Charlotte Wallace - Piso compartido (Spanish Edition)
Aquí puedes leer online Charlotte Wallace - Piso compartido (Spanish Edition) texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2017, Género: Detective y thriller. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Piso compartido (Spanish Edition)
- Autor:
- Genre:
- Año:2017
- Índice:3 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Piso compartido (Spanish Edition): resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Piso compartido (Spanish Edition)" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Piso compartido (Spanish Edition) — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Piso compartido (Spanish Edition) " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Piso
compartido
Piso
compartido
Charlotte Wallace
Primera edición: julio 2017
© Derechos de edición reservados.
www.charlotte-wallace.blogspot.com
@Charlotte Wallace
© Charlotte Wallace
Diseño de cubierta y maquetación: © Charlotte Wallace
ISBN: 9781521930632
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros medios, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal)
Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográfico) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Ten fe ciega, no en tu capacidad para el triunfo,
sino en el ardor con que lo deseas .
Horacio Quiroga
1. ENRICO
—PERO, ¿por qué tengo que ser yo?
—Porque eres el más indicado para hacerlo.
—Que se encargue Nico. O mejor aún, Salvador. A Nicolai se le da muy bien ese tipo de trabajitos.
—He dicho que lo harás tú y no hay nada más que discutir.
—Pero padre, yo...—dejó inconclusa la frase en cuanto vio que su padre se levantaba rápido del sillón.
—¡Enrico!—su fuerte voz infundía respeto cada vez que pronunciaba un nombre—Irás tú, te comportarás como una persona normal, compartirás el piso con ellos y conseguirás lo que necesito. Y cuando llegue el momento ya te diré yo lo que tendrás que hacer. ¿Entendido?
—Entendido, padre.
Enrico asintió a la vez con la cabeza y se giró para dirigirse a la puerta del salón. Mientras avanzaba escuchó cómo el sillón de piel recibía de nuevo a su dueño. Era consciente de que solo él podía extralimitarse algo con el señor Vaccarezza, pero un poco nada más. De haber sido otro el que le hubiera contestado de aquella manera, el asunto no habría terminado tan bien.
En el hall de entrada le esperaba Nico, apoyado en una de las columnas de mármol y con las piernas cruzadas.
—Te dije que perdías el tiempo, cuando tu padre decide algo, de nada sirve que digas nada—dijo con una media sonrisa cuando Enrico estaba a un par de metros de él.
—Lo sé, pero debía intentarlo.
—Tampoco es el fin del mundo. Un trabajo sencillo, serán como unas vacaciones para ti.
—¿Vacaciones?—Enrico miró fijamente a Nico—tengo que irme a vivir de alquiler en un barrio de clase media, y encima compartirlo con tres personas más… ¿Eso son vacaciones para ti?
—Vamos, Rico, tampoco te vendrá mal que vivas una temporada con la gente normal. Seguro que aprenderás muchas cosas. Además, recuerda que tú tienes parte de culpa en todo esto, así que ahora no te quejes.
—¡No me jodas, Nico!
—Será mejor que te lo tomes con filosofía, de todos modos tendrás que hacerlo—dijo con ironía—Tu padre lo tiene todo preparado. Las cosas están en el coche. Cámbiate de ropa y por el camino te explico los detalles.
* * *
—¡Nico!—gritó desde la planta superior. El reclamado cerró los ojos y suspiró profundo antes de subir a ver qué le pasaba al chico.—¿En serio tengo que ir con esta pinta?
Cuando Nico entró en la habitación vio a Rico sosteniendo en cada mano una percha con ropa, unos vaqueros y una camisa de cuadros.
—Tienes que entender que no puedes ser un tío que se va a compartir piso y que vista con trajes de Armani todos los días.
—¿Y por qué no?
—Porque no tiene sentido, tienes que hacerte pasar por una persona de a pie de calle. Lo sabes, así que deja de comportarte como un niño pequeño y vámonos ya, al final se nos hará tarde.
—¡Dios! Está bien, me pongo estos harapos y nos largamos.
—Te espero abajo, no tardes.
—Vale, vale, que ya voy.
Veinte minutos después Nico vio como aparecía Enrico por la parte de arriba de las escaleras. «¡Será capullo! Le queda mejor esta ropa que esos trajes de pijo que se pone», masculló en voz baja mientras bajaba.
—Estoy listo—dijo dando una vuelta sobre sí mismo para mostrarle a Nico el resultado de su transformación.
—Estás muy guapo, Rico—contestó a la vez que soltaba una gran risotada.
—Lo sé.
Fuera esperaba el coche de Nico, un cuidado Opel Calibra en color negro metalizado al que trataba como si fuese parte de su familia.
—¿En tu coche?—preguntó Enrico—¿Por qué no vamos en el mío?
—Porque…—Nico suspiró de nuevo—. Así vestido no pega nada en absoluto que salgas de un Ferrari.
—Muy gracioso, hoy estás muy gracioso.
A los diez minutos de viaje en silencio y con la única compañía de un disco de Neil Diamond, Nico tomó de nuevo la palabra.
—Compartirás piso con esas tres personas, consigue la información cuanto antes. Ponte las pilas y no te duermas en los laureles. Sé profesional, ¿entendido?
—Tranquilo, tío. Sabes que lo hago todo bien.
—Eso espero, o tu padre se mosqueará mucho.
—No te preocupes, de verdad—hizo una pausa para sacar pecho—Ya me conoces con las mujeres, ninguna se me resiste.
—Más te vale—dijo Nico moviendo la cabeza levemente—Trabajas como programador de aplicaciones para móviles en la empresa Tecno-Six, y llevas trabajando ahí desde hace tres meses, ¿de acuerdo?
—Bueno, preferiría otra tapadera, algo con más glamur, pero en fin, tú mandas.
—Intenta hablar lo justo acerca del trabajo. Evita el tema y cambia de conversación en cuanto puedas.
—Evadir tema. Tomo nota.
—Intenta ser educado y comportarte como una persona normal.
—¿Qué? ¿Qué insinúas?
—No insinúo nada, solo digo que no te comportes como siempre.
—Ah, y según tú, ¿cómo me comporto siempre?
—Como un capullo, Rico, como un capullo.
—Un día de estos me voy a hartar de tus desconsideraciones, y entonces…
—Y entonces nada—dijo Nico poniéndose serio y lanzando su mirada “atraviesa almas”, como solía decir Enrico.
—¿Has pensado ya a qué vas a dedicar esas horas en las que tienes que estar fuera?
—¿Qué quieres decir?—preguntó extrañado.
—Hablo de las cuatro horas en las que se supone que estarás trabajando.
—Ah, pues había pensado buscar algún gimnasio por allí y al menos aprovecho el tiempo.
—Pero que sea alejado del barrio, no te arriesgues a que te descubran, ¿vale?
—No te preocupes.
Enrico iba mirando por la ventanilla del coche durante buena parte del trayecto que le llevaría a su nuevo barrio, a su nuevo “hogar”. Nunca le agradó demasiado aquella ciudad, de hecho, no le gustaba ninguna. Prefería vivir en la gran casa familiar, apartada de todo, o en su defecto, en la bonita casa de la playa.
Por fin llegaron al que sería su nuevo vecindario. Parecía tranquilo, demasiado, y Enrico lo achacó a que no estaba en pleno centro sino en la periferia. Era un barrio de clase media, ocupado en su mayoría por trabajadores no cualificados y estudiantes.
Nico giró hacia una calle en la que rezaba un cartel de “sin salida”. Supuso que habían llegado. Detuvo el auto frente a un viejo edificio de ladrillo visto pero pintado de blanco, o más bien en un tono grisáceo por el paso del tiempo.
—¿Es aquí?—preguntó Enrico.
—Aquí es—le respondió Nico—Es ese edifico blanco, el del portón color burdeos.
—Esto es deprimente, de verdad.
—No sigas quejándote. Por más que lo hagas la situación no va a cambiar. Adáptate cuanto antes y todo será más fácil.
Enrico suspiró y abrió la puerta del coche. Nico hizo lo propio y se dirigió a la parte trasera del vehículo para abrir el maletero. Sacó una maleta de gran tamaño y algo raído y la dejó en la acera.
—Esa no es mi maleta.
—Ya empezamos de nuevo—le riñó Nico—.Ya lo hemos hablado antes, acostúmbrate a tu nuevo papel, y hazlo rápido. Tus maletas de Gucci no son bienvenidas en este barrio.
Página siguienteTamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Piso compartido (Spanish Edition)»
Mira libros similares a Piso compartido (Spanish Edition). Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Piso compartido (Spanish Edition) y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.