• Quejarse

Betty Mahmoody - No sin mi hija

Aquí puedes leer online Betty Mahmoody - No sin mi hija texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1987, Editor: ePubLibre, Género: Detective y thriller. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Betty Mahmoody No sin mi hija

No sin mi hija: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "No sin mi hija" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Betty Mahmoody: otros libros del autor


¿Quién escribió No sin mi hija? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

No sin mi hija — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" No sin mi hija " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Notas

[1] Aquí el autor juega con el doble significado de la palabra inglesa: oil, que quiere decir tanto petróleo como aceite. (N. del t.)

No sin mi hija es la historia real de Betty Mahmoody, norteamericana casada con un médico iraní. En agosto de 1984, el matrimonio, con su hija de cuatro años, va a pasar las vacaciones a Teherán, y el marido decide quedarse allí permanentemente. Betty está obligada asimismo a quedarse en el país, a menos que acepte separarse de su hija, ya que la ley islámica protege absolutamente los derechos del padre de familia y tanto ella como la niña están consideradas iraníes.

No sin mi hija relata la larga y difícil trayectoria de Betty y la niña hasta que, tras un período de forzada adaptación a la cotidianidad iraní, consiguen salir del país. Según la reseña de Marita Golden en The New York Times Book Review, «el relato de Betty Mahmoody ofrece fascinantes aunque turbadoras vislumbres de la vida en la actual sociedad iraní, y en particular de la situación de las mujeres. Y, con la ayuda de William Hoffer, el coautor de El expreso de medianoche, el libro es una conmovedora historia de fortaleza personal, valor y fe».

Betty Mahmoody William Hoffer No sin mi hija No sin mi hija - 1 ePub r11 - photo 1

Betty Mahmoody & William Hoffer

No sin mi hija

No sin mi hija - 1

ePub r1.1

Titivillus 03.09.15

Este libro está dedicado

a la memoria de mi padre,

Harold Hover

Agradecimiento

Marilyn Hoffer realizó una inconmensurable contribución a este proyecto, combinando sus excelentes cualidades de escritora con su comprensión como mujer, esposa, madre y amiga. Sin su lucidez, hubiera sido difícil —casi imposible— escribir esta obra. Fue un miembro vital del equipo desde el comienzo hasta el fin. La admiro y la quiero profundamente.

1

Mi hija dormitaba en su asiento junto a la ventanilla del reactor de la British Airways, con sus bucles pardo-rojizos enmarcándole el rostro y cayendo descuidadamente hasta más abajo de sus hombros. Nunca se los habían cortado.

Era el 3 de agosto de 1984.

Mi pequeña estaba exhausta a causa de nuestro prolongado viaje. Habíamos salido de Detroit el miércoles por la mañana, y ahora, cuando nos acercábamos al final de esta última etapa del viaje, el sol se levantaba ya en viernes.

Mi marido, Moody, levantó la mirada de las páginas del libro que descansaba sobre su vientre. Empujó sus gafas hacia arriba, sobre su frente calva. «Será mejor que te prepares», dijo.

Me desabroché el cinturón, agarré el bolso y me dirigí por el estrecho pasillo hacia el lavabo de la parte de atrás del avión. Ya los ayudantes de cabina estaban recogiendo la basura y preparándose para las primeras fases del aterrizaje.

Esto es un error, me dije. Ojalá pudiera escapar de este avión ahora mismo. Me encerré en el lavabo y eché una mirada al espejo, para ver una mujer al borde del pánico. Acababa de cumplir los treinta y nueve, y a esta edad una mujer debería saber dominarse. ¿Por qué, me pregunté, había perdido el control?

Me arreglé el maquillaje, tratando de tener el mejor aspecto, e intentando al mismo tiempo tener ocupada la mente. No quería estar aquí, pero estaba, así que ahora tenía que sacar el máximo partido de la situación. Tal vez estas dos semanas pasaran rápidamente. Cuando regresáramos a casa, en Detroit, Mahtob iniciaría sus clases de párvulos en una escuela Montessori de las afueras. Moody se sumergiría en su trabajo. Empezaríamos a construir el hogar de nuestros sueños. Pasa como puedas estas dos semanas, me dije.

Busqué en el bolso el par de gruesos panties negros que había comprado por indicación de Moody. Me los puse y alisé la falda de mi conservador vestido verde oscuro, que los cubría.

De nuevo me miré al espejo, rechazando la idea de pasar el cepillo por mi castaño cabello. ¿Por qué preocuparme?, me dije. Me puse el grueso pañuelo verde que Moody me había dicho que debía llevar siempre que saliera a la calle. Anudado bajo la barbilla, me hacía parecer una vieja campesina.

Estudié mis gafas. Pensé que estaría más atractiva sin ellas. La cuestión era hasta qué punto quería impresionar a la familia de Moody, o hasta qué punto quería ser capaz de ver aquella atormentada tierra. Me dejé las gafas puestas, dándome cuenta de que el pañuelo ya había hecho un daño irreparable.

Finalmente, volví a mi asiento.

—He estado pensando —dijo Moody—. Tenemos que esconder nuestros pasaportes americanos. Si los encuentran, nos los quitarán.

—¿Qué deberíamos hacer? —pregunté.

Moody vaciló.

—Registrarán tu bolso, porque eres americana —me dijo—. Deja que los lleve yo. Es menos probable que me miren a mí.

Esto era bastante cierto, porque mi marido era de ilustre linaje en este país, un hecho implícito incluso en su nombre. Los nombres persas suelen ser ricos en significado, y cualquier iraní podría deducir mucho del nombre completo de Moody, Sayyed Bozorg Mahmoody. «Sayyed» es un título religioso que denota descendencia directa del profeta Mahoma por ambos lados de la familia, y Moody poseía un complejo árbol familiar, escrito en parsi, para demostrarlo. Sus padres le concedieron el título «Bozorg», en la confianza de que llegara a merecer el término, que se aplica al que es grande, noble y honorable. El apellido familiar era originalmente Hakim, pero Moody había nacido en la época en que el sha promulgó un edicto prohibiendo los nombres islámicos como éste, de manera que el padre de Moody cambió el apellido familiar por el de Mahmoody, que es más persa que islámico. Es un derivado de Mahmood, que significa «alabado».

A la categoría de su nombre había que añadir el prestigio de su cultura de erudito. Aunque los compatriotas de Moody odiaban oficialmente a los americanos, sentían veneración por el sistema pedagógico americano. Como médico educado y entrenado en América, Moody seguramente contaría entre la élite privilegiada de su tierra natal.

Hurgué en mi bolso, encontré los pasaportes y se los tendí a Moody. Éste los deslizó en el bolsillo interior de su traje.

El avión se aproximaba a su destino, pues los motores disminuyeron perceptiblemente su ritmo y el morro del aparato se inclinó, produciéndose un acentuado y rápido descenso. «Tenemos que bajar de prisa a causa de las montañas que rodean la ciudad», me dijo Moody. La nave entera se estremecía bajo la tensión. Mahtob despertó, repentinamente alarmada, y me asió la mano. Levantó su mirada hacia mí en busca de seguridad.

—Todo va bien —le dije—. Pronto aterrizaremos.

¿Qué hacía una mujer americana aterrizando en un país cuya actitud hacia los americanos era la más abiertamente hostil de cuantas mostraban las naciones del mundo? ¿Por qué llevaba a mi hija a una tierra que estaba embarcada en una cruel guerra contra Irak?

Por más que lo intentaba, no podía ahuyentar el oscuro temor que me había atormentado desde que el sobrino de Moody, Mammal Ghodsi, propusiera este viaje. Un par de semanas de vacaciones en cualquier parte son soportables, si uno contempla el retorno a la confortable normalidad. Pero yo estaba obsesionada con una idea, que mis amigos me aseguraban que era irracional: que, una vez que nos trajera a Mahtob y a mí a Irán, Moody trataría de mantenernos allí para siempre.

Jamás haría eso, me habían asegurado mis amigos. Moody estaba completamente americanizado. Llevaba veinte años viviendo en los Estados Unidos. Todas sus posesiones, su actividad médica, la totalidad de su presente y de su futuro, estaban en América. ¿Por qué iba a abandonarlo todo?

Todos estos argumentos resultaban convincentes a un nivel racional, pero nadie conocía la paradójica personalidad de Moody tan bien como yo. Moody era un marido y un padre cariñoso, aunque dado a una insensible indiferencia por las necesidades y deseos de su familia. Su mente era una mezcla de brillantez y oscura confusión. Culturalmente, era una combinación de Oriente y Occidente; ni siquiera él sabía cuál era la influencia dominante en su vida.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «No sin mi hija»

Mira libros similares a No sin mi hija. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «No sin mi hija»

Discusión, reseñas del libro No sin mi hija y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.