VENGANZA NATURAL
Culpable
Julia
B. L. Rámiz publicó « Worlds: Cápsulas de Renacimiento I» en julio de 2017. Desde entonces no ha dejado de trabajar en ese proyecto. En abril de 2019 verá la luz « Worlds: Cápsulas de Renacimiento II» , la segunda entrega de esta saga.
Ahora tienes en tus manos “Julia” la primera parte de la obra “Venganza natural” cuyo primer libro se llama “Culpable”. En esta obra, el autor no solo ofrece un viaje por la reflexión sobre la protección del medio ambiente, también ha creado un nuevo formato que ofrece a los lectores una nueva manera de conocer una historia.
B. L. RÁMIZ
VENGANZA NATURAL
Culpable
Julia
Mary, tú fuiste la primera; Juanma: tú, el segundo.
Agradecimientos:
- A Juan Manuel y Elena, vuestro apoyo es siempre maravilloso.
- A Francisco García, el cual se ha encargado de las correcciones de este libro.
- A todos los que creyeron en mí, especialmente Eva y Marijose.
- A Adrián Lucas por la magnífica cubierta que ha diseñado.
- A Mary Carmen Belda, por su colaboración desinteresada.
Autor del libro: B. L. Rámiz
©Todos los derechos reservados:
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación, por cualquier medio o procedimiento, sin para ello contar con la autorización previa, expresa y por escrito del autor. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida con lo establecido en la ley.
MUERTOS
—¡Y aquí le tienen! ¡No ha escatimado en gastos! —Un reportero, con una sonrisa extraordinariamente blanca, informaba paso a paso sobre la llegada del magnate más importante de la informática a la Casa Blanca—. ¡Ahí le vemos bajando de su exclusiva «Marybach» con elementos de oro y diamante incrustados! Como siempre, rodeado de multitud de seguridad. Hasta cincuenta guardaespaldas suelen acompañarle allá dónde vaya. Esta vez, se ha acotado un perímetro de seguridad de dos kilómetros, y se han instalado detectores de balas de la mayor eficacia, por lo que ningún disparo alcanzará su destino dentro del perímetro —Alrededor del reportero podían verse multitud de periodistas y cámaras, los cuales emitían en directo en diferentes medios de comunicación de todo el mundo—. Esperando su salida… ¡y ahí le tienen, señores! ¡Con un traje hecho a medida por su diseñador personal! ¡No podía defraudar, y nos deleita con otro de sus trajes de tela de oro! ¡Si alcanzan a ver sus zapatos plateados…! Podemos informarles de que se trata de un diseño exclusivo realizado por el diseñador Fabián Arizmendi y fabricados por la marca deportiva «Tanidas». Su corbata…
—¡MENUDO HIJO DE PUTA! —gritó Alex indignado, después de terminar el vaso de su zumo.
—¡ALEX! ¡POR FAVOR, MODERA TU LENGUAJE! —Emma miraba a su hijo con cara de pocos amigos.
—¡No me voy a moderar con ese cabrón! ¡Es el enemigo número uno del planeta! —Alex no parecía dispuesto a rebajar el tono; de hecho, estaba tan enfadado, que escupía restos del pan casero de la tostada que acababa de morder.
—Entiendo lo que sientes por ese impresentable, pero no creo que sea necesario recurrir a la rabia ni a ese tipo de vocabulario —Emma estaba rociando su tomate con un poco de aceite de oliva. Después dirigió la mirada a su marido—. Por otro lado, esperaba que tu padre también hubiera reprobado tu comportamiento.
—Será que su padre no lo ha hecho porque está de acuerdo con su retoño. Izan Moore es un hijo de puta —Daniel, el padre de la familia Smith, añadía unas gotas de stevia a su café mientras se ajustaba la felpa de tela que le sujetaba su largo cabello rubio lleno de rastas—; es más, apostaría a que es el hijo de puta más grande del mundo.
—¡ Yeah ! —Alex y su padre chocaron las palmas en señal de complicidad. Emma los miró muy enfadada, pero algo resignada.
—¿Cómo va a salir normal nuestro hijo con el padre que tiene? —Emma comenzaba a recoger la mesa, casi todos habían terminado de desayunar.
—¿Y quién es normal en esta familia? —preguntó Daniel—. Somos americanos, venimos de California y vivimos en el campo, al lado de un pequeño pueblo de la España profunda, autoabasteciéndonos de frutas y verduras y vendiendo lo que nos sobra. ¡Somos una especie en extinción en el siglo veintiuno!
—Visto así… —Emma no tenía ganas de discutir, y, en el fondo, pensaba lo mismo que su marido y su hijo acerca del señor Moore.
—¡Ya estoy lista! —Julia bajaba las escaleras que daban directamente al salón en la planta baja, en donde el resto estaba terminando de desayunar—. ¿Qué hacéis viendo al hijo de puta ese? —preguntó Julia apuntando con su dedo al televisor.
—¡Otra! —Emma se resistía a acostumbrarse a aquellos improperios—. ¡Spike!
El perro de la familia acababa de entrar por la gatera de la puerta de entrada y se había dirigido directamente a la televisión, en donde el magnate de informática hacía su paseo a lo largo de una larga alfombra roja y rodeado de guardaespaldas vestidos de negro. Parecía muy enfurecido. Dio algunos ladridos y gruñó efusivamente enseñando los dientes.
—¡Hasta Spike odia a ese cabrón! No se conforma con ser el mayor negacionista del calentamiento climático y de la contaminación del planeta. ¡Ahora va a convencer al presidente de Estados Unidos de que se salga de todos los protocolos establecidos para proteger al medio ambiente! —Alex odiaba a aquel tipo con todas sus fuerzas.
—No solo eso, se rumorea que quiere que el presidente amenace a la ONU con eliminar los acuerdos de comercio si los protocolos afectan a la economía de los Estados Unidos —añadió Daniel.
—¡PUTO CERDO! —gritó Alex saltando de la silla—. ¡OJALÁ QUE LA NATURALEZA SE VENGUE DE ESE MALDITO MOJÓN DE MIERDA! —El volumen de voz de Alex era tan elevado que Spike se asustó un poco. Lo miró y después volvió a salir de la casa por la gatera de la puerta principal.
—¡Ya está bien! —Emma no iba a seguir escuchando aquel lenguaje tan soez—. ¡Venga! ¡A recoger la mesa, que tenemos que acompañar a Julia a la parada de tren!
La familia Smith se separaba periódicamente para realizar cursos relacionados con la protección del medio ambiente. Sus miembros eran completamente vegetarianos y cultivaban casi todo lo que consumían. Julia iba aquella mañana a Málaga, en donde iban a dar una conferencia de ecologismo. Al día siguiente, Alex se iría a Asturias para acudir a la «Feria de Ideas Naturales» y Daniel le acompañaría en el viaje hasta Madrid, en donde asistiría a un curso para fabricar cacharros que podían refrescar de manera limpia. A Emma le tocaba quedarse cuidando de los cultivos aquella vez, pero asistiría a un concurso de sombreros ecológicos en cuanto volviera su hija.
—¡Este rosal está creciendo rapidísimo! —Julia estaba a casi un metro del nuevo rosal de su madre. Acercó un poco la mano para tocar la textura de las hojas—. ¡MIERDA!
—¿Qué pasa? —preguntó Alex, que se apresuró a rodear la cabeza para mirar a su hermana, la cual se llevaba el dedo índice a la boca—. ¡Joder! ¡Menudo grito por un puto pinchazo de una espina!
—Pero aún estaba lejos, juraría que… ¡HOSTIA! ¡Mira qué hora es! —Julia señalaba el reloj de madera que colgaba del chupón de la chimenea—. ¡Tenemos que salir ya!
—¡Venga, sí! —Julia se apresuró a abrir la puerta principal—. ¡Menos mal que he preparado las bicicletas!
La familia salió de manera apresurada de la casa dejando la televisión encendida, en donde seguía la emisión en directo del mediático magnate de informática Izan Moore, el cual estaba ya sentado en el despacho oval, al lado del presidente, con el que hacía bastantes buenas migas.
—Les están colocando los micrófonos, por lo que pronto podremos escuchar al señor Moore y al presidente Crumb —decía la voz del reportero, cuya sonrisa ultra blanca ya no podía torturar a nadie al no aparecer en la pantalla—. ¡Ohhh! ¡Miren a Pree! ¡Parece que tiene un collar nuevo de diamantes incrustados en oro blanco! Ya tienen colocados los micrófonos, parece que van a comenzar a hablar.
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