¿Por qué estuvo España sola en Lepanto? ¿Cuándo nació Jesús de Nazaret? ¿Fue Ben Laden un agente de la CIA? ¿Quién ordenó el asesinato del general Prim? ¿Quién y por qué realizó las matanzas de Sabra y Shatilla?… Preguntas como éstas se han repetido en muchas ocasiones sin encontrar una respuesta suficientemente aclaratoria. En el presente libro, César Vidal se enfrenta con veinticinco enigmas históricos y los resuelve de manera documentada, imparcial y sólida. El resultado es un libro interesante y ameno que gusta por igual a los aficionados a la Historia y a los totalmente profanos porque, finalmente, en esa Historia nos hallamos inmersos todos.
César Vidal
Enigmas históricos al descubierto
de Jesús a Ben Laden
ePub r1.2
jandepora 14.11.14
César Vidal, 2002
Diseño de portada: Opalworks
Editor digital: jandepora
ePub base r1.2
A los compañeros de la redacción de Libertad Digital, que tantos momentos gratos me proporcionan
CÉSAR VIDAL MANZANARES (Madrid, 1958) es doctor en historia, filosofía y teología, así como licenciado en derecho. Ha enseñado en distintas universidades de Europa y América, y es miembro de prestigiosas instituciones académicas, como la American Society of Oriental Research o el Oriental Institute de Chicago. Actualmente colabora en distintos medios de comunicación como La Razón, Libertad Digital, Chesterton y Muy Interesante. Es autor de más de un centenar de libros, que habitualmente se sitúan en los primeros puestos de las listas de los más vendidos y que han sido traducidos a media docena de lenguas. Entre sus premios literarios destacan el de la Crítica «Ciudad de Cartagena» a la mejor novela histórica del año 2000, el premio Las Luces de Biografía 2002, el premio de Espiritualidad 2004, el premio Jaén 2004, el IV Premio de Novela Ciudad de Torrevieja (2005), el de novela histórica Alfonso X el Sabio 2005 y el Algaba 2006 de biografía. Sus éxitos literarios son numerosos, y pocos autores han logrado ventas tan altas de tantos títulos simultáneamente. Entre sus obras más recientes destacan Los masones (2004), Paracuellos-Katyn (2005), Bienvenidos a La Linterna (2005) y Jesús y Judas (2007), y las novelas históricas El médico de Sefarad (2004), El médico del Sultán (2005), Los hijos de la luz (2005), Artorius (2006) y El judío errante (2008).
C OMENTARIO BIBLIOGRÁFICO
El estudio histórico de la figura de Jesús constituye una de las causas peor servidas por los historiadores prácticamente desde la Ilustración. Mientras que a un lado se alinean los que pretenden modelar a Jesús partiendo de su configuración confesional —tarea bien complicada si se tiene en cuenta que fue un judío que nunca renunció a serlo—, enfrente se agrupa un heteróclito colectivo de sacerdotes que perdieron la fe, católicos que dejaron de serlo y propugnadores del materialismo histórico cuya relación con la crítica histórica seria es meramente casual —si es que existe— y cuyo conocimiento de las fuentes resulta cuando menos deplorable. Lo cierto es que, a diferencia de la mayoría de los personajes históricos, Jesús sigue planteando retos que deben responderse y el deseo, quizá inconsciente en algunos casos, de eludirlos impulsa a ciertas personas a intentar demoler dialécticamente lo que históricamente tiene una extraordinaria solidez. Posiblemente uno de los espectáculos más patéticos en este terreno sea asistir a la redacción de libros y panfletos pedantes y carentes de solidez historiográfica que repiten tesis con olor a naftalina surgidas en el siglo XVIII y regurgitadas durante el XIX y las primeras décadas del XX . Su atraso es aún mayor al que supondría en el terreno de la informática abandonar el CD-ROM o los disquetes para optar por las tarjetas de cartón perforado.
A pesar de todo, los buenos estudios sobre Jesús existen y derivan en no pocas ocasiones de autores judíos. Sigue ocupando entre ellos un puesto de honor La vida y los tiempos de Jesús el Mesías, de Alfred Edersheim, una obra extensa, documentada y con abundantes referencias a las fuentes judías.
Sobre la época de redacción de los Evangelios sigue siendo de lectura obligatoria el libro de J. A. T. Robinson Redating the New Testament. Aparecido en los setenta, dio lugar a un debate historiográfico que ha abundado en sus tesis insistentes en que los cuatro evangelios canónicos se redactaron antes del año 70 d. J.C. Coincido sustancialmente con esa visión y a ella he dedicado un apéndice en El legado del cristianismo en la cultura occidental (Madrid, 2002). Igualmente le había dedicado algunas referencias en mi Diccionario de Jesús y los Evangelios (Estella, varias ediciones).
La referencia a la conjunción astral observada por Kepler ha sido recogida en varias obras, ya que es un hecho muy conocido —lo que no excusa que también haya gente que lo ignore—, pero la versión más popular, divulgativa y accesible se encuentra en W. Keller La Biblia tenía razón (Barcelona, varias ediciones).
Por lo que se refiere a las profecías mesiánicas y sus categorías —hijo de David, siervo sufriente, etc.—, le he dedicado considerable espacio en El judeo-cristianismo en la Palestina del siglo I . De Pentecostés a Jamnia (Madrid, 1993), y en mi Diccionario de Jesús y los Evangelios ya citado. No obstante, nada de eso debería impedir estudiar obras clásicas al respecto como la de Charles A. Briggs Messianic Prophecy. The Prediction of the Fulfillment of Redemption through the Messiah (Peabody, 1988).
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¿Cuándo nació Jesús de Nazaret?
Para la mayoría de las personas, el nacimiento de Jesús se produjo en la noche del 24 al 25 de diciembre del año cero, tal y como parecería desprenderse del calendario —litúrgico y civil— que utilizamos en la actualidad. Que nuestra era está marcada por el impacto que ha significado para Occidente, primero, y para el resto del mundo después el nacimiento de Jesús es un hecho que no admite duda. Sin embargo, desde una perspectiva historiográfica persiste una pregunta: ¿cuándo nació Jesús?
Para el común de los mortales, Jesús nació durante la noche del 24 al 25 de diciembre de un año que podríamos denominar convencionalmente cero. Los datos históricos apuntan, sin embargo, a unas coordenadas temporales bien distintas. Por curioso que pueda parecer, Jesús nació antes del inicio de la denominada era cristiana o era común. El Evangelio de Mateo 2, 1 ss —un texto que el descubrimiento del papiro Thiede obliga a fechar en torno al año 40, es decir, menos de una década después de la ejecución de Jesús— señala que el nacimiento se produjo cuando aún vivía Herodes el Grande. De este monarca de origen idumeo, aunque reinó sobre Israel, conocemos casi todo gracias a los datos contenidos en las obras históricas de Flavio Josefo y en algunas fuentes clásicas. Entre ellos se encuentra el hecho de que murió en el año 4 a. J.C. Esta circunstancia, muy bien atestiguada históricamente, nos obliga a concluir que Jesús debió de ver la primera luz antes de esa fecha y, de manera indirecta, nos proporciona una explicación también histórica para el episodio de la denominada estrella de Belén, que aparece recogido asimismo en el Evangelio de Mateo 2, 2.