Coincidiendo con la segunda legislatura del Partido Popular (2000-2004) y en sintonía con el poder político se produjo un embate revisionista dirigido a contrarrestar los efectos del movimiento que en pro de la memoria histórica se había iniciado en torno a 1997. De no ser por los resultados de las elecciones de marzo de 2004, que se llevaron por delante al PP y relegaron a un segundo plano a su frente revisionista, no sabemos dónde habrían llegado. Lo cierto es que la batalla de la propaganda sigue su curso. Un ejemplo paradigmático sería el que se sigue dando con la matanza de Badajoz, todavía minimizada, cuando no casi negada, por la derecha. Este trabajo intenta mostrar la miseria del revisionismo profundizando en la batalla de la propaganda y en su trasfondo ideológico.
Quien controla el pasado controla el futuro y
quien controla el presente controla el pasado.
G. Orwell
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NOTA PREVIA
Cuando este trabajo estaba aún en sus principios ocurrieron dos hechos importantes: la masacre del 11 de marzo en Madrid y las elecciones generales que tres días después, contra todo pronóstico, sacaron a la derecha del poder después de ocho años, cuatro de ellos de mayoría absoluta y que en un primer borrador califiqué de «segunda legislatura triunfal». Percibí entonces en múltiples matices que el texto estaba escrito pensando que la derecha, aunque por mayoría simple, seguiría en el poder. De pronto algunos verbos en presente y futuro perdieron sentido. Resultaba evidente por otra parte que el cambio operado en el país tras los cuatro días de marzo no sólo había afectado al artículo sino que también afectaría inevitablemente al propio fenómeno revisionista.
No obstante, no debemos olvidar que este nuevo paisaje político, mucho más tranquilizador sin duda, no se debió a que el electorado se hartara del tono y estilo que fue adquiriendo la derecha a partir de la mayoría absoluta del 2000 sino al choque causado por el atentado de Madrid, es decir, a la repentina y brutal toma de conciencia de los costos de la política exterior de Aznar, y al lamentable espectáculo que el gobierno dio en terreno tan delicado como el de la información en los días siguientes hasta las elecciones. Según todos los indicios los votos prestados al PSOE tanto desde la izquierda como por muchos de quienes habitualmente se abstienen resultaron decisivos. Todo se sacrificó al objetivo primordial de alejar a Aznar y los suyos del poder por una temporada. Pese a todo, resulta inquietante pensar que sin la conmoción producida por el terror y sin el descaro de la manipulación informativa el PP hubiera seguido cuatro años más, o, dicho de otra forma, preocupa ciertamente que tan gran número de personas estuvieran dispuestas a apoyar y a dar continuidad al proyecto político de Aznar tanto antes del 11 de marzo como, lo que es peor aún, después de dicho día y los que siguieron hasta las elecciones. Esa gente sigue ahí. Por suerte la realidad se ha encargado de desviar el curso previsible de los acontecimientos.
Notas
[1] Los artículos de Libertaddigital.com, publicados en el mes de junio, fueron «La columna del enredo», «La siembra de odios en los años treinta» y «La matanza de Badajoz»; el de La Razón tenía por título «Los muertos matan a los vivos» (10/08/03).
[2] Entre las 70 películas de su director, Tito Fernández, destacan No desearás al vecino del quinto, La insólita y gloriosa historia del cipote de Archidona, Sor Ye-ye y Cateto a babor.
[3] Pierre Vidal-Naquet, Los asesinos de la memoria, Siglo XXI, Madrid, 1994, p. 35. Dice también este autor, idea que comparto, lo siguiente: «Se puede y se debe discutir acerca de los “revisionistas”, se pueden analizar sus textos tal como se hace la anatomía de una mentira; se puede y se debe analizar su lugar específico en la configuración de las ideologías, preguntarse el porqué y el cómo de su aparición, pero no se discute con los “revisionistas”» (p. 15). También tiene razón Hubert Schleichert cuando recuerda el viejo axioma Contra principia negantem nom est disputandum, es decir, no cabe discusión posible con quien pone en cuestión nuestros principios (véase Schleichert, H., Cómo discutir con un fundamentalista sin perder la razón, Siglo XXI, Madrid, 2004, p. 59).
[4] Martín Rubio, A. D., Paz, piedad, perdón… y verdad. La Represión en la guerra civil, Fénix, Toledo, 1997, p. 244.
[5]El fascismo sobre Extremadura. Badajoz: agosto de 1936, Federación Socialista de Badajoz, Badajoz, 1997.
[6] Gutiérrez Casalá, J. L., La guerra civil en la provincia de Badajoz. Represión republicano-franquista, Ed. Universitas, Badajoz, 2003.
[7] Aparte del libro mencionado entre sus trabajos destacan: La represión roja en Badajoz, TARFE, Oviedo, 1995; «Represión republicana en Badajoz», en rev. Razón Española, n.º 67, 1994; «Persecución religiosa y represión sociopolítica en la provincia de Badajoz durante la guerra civil», en rev. Hispania Sacra, n.º 95, 1995; La persecución religiosa en Extremadura durante la guerra civil (1936-1939) , Fondo de Estudios Sociales, Badajoz, 1997; Salvad la memoria. Una reflexión sobre las víctimas de la guerra civil, Fondo de Estudios Sociales, Badajoz, 1999. Fondo de Estudios Sociales es la editorial de Falange Española Independiente. Quizás no esté de más recordar que el obispo de Badajoz, Antonio Montero Moreno, es autor de Historia de la persecución religiosa en España (1936-1939) , publicado por la Editorial Católica en 1961.
[8] Martín Rubio, A. D., Paz, piedad,…, p. 242.
[9]Ibidem, p. 242.
[10] Con lo del «El bibliófobo» aludo a un famoso artículo de Herbert Southworth publicado en Cuadernos de Ruedo Ibérico en el que se hacía una reseña de Ricardo de la Cierva y colaboradores, Bibliografía sobre la guerra de España (1936-1939) y sus antecedentes, Madrid-Barcelona, Secretaría general técnica del Ministerio de Información y Turismo, Ariel, 1968. El artículo, titulado «Los bibliófobos. Ricardo de la Cierva y sus colaboradores» (Cuadernos de Ruedo Ibérico, n.º 28 y 29 de diciembre de 1970-marzo de 1971, pp. 19-45) , constituye todavía uno de los más brillantes ejercicios de crítica bibliográfica que se ha hecho en nuestro país. Era la especialidad de Southworth y acabó para siempre con la reputación de De la Cierva. Puede consultarse en la edición facsímil en cd que la Biblioteca Valenciana y la Universidad de Valencia hicieron de los Guardemos de Ruedo Ibérico en 2002. Véase también, por su interés, Preston, P., «La historiografía de la guerra civil española: de Franco a la democracia», en José Luis de la Granja, Alberto Reig Tapia y Ricardo Miralles (Coords.), Tuñón de Lara y la historiografía española, Siglo XXI, 1999, pp. 161-174 .
[11] McNeill-Moss creó «la leyenda de Badajoz» en