«Adiós, España»
Verdad y mentira de los nacionalismos
Jesús Laínz
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Prólogo
JESÚS LAÍNZ Y EL PROBLEMA DE LA «DECONSTRUCCIÓN DE ESPAÑA»
En la década de los 90, a medida que las demandas de autodeterminación en Cataluña y el País Vasco se hacían más estridentes y los problemas de identidad y autonomía se multiplicaban en España, se empezó a desarrollar una amplia literatura didáctica, y frecuentemente polémica, sobre la problemática de la identidad española, por un lado, y los denominados nacionalismos periféricos, por otro. Con el paso de los años esta producción literaria ha continuado incrementándose abarcando diversas categorías. Entre éstas se incluyen estudios académicos de profesionales sobre las regiones y los movimientos nacionalistas, una extensa producción apologética por parte de los nacionalistas, una copiosa literatura crítica (principalmente de periodistas y políticos, aunque a veces también de estudiosos) destinada a denunciar los peores abusos de los nacionalistas (especialmente de los vascos), y una literatura apologética en defensa de la existencia de una historia y una identidad española común, a la que la propia Real Academia Española de la Historia ha contribuido con dos volúmenes.
El libro de Jesús Laínz, publicado en su primera edición a principios de este año 2004, es una de las contribuciones a este género más extensas y mejor informadas. Sus más de 800 páginas, escritas con gran claridad y rigor conceptual, tratan cuatro temas principales.
El primero es el de la identidad y la unidad española tal como se desarrolló durante los reinos medievales y la posterior Monarquía española.
El segundo, que recibe la atención más detenida, es el análisis de las leyendas y mitos históricos vascos desde el siglo XVI hasta nuestros días. Los capítulos dedicados a los nacionalismos catalán y gallego en comparación, más breves, mientras que la última parte del trabajo trata las reclamaciones, controversias y contradicciones que se han desarrollado durante las últimas décadas bajo el actual Estado de las Autonomías.
El resultado es el más completo compendio crítico o guía sobre la mayoría de estos problemas que haya aparecido nunca en un solo libro.
Laínz no es un historiador profesional y en los últimos años se ha propagado mucho en España la absurda idea de que la historia es ciencia tan arcana que sólo puede ser tratada adecuadamente por profesores universitarios. En otros países occidentales una concepción tan estrecha y corporativista simplemente causaría risa. Lo que requieren los buenos estudios históricos no es un título de licenciatura sino inteligencia, precisión, rigor y trabajo duro en las fuentes adecuadas. Y en lo que se refiere a estos requisitos, el libro de Laínz los cumple más que sobradamente. Analiza a conciencia y con precisión las más importantes fuentes publicadas y ejerce sobre las aberraciones e invenciones históricas e historiográficas de los nacionalistas extremados un sonrojante escrutinio.
El carácter de una identidad española común, tal como se reveló en los primeros siglos de historia española, es explicado con claridad, mientras que una amplia parte del libro está dedicada a las invenciones y manipulaciones del nacionalismo vasco. Mucho de ello ha sido estudiado por otros autores, pero ningún otro título realiza un análisis tan completo en un solo libro.
Los cambios en el contexto histórico que causaron el desarrollo de las ideas prenacionalistas y posteriormente nacionalistas son explicados detalladamente, junto con el origen de la mayoría de estas ideas y su relación —o ausencia de ella— con los hechos históricos.
Formulaciones clásicas como la hidalguía universal vascongada, la cuestión racial, el territorio o la lengua son tratados en su contexto histórico original.
Un aspecto que habría merecido un examen más extenso es la definición original y la institucionalización de los fueros vascongados. Estos fueron producto de los siglos XV y XVI, aunque aspectos concretos se enraizaban a veces en tiempos anteriores. Lo que Laínz realiza, en cualquier caso, es una lúcida y precisa explicación de la evolución de la controversia sobre los fueros desde el siglo XVIII hasta el presente.
La última sección del libro se ocupa de los asuntos más importantes de la actualidad, como la autodeterminación, los derechos constitucionales, la política del Partido Nacionalista Vasco y la postura de los nacionalismos ante la globalización. Esta sección es inevitablemente más política y polémica, pero ha sido igualmente estudiada con atención y puede ser leída con aprovechamiento.
Este libro será extremadamente útil sobre todo para los estudiantes y, en general, para el lector interesado y preocupado por las controversias sobre identidad nacional y por las estridentes, ahistóricas reclamaciones del nacionalismo vasco en especial. Pone en manos del lector una guía certera y sólidamente construida sobre muchos de estos problemas y en particular sobre la naturaleza y el origen de las numerosas leyendas y ahistóricas pretensiones del nacionalismo vasco.
Adiós, España merece ser ampliamente leído si se quiere comprender el trasfondo histórico y la construcción de algunos de los temas que tanta controversia han causado en los últimos años.
Stanley G. Payne
Introducción
De todos los problemas con los que se va a enfrentar la España del siglo XXI para poder continuar su camino en la Historia, ninguno tiene la potencia desestabilizadora que los denominados nacionalismos periféricos han demostrado sobre todo durante el último siglo XX.
A la trágica realidad del terrorismo etarra hay que sumar la no siempre recordada contradicción que representan unos partidos que, incluso gobernando sus respectivas comunidades autónomas desde la instauración del régimen democrático, fundamentan su ideología y, por lo tanto, sus reivindicaciones políticas, en la negación de España como nación y en el cuestionamiento de la legalidad del Estado español, del cual sus propios gobiernos autonómicos son parte; incluso han llegado a afirmar su radical enemistad con la misma idea de España. Dichos partidos disfrutan de gran poder tanto en el gobierno de sus regiones como en el del Estado en su totalidad debido a los pactos de gobernabilidad necesarios tras la consecución de mayorías simples por el Partido Socialista y el Partido Popular.
Para legitimar sus planteamientos estos movimientos han debido realizar durante un siglo una intensa labor ideológica de presentación ante la opinión pública de las entidades nacionales que propugnan, contraponiéndolas a la realidad nacional española de la que afirman sentirse, en mayor o menor grado, ajenos. Estas páginas, no limitadas a los avatares políticos del día, están dedicadas al estudio de este proceso.
Nos hemos centrado en el nacionalismo vasco por ser el más activo, el de mayor presencia en los medios de comunicación y en las conversaciones de todos los días, y el más grave por la sangre que lleva vertiendo desde hace cuatro décadas. Sin embargo, muchos de los esquemas del nacionalismo vasco son aplicables a los otros fenómenos nacionalistas, por lo que las conclusiones que puedan ser extraídas de aquél son extensibles en numerosas ocasiones, con la debida adaptación a las otras realidades regionales, a los nacionalismos sobre todo gallego y catalán, a los que hemos dedicado también sendos capítulos.
El fenómeno del nacionalismo nació en Cataluña y País Vasco hace cien años como resultado de diversas causas convergentes que permitieron su nacimiento y desarrollo. En primer lugar, el despertar en toda Europa de los pueblos secularmente incluidos en estructuras estatales supranacionales, como los numerosos del Imperio Austrohúngaro (Hungría, Bosnia, Croacia), el Ruso (Finlandia, las repúblicas bálticas, Ucrania), o el Británico (Irlanda).