Annotation
Pocos autores han tenido un impacto tan profundo sobre la identidad negra como Frantz Fanon, cuya obra ha ejercido una poderosa influencia sobre el movimiento de los derechos civiles, los movimientos anticoloniales y los movimientos por la conciencia negra de todo el mundo, desde el Black Power hasta los Black Panthers pasando por buena parte de ios movimientos de liberación nacional de África y Asia. El racismo y el colonialismo todavía dejan sentir su peso sobre el mundo contemporáneo, y de su análisis y crítica intelectual depende en gran medida la calidad de los modelos de acción política revolucionaria del futuro.
Este libro de culto representa un agudo análisis de la formación de la identidad negra en una sociedad blanca, esto es, de cómo el racismo define los modos de reconocimiento, interrelación y construcción de la personalidad individual y social en las sociedades poscoloniales.
Incluye, además, artículos de Samir Amin, Judith Butler, Lewis R.Gordon, Ramón Grosfoguel, Nelson Maldonado-Torres, Walter Mignolo, Immanuel Wallerstein y Sylvia Wynter, que desmenuzan brillantemente el texto de Fanon exponiendo toda su riqueza, complejidad y sofisticación intelectual.
Piel negra, máscaras blancas
FRANTZ FANON
Traducción de Iría Álvarez
Akal
Sinopsis
Pocos autores han tenido un impacto tan profundo sobre la identidad negra como Frantz Fanon, cuya obra ha ejercido una poderosa influencia sobre el movimiento de los derechos civiles, los movimientos anticoloniales y los movimientos por la conciencia negra de todo el mundo, desde el Black Power hasta los Black Panthers pasando por buena parte de ios movimientos de liberación nacional de África y Asia. El racismo y el colonialismo todavía dejan sentir su peso sobre el mundo contemporáneo, y de su análisis y crítica intelectual depende en gran medida la calidad de los modelos de acción política revolucionaria del futuro.
Este libro de culto representa un agudo análisis de la formación de la identidad negra en una sociedad blanca, esto es, de cómo el racismo define los modos de reconocimiento, interrelación y construcción de la personalidad individual y social en las sociedades poscoloniales.
Incluye, además, artículos de Samir Amin, Judith Butler, Lewis R.Gordon, Ramón Grosfoguel, Nelson Maldonado-Torres, Walter Mignolo, Immanuel Wallerstein y Sylvia Wynter, que desmenuzan brillantemente el texto de Fanon exponiendo toda su riqueza, complejidad y sofisticación intelectual.
Título Original: Peau noire, masques blancs
Traductor: Álvarez, Iría
Autor: Fanon, Frantz
©1952, Akal
Colección: Cuestiones de antagonismo, 55
ISBN: 9788446027959
Generado con: QualityEbook v0.74
Diseño de interior y cubierta: RAG Traducción de Iría Álvarez Moreno (textos de Judith Butler y Sylvia Wynter), Paloma Monleón Alonso (textos de Lewis R. Gordon y Nelson Maldonado-Torres) y Ana Useros Martín (textos de Frantz Fanon, Samir Amin e Immanuel Walerstein)
Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes reproduzcan sin la preceptiva autorización o plagien, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica fijada en cualquier tipo de soporte.
Título original: Peau noire, masques blancs
O Éditions du Seuil, 1952
© de sus respectivos textos, Samir Amin, Judith Butler, Lewis R. Gordon, Ramón Grosfoguel, Nelson Maldonado-Torres, Walter D. Mignolo, Immanuel Walerstein y Sylvia Wynter, 2009
© Ediciones Akal, S. A., 2009
para lengua española
Sector Foresta, 1 28760 Tres Cantos Madrid - España
Tel.: 918 061 996 Fax: 918 044 028 www.akal.com
ISBN: 978-84-460-2795-9 Depósito legal: M. 7.799-2009 Impreso en Lavel, S. A. Humanes (Madrid)
Introducción Frantz Fanon en Africa y Asia
Samir Amin
Frantz Fanon es una figura respetada y querida en toda África y Asia. Fanon era un individuo de envergadura, de gran calidad, tanto por la sutileza de sus juicios como por su valentía a la hora de decir la verdad. Era psiquiatra y no podía sino ser un buen psiquiatra. Piel negra, máscaras blancas y sus otros escritos sobre las enfermedades mentales que aquejaban a los colonizados argelinos a los que él trataba, son el mejor testimonio al respecto. Pero, yendo más allá, él ha sido un auténtico revolucionario. Su libro Los condenados de la tierra explícita su visión de la necesaria revolución que librará a la humanidad de la barbarie capitalista. Y como revolucionario conquistó el respeto de todos los africanos y asiáticos. Helmy Shaarawi, en un hermoso texto publicado en árabe, Fanon en Afrique, ha dibujado un cuadro perfecto de su pensamiento en los movimientos de liberación del continente.
Fanon, las Antillas y la esclavitud
Fanon nació antillano. La historia de su pueblo, de la esclavitud, de su relación con la metrópoli francesa fue, pues, por la fuerza de las circunstancias, el punto de partida de su reflexión crítica. Yo no conocí al joven Fanon de la época, pero mi historia política personal me ha hecho conocer desde dentro la política de «la asimilación» que emprendió Francia en las Antillas, en Guyana y en Reunión, inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.
La historia de la relación de Francia con sus colonias esclavistas es distinta de la historia de la relación de Gran Bretaña con las Américas esclavistas y de la de Estados Unidos con su colonia esclavista interna.
La primera y única revolución social que conoció el continente americano, hasta tiempos muy recientes, fue la de los esclavos de Santo Domingo (Haití), que conquistaron su libertad por sí mismos. La pretendida «Revolución americana» del siglo XVIII, como las posteriores de las colonias españolas, no fueron sino revueltas de las clases dominantes locales que buscaban librarse de los tributos que pagaban a la madre patria para continuar con la misma explotación de los esclavos y de los pueblos conquistados que emprendieron las metrópolis del capitalismo mercantilista.
Nunca tuvieron una revolución en el sentido completo del término.
La Revolución de Santo Domingo coincidía con la del pueblo francés. El ala radical de la Revolución francesa simpatizaba, pues, de forma natural con la revolución de los esclavos que conquistaban por propia mano su libertad y se convertían por ese hecho en auténticos ciudadanos. Pero, por supuesto, los colonos del lugar no lo entendían así. El retroceso de la Revolución francesa se tradujo en las Antillas en el restablecimiento de la esclavitud, que fue nuevamente abolida por la Segunda República en 1848 sin que, sin embargo, se aboliera su estatus colonial hasta 1945, fecha a partir de la que se abre un capítulo nuevo de su historia. ¿Qué querían? ¿Cuáles debían ser los objetivos estratégicos de la lucha anticolonialista? ¿La independencia (por lejana que pareciera), la asimilación o la construcción de una «verdadera unión francesa», es decir, de un Estado multinacional, más o menos federado o confederado? Hoy podemos creer que la única opción progresista sólo podía ser la independencia. Pero en la época las cósas se presentaban de una forma más compleja, sobre todo entre los años 1946 y 1950.
Los partidos comunistas de las Antillas y Reunión pelearon en el terreno de la asimilación y acabaron por lograrla. El resultado se impone hoy: la asimilación ha creado tal dependencia económica y social que resulta difícil concebir que el movimiento pueda invertirse y que las Antillas y Reunión puedan un día (para lo mejor o lo peor) ser independientes. Aparente paradoja: si las Antillas y Reunión se han convertido hoy en algo indisociable de Francia, se debe a los esfuerzos coronados por el éxito de los comunistas de la Francia metropolitana y de las colonias implicadas. La derecha, que siempre se opuso a la asimilación de los derechos, que ayer defendía la esclavitud y más tarde el estatuto colonial, no hubiera podido evitar que el movimiento condujera aquí, como en las Antillas británicas y en Isla Mauricio, a la reivindicación independentista.