• Quejarse

Natalia Ginzburg - Léxico familiar

Aquí puedes leer online Natalia Ginzburg - Léxico familiar texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2016, Editor: Penguin Random House Grupo Editorial España, Género: Detective y thriller. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Natalia Ginzburg Léxico familiar

Léxico familiar: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Léxico familiar" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

«Aunque esté basado en hechos reales, me gusta pensar que Léxico familiar va a leerse como una novela, pidiéndole a este libro todo lo que solemos pedir a la ficción.» Así se expresaba Natalia Ginzburg hablando de este magnífico texto que cuenta su infancia y su juventud, y donde aparecen los nombres reales de parientes y amigos, entre ellos Cesare Pavese y Elio Vittorini. Léxico familiar habla de los Levi, una familia judía y antifascista que vivió en Turín desde 1930 hasta 1950. Natalia era una de las hijas del profesor Levi y fue testigo privilegiado de los momentos íntimos de la familia, de ese parloteo entre padres y hermanos que se convierte en un idioma secreto. A través de este léxico tan peculiar vamos conociendo al padre y a la madre de Natalia, unas personas que inundan de vitalidad el libro; veremos también a los hermanos de la autora, a su primer esposo, y a políticos e intelectuales de gran valía. Así es como la historia de la Italia antifascista se pasea en bata por las páginas de un libro fascinante, falsamente simple, donde las anécdotas cotidianas se mezclan sin pudor con reflexiones de mucho calado, y donde el talento de Natalia Ginzburg llega a su expresión más libre.

Natalia Ginzburg: otros libros del autor


¿Quién escribió Léxico familiar? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Léxico familiar — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Léxico familiar " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Oriana Fallaci, que entrevistó a la autora, describió a Natalia Ginzburg con estas palabras: «Ni guapa ni elegante, con rebeca y falda de color azul ceniza, con ese aire un pelín apagado de tía soltera y sin edad definida... Sorprende su voz, como de femme fatale. Es como si fuera la voz de otra, y te atrapa, te fascina...».

Pues esa mujer ni guapa ni elegante fue una de las voces más importantes de la literatura italiana del siglo XX . Nacida en Palermo en 1916, pronto se trasladó a vivir a Turín y luego, ya casada con Leone Ginzburg, vivió en Roma hasta que su marido fue asesinado en una cárcel de la capital por las fuerzas fascistas. Entre sus obras más conocidas, además de Léxico familiar, que en 1963 fue galardonado con el Premio Strega, destacan Las pequeñas virtudes, Querido Miguel, Todos nuestros ayeres, La ciudad y la casa (de próxima publicación en Lumen) y su colección de ensayos.

Ginzburg trabajó muchos años como redactora para la editorial Einaudi, en su sede de Roma, y allí murió en 1991. En esta ocasión, cuando se cumplen los cien años de su nacimiento, Lumen ha querido rendir homenaje a la gran autora rescatando alguna de sus obras más importantes, con nuevos prólogos a cargo de Elena Medel y nuevas ilustraciones de cubierta firmadas por Oscar Tusquets Blanca.

Me llamo Natalia Ginzburg…

M e llamo Natalia Ginzburg.

Mi padre, Beppino, ama la ciencia y la naturaleza.

Lidia, mi madre, disfruta en cambio con «el placer de narrar». Tengo tres hermanos y una hermana. Vivirán lejos y me bastará la ficción para saber qué les ocurre. Cumpliré con los ritos: nacer, crecer, reproducirme. Algún día moriré. También escribiré libros. Quizá, incluso, plante el cerezo de aquella primavera triste de Pavese.

Oigo el ruido de los huesos arrojados contra la pared. Es la voz de todos los que me formaron: una abuela que amaba el orden, Natalina, la fiel, Leone Ginzburg, mi marido, en los tiempos en que yo aún me llamaba Natalia Levi, y tantos otros.

Me llamo Natalia Ginzburg: soy aquellos que fueron antes de mí.

Yo no soy Natalia Ginzburg… No me pertenece la voz que parlotea sobre juegos, costumbres o huidas, así que hablaré desde lejos de su escritura prodigiosa, de esa manera de narrar que convierte lo íntimo y lo cotidiano en una experiencia común, compartida por quienes la leen. Con la experiencia de su propia tragedia —la de una familia herida por la dictadura y por la guerra—, Ginzburg logra el milagro de la identificación.

Yo, Elena, nací con otro nombre y en otros años y en otra lengua, y en cambio todos los recuerdos que Natalia evoca en Léxico familiar se corresponden con los míos. No he viajado a las ciudades que menciona, pero yo también he construido mi memoria según los buzones con mi nombre en todas las casas que he habitado, y sus veranos en el pueblo los he caminado a la orilla de una playa de mi sur. Cambia la gente, cambian los espacios, cambian los tiempos, y los recuerdos en cambio son cómplices.

La nostalgia de la infancia, el terror de las épocas duras, la distancia del amor que ya no existe. Cuando leo a Natalia Ginzburg no la siento extraña, sino propia. Escribiendo sobre sí misma, Ginzburg escribe sobre mí. Es más, por un momento, durante la lectura de este libro extraordinario, olvidamos que existió la mujer que describía el paseo de los valientes por la avenida Re Umberto, la calle por la que ella misma se dirigiría cada mañana a su mesa en la editorial Einaudi. Y es que la historia —la de su familia, la de su país, la de su época— se ensancha: Ginzburg define nuestra forma de imaginar.

Esa mujer menuda de mirada penetrante no nos cuenta nada que no le haya ocurrido, y no nos cuenta nada que no nos haya ocurrido, y por eso Léxico familiar nos asombra. Ahí estamos, atentos al decir serenísimo con el que Ginzburg se refiere a su marido, a quien identificamos desde la primera aparición, y a cómo se transforma la actitud conforme la relación cambia. Y nos estremece la muerte, incrustada en el centro de este vocabulario íntimo, que «se unió indisolublemente en mi pensamiento a aquella forma alegre vestida de lana gris que solía venir a vernos a la montaña durante el verano». En Natalia Ginzburg, en Léxico familiar, lo cotidiano nos explica.

Lo curioso es que en Léxico familiar se cuenta una verdad disfrazada de invención, y estas memorias tan peculiares se leen igual que una rara novela; así lo pide Ginzburg. Un párrafo se abre cuando la memoria lo pide, y los relatos se encadenan dentro del retrato de familia. Ginzburg se regodea en el detalle, abre paréntesis en la trama fundamental, expone a esa mujer que aprende a vivir conforme la vida transcurre. La autora construye el refugio de la casa familiar, se sonríe de la torpeza del hogar de los suyos y de ese léxico que une a la tribu y aleja a los indeseados... Natalia Ginzburg nunca modifica ese rumbo en apariencia modesto, privado, y sin embargo allí estamos todos.

Su escritura tiene que ver con el tono propio de las confidencias entre amigos, con ese salto entre una y otra anécdota de quien desgrana sus recuerdos sin perder el hilo, porque se trata de su vida, y se la sabe. «¡La de veces que he oído contar esa historia!», se despide. Porque Léxico familiar se lee desde la intimidad, con la sensación culpable de quien hurga en los secretos de alguien a quien no conoce, y al mismo tiempo es un libro exterior: un tratado íntimamente político.

La historia de compromiso de los Levi se desarrolla en las cuatro paredes de una casa, en las conversaciones telefónicas, en los detalles nimios —esos paquetes de ropa interior acarreados en las idas y venidas de la cárcel— que duelen, más que por el peso de la historia, por su proximidad. Natalia Ginzburg traza un recuerdo de dignidad y resistencia con palabras domésticas, lejos de la épica y cerca de lo que es suyo y nuestro.

Me llamo Natalia Ginzburg por las emociones encontradas que por fin encuentran cobijo, por los dialectos que se mezclan al oír el pasado, por esas palabras que solo yo y mi familia conocemos y reconocemos. No soy ella, pero aquí —en esta lectura, ante este libro—, por arte de literatura, me siento Natalia Ginzburg, quizá porque haya dicho algo de mí que yo no sospechaba, y espero que, al cerrar la última página de Léxico familiar, todos sus lectores nos reconozcamos en ella.

E LENA M EDEL

Nota de la autora

T odos los lugares, hechos y personas que aparecen en este libro son reales. Nada es ficticio. Siempre que, debido a mi costumbre de novelista, inventaba algo, me sentía obligada a destruirlo.

Hasta los nombres son reales. Al escribir, sentía tan profunda intolerancia por cualquier invención, que no he podido cambiar los nombres verdaderos. Me han parecido inseparables de las personas que los llevan. Puede que a alguien no le guste encontrarse aquí con nombre y apellido. Pero a esto no puedo responder nada.

Sólo he escrito lo que recordaba. Por eso, quien intente leerlo como si fuera una crónica, encontrará grandes lagunas. Y es que este libro, aunque haya sido extraído de la realidad, debe leerse como se lee una novela, es decir, sin pedir más, ni menos tampoco, de lo que una novela puede ofrecer.

También he omitido muchas de las cosas que recordaba, sobre todo las que me atañían directamente.

No deseaba hablar de mí. Ésta no es mi historia, sino (incluso con vacíos y lagunas) la de mi familia. Debo añadir que ya en la infancia y adolescencia me propuse escribir un libro sobre las personas que entonces me rodeaban. En parte, puedo decir que éste es el libro. Pero sólo en parte, porque la memoria es débil, y los libros que se basan en la realidad con frecuencia son sólo pequeños atisbos y fragmentos de cuanto vivimos y oímos.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Léxico familiar»

Mira libros similares a Léxico familiar. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Natalia Jiménez - Querer(te)
Querer(te)
Natalia Jiménez
Natalia Junquera - Valientes
Valientes
Natalia Junquera
Natalia Ginzburg - Ensayos
Ensayos
Natalia Ginzburg
Natalia Ginzburg - Las pequeñas virtudes
Las pequeñas virtudes
Natalia Ginzburg
Natalia Zuazo - Guerras de Internet
Guerras de Internet
Natalia Zuazo
Natalia Ginzburg - Antón Chéjov
Antón Chéjov
Natalia Ginzburg
Natalia Demidoff - Cocinar con amor
Cocinar con amor
Natalia Demidoff
Reseñas sobre «Léxico familiar»

Discusión, reseñas del libro Léxico familiar y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.