales del sodio voltajedependientes y genera un potencial de acción en el axón sensorial .