En 1860, un joven grabador londinense recibe el encargo de ilustrar un libro sobre los Alpes. Viaja a Suiza y en Zermatt ve por primera vez el monte Cervino, una perfecta pirámide de roca que se eleva en el confín entre Suiza e Italia, y cuya cumbre en aquel momento todavía permanece inescalada.
El encuentro con la impresionante montaña cambiará el rumbo de su vida: a partir de este momento Edward Whymper emprende una lucha por conquistar la inaccesible cima. Escala intensamente en los Alpes, consiguiendo numerosas primeras ascensiones a algunos de los picos emblemáticos: Pointe des Écrins, Dent Blanche o Aiguille Verte.
Así, Whymper se convierte en uno de los mejores alpinistas de su época, predestinado a cambiar el rumbo de la historia del montañismo. Después de numerosos intentos, el 14 de julio de 1865, llega finalmente a la cima del Cervino junto con seis compañeros. Lamentablemente, la gran victoria se ve empañada por un trágico accidente: durante el descenso un desafortunado resbalón desemboca en la rotura de una cuerda y cuatro hombres se precipitan al abismo de la temible cara norte. Whymper y dos guías escapan milagrosamente a la muerte.
En 1871 Whymper publica en Londres Scrambles Amongst the Alps in the Years 1860-1869, una extensa crónica de sus hazañas alpinas, de la cual el presente libro extrae todos los fragmentos relativos a la conquista del Cervino. Ilustrado con magníficos grabados del famoso alpinista, es un clásico absoluto de la literatura alpina y un volumen indispensable en la biblioteca de cualquier montañero.
Edward Whymper
La conquista del Cervino
ePub r1.0
othon_ot 31.05.14
Título original: Scrambles Amongst the Alps in the Years 1860-1869
Edward Whymper, 1871
Traducción: Ignacio Salido Amoroto
Ilustraciones: Edward Whymper
Ilustración de cubierta: Edward Whymper
Editor digital: othon_ot
ePub base r1.1
EDWARD WHYMPER (Londres 1840-1911) es uno de los hombres más conocidos de la historia del montañismo y su nombre se asocia habitualmente con la primera ascensión al Cervino. Nacido en Londres, accede al oficio de grabador que ejerce su padre y pronto revela considerables dotes artísticas. En 1860 viaja a los Alpes con el objetivo de realizar unos grabados de algunos de los célebres picos alpinos. Esta experiencia cambia su vida: Whymper se inicia en la escalada y realiza numerosas ascensiones de dificultad, entre las cuales destacan las primeras a Barre des Écrins, Brèche de la Meije, Col de Triolet, Aiguille d’Argentière , Dent Blanche, Aiguille Verte y Mont Dolent. En 1865, después de numerosos intentos, culmina la conquista del Cervino junto a lord Francis Douglas, el reverendo Charles Hudson, Hadow y los guías Michel Croz y los Taugwalder. Tras las duras críticas y acusaciones que recibe a causa del accidente en el que mueren cuatro de los primeros ascensionistas, Whymper abandona los Alpes, pero realiza viajes de exploración a Groenlandia, a las Montañas Rocosas del Canadá y a los Andes. Allí sigue efectuando primeras ascensiones, entre otras al Chimborazo, Cotopaxi, Mt. Mitchell y Mt. Whymper.
Además de Scrambles Amongst the Alps, su obra cumbre, traducida a numerosos idiomas, es autor de Travels Among the Great Andes of the Equator, How to Use the Aneroid Barometer, así como guias turísticas de Chamonix y Zermatt.
Notas
[1] En ocasiones se dice Breil.
[2] En realidad, en aquel tiempo, no había guías en este valle, salvo Pession y Pelissiers.
[3] El señor Hawkins ignoraba que se hubieran realizado intentos anteriores y hablaba del suyo como si hubiera sido el primero.
[4] Desde entonces, el pico pequeño recibe el nombre de Tête du Lion. La brecha se llama ahora Col du Lion; el glaciar de su base, Glacier du Lion; y la quebrada que conecta la brecha con el glaciar, Couloir du Lion.
[5] Por gentileza de su propietario, el señor F. Tuckett.
[6] Con la sola excepción del guía Bennen.
[7] J. G. Whittier.
[8] A Hawkins le pareció un paso excesivamente difícil, pero él lo encontró cubierto de hielo y nosotros no.
[9] Después supe por Jean-Antoine Carrel que habían llegado considerablemente más alto que en los intentos anteriores, a unos 75 o 90 metros más que el profesor Tyndall en 1860. En 1862 vi las iniciales de J. A. Carrel grabadas en las rocas en el lugar donde su compañero y él se habían dado la vuelta.
[10] Aquel hombre demostró ser útil y complaciente en terreno más bajo y voluntariamente me acompañó un buen trecho, apartándose de su camino, sin aceptar gratificación alguna.
[11]Alpine Journal, 1863, pág. 82.
[12] Tyndall y Bennen estaban equivocados al suponer que la montaña tiene dos cumbres, sólo tiene una. Parecen haber sido confundidos por el aspecto de la arista suroeste, que se llama «L’Epaule» («El Hombro») tal y como se ve desde Breuil. Desde allí, el extremo meridional tiene ciertamente la apariencia de un pico, pero al contemplarlo desde el Col Théodule u otro punto en esa dirección, la ilusión se desvanece. En Mountaineering in 1861, págs. 86 y 87.
[13] Forbes se encontró en una situación similar al cruzar el mismo paso en 1842. Describe los sonidos como silbidos, susurros y siseos (ver sus Travels in the Alps of Savoy, segunda edición, pág. 323). El doctor R. Spence Watson experimentó el mismo fenómeno en la parte superior del glaciar Aletsch en julio de 1863 y describió esos sonidos como cantos o silbidos (ver Athenaeum, 12 de septiembre de 1863). Al parecer, ambos grupos sufrieron una elevada electrificación en cada ocasión. Forbes dice que sus dedos «emitían un ruido siseante», y Watson dice que «su pelo se puso de punta de un modo muy molesto, aunque divertido», y que «el velo de uno de los presentes se irguió en el aire».
[14] Describo minuciosamente esta tienda ya que, a menudo, se me ha pedido información sobre el tema. Recomiendo a toda persona que desee tener una, y que desee utilizarla frecuentemente, que la haga confeccionar bajo su supervisión y que compruebe cuidadosamente los palos. La experiencia me ha demostrado que los palos (afirmados por sus extremos) soportan un peso de hasta cincuenta kilos y resistirán cualquier viento al que puedan estar sometidos.
[15] Las alturas que se dan a lo largo de la narración siguen las medidas del barómetro de mercurio de F. Giordano en 1866 y 1868. Me atrevo a diferir sólo respecto a la altura de la segunda plataforma de nuestra tienda, y le he asignado una elevación algo menor que la calculada por él.
[16] Durante este tiempo ascendí el Monte Rosa.
[17] No eran guías profesionales.
[18] Las que recogí fueron las siguientes.- Myosotis alpestris, Gm., Veronica alpina, L, Linaria alpina, Desf., Gentiana bavarica, L, Thlaspi rotundifolium, Gaud., Silene acaulis, L. (¿?),Potentilla, s. p., Saxifraga, s. p., y Saxifraga muscoides, Wulf. Debo estos nombres a William Carruthers, del Museo Británico. Las plantas crecían entre los 3200 metros y los 4000, o algo menos, elevación máxima en la que he visto vegetación en los Alpes. En las partes superiores ele esta montaña se ven muy pocos líquenes, debido sin duda a la constante desintegración de las rocas y a la consecuente desprotección de superficies nuevas. La especie de mayor altitud recolectada por De Saussure en sus viajes por los Alpes fue la