En esta primera parte presentamos las bases de una aproximación al léxico que permita posteriormente abordar su estudio en relación con los demás componentes del sistema lingüístico.
C APÍTULO 7
Léxico y fonología
Las lenguas son caracterizadas popularmente por los sonidos recurrentes que los hablantes de otras lenguas diferentes creen representativos de ellas en el vocabulario que conocen. Por eso, las características fonológicas de las lenguas pueden observarse en las unidades léxicas, cuyas estructuras fónicas son más frecuentes, tanto en la distribución de sus fonemas en la sílaba como en la unidad léxica. Se intenta explicar en este capítulo lo supeditadas que estas estructuras fónicas pueden aparecer si se considera también la entonación y la fonotaxis; y se dan pautas para explicar y ser sensible al ritmo lingüístico, en el que los rasgos fonológicos de las unidades léxicas y su disposición en los periodos sintácticos juegan un papel determinante y facilitan la memorización. La relación entre fonología y ortografía merece también una ligera atención.
Se tendrá al final del capítulo una noción de las características fónicas del léxico del español, de cómo la distribución de los fonemas y de las sílabas influye en el ritmo tanto habitual como literario de la lengua.
Sumario
7.1 . Los fonemas y su distribución dentro de las unidades léxicas
7.2 . La estructura silábica de la unidad léxica
7.3 . El contraste de intensidad silábica y los esquemas silábicos
7.4 . Los grupos fónicos y su línea melódica: la entonación
7.5 . Las secuencias rítmicas memorizadas
7.6 . La ortografía y la fonética: juegos de palabras
7.7 . Interjecciones y onomatopeyas
7.8 . Caracterización fonológica del léxico de la lengua española
«—¿Jane… Treves, Branshaw? —Fue mi interrogación primera. Me paré en esos nombres, no supe pasar de largo.
—Sí, t, r, e, v, e, s —contestó la joven, quizá creyendo por mi pequeña pausa que yo no los había pillado bien, de hecho deletreó en inglés de manera automática, en español no se acostumbra tanto: ‘ti, ar, i, vi, i, es’, así a nuestro oído (y en efecto yo lo había entendido como Trevis o Travis escrito). Biográficamente ella era bastante más que medio inglesa. Hablaba mi lengua con tanta facilidad como yo o solo un poco más lento, y contaba con buen vocabulario incluso libresco, pero de vez en cuando se le colaba algo raro (aquel ‘así’, aquel ‘dijéramos’) o incurría en un anglicismo o la arrastraba la entonación de la isla; su c o z era más suave de lo habitual, como la de los catalanes en su castellano, también su g o j; su sonido t no llegaba a salirle alveolar del todo ni su k plosivo como a los ingleses, por suerte, eso habría hecho su dicción en español muy afectada, casi irritante en quien tan bien lo dominaba».
Javier Marías (2004), Tu rostro mañana 2 (Baile y sueño), Madrid,
Alfaguara, págs. 49-50.
El fragmento anterior señala la realización fonética del español en una extranjera: en él se valora el vocabulario, pero también su entonación y la realización de algunos fonemas, lo justo para que la joven ni diera la sensación de afectada ni produjera irritación en el oyente.
Si se viene recordando que la palabra, la unidad léxica, se encuentra en un punto central entre la lengua como sistema y el mundo (§1), entre el léxico documentado socializado y el léxico mental de cada hablante (§2), que desde ella se pueden estudiar características gramaticales (§5) y valores semánticos (§4) y pragmáticos del sistema (§8), es natural que también en las palabras se puedan considerar características fonológicas de la lengua estudiada; en este caso, de la lengua española. Las características fonológicas de las unidades léxicas y el orden sintáctico lineal con el que aparecen en el discurso producen el ritmo, tanto en verso como en prosa. Los hablantes son muy susceptibles al ritmo, aunque no sepan analizarlo, pues el ritmo despierta atención, produce seguimiento y, a la postre, placer. Recogemos en este capítulo muchos ejemplos y reflexiones sobre aspectos fónicos de la lengua que muestran hasta qué punto la materia fónica está presente en cualquier reflexión sobre el léxico y su inserción en el discurso.
La frecuencia de ciertos fonemas dentro de las unidades léxicas, su distribución, la intensidad de sus sílabas, y la secuencia melódica de los grupos fónicos, en los que las palabras van insertadas, caracterizan el ritmo en los diferentes idiomas.
Los niños, o de forma burlesca los adultos, caracterizan el francés, el italiano, el catalán, el portugués por rasgos formales fónicos de su vocabulario que chocan con la frecuencia baja de esos mismos rasgos en castellano, o por su ausencia total. De chaleco-chalequé para el francés, los plurales en -ini para el italiano, los constitució y constituçao para el catalán y el portugués respectivamente, son nociones elementales que para el vocabulario de esas lenguas tienen los hablantes más ignorantes de ellas.
El léxico de cada lengua tiene unas características formales sonoras que inconscientemente reconocemos; muestra características fónicas y fonológicas que se hacen habituales a los hablantes. Por ‘formales’ se entiende su composición fonológica, la distribución de fonemas en sus sílabas, la estructura de estas, la distribución de las sílabas en los extremos y en el interior de las unidades léxicas, la colocación de las sílabas más o menos intensas y otras características en la secuencia sintáctica (fonotaxis).
Los rasgos fonológicos necesarios para analizar y valorar las palabras de una lengua son los siguientes, que iremos abordando en los diferentes apartados de este capítulo:
— Los fonemas y su distribución dentro de las unidades léxicas (§7.1)
— La estructura silábica de la unidad léxica (§7.2)
— El contraste de intensidad silábica y los esquemas silábicos (§7.3)
— Los grupos fónicos y su línea melódica: la entonación (§7.4)
La fonética en las estructuras supraléxicas (fonotaxis) tiene en cuenta:
— Las secuencias rítmicas memorizadas (§7.5)
— La ortografía y la fonética: los juegos de palabras con el material fonético (§7.6)
— Interjecciones y onomatopeyas (§7.7)
7.1. Los fonemas y su distribución dentro de las unidades léxicas
Los fonetistas y fonólogos atienden a los sonidos de las lenguas, específicamente a los sonidos que permiten reconocer las realizaciones orales de los hablantes como emisiones propias de cada lengua, tanto en su comprensión como en su articulación. El sonido es un fenómeno físico que depende a) de los órganos corporales que lo producen, que se disponen de una determinada manera fisiológica para emitirlo; y b) de las características fónicas de estos sonidos percibidos por el oído humano que tienen valor para distinguirlos y descodificar así la lengua oral.
La realización de una palabra como