Verónica Murguía - Loba
Aquí puedes leer online Verónica Murguía - Loba texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 0101, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Loba
- Autor:
- Genre:
- Año:0101
- Índice:3 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Loba: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Loba" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Loba — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Loba " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Verónica Murguía
Loba
El rey Lobo gobierna con mano de hierro en Moriana, un país que basa su prosperidad en la esclavitud y la guerra. Angustiado por una maldición según la cual jamás podrá tener un hijo varón, Lobo desatiende a sus dos hijas, en especial a Soledad, la primogénita, que no logra el cariño de su padre por más que lo intenta entrenándose en cacerías y combates simulados. Cuando la n oticia de una amenaza terrible —un dragón— llega a la corte, Soledad acepta la responsabilidad de partir a los confines del reino para ver cuánto hay de verdad en los rumores. Esa búsqueda la llevará a conocer la amistad, el amor, la magia y, en última instancia, la esencia de sí misma.
Resumen 3
Índice 4
Mapa 10
Capítulo uno La Soledad del Lobo 12
Capítulo dos El Paso del Mago 24
Capítulo tres El mago de Nebral 32
Capítulo cuatro En un confín de Moriana 40
Capítulo cinco El sueño del dragón 48
Capítulo seis Alagrís 52
Capítulo siete Regreso a Nebral 58
Capítulo ocho Un incendio en el cielo 64
Capítulo nueve La maldición de Tórtola 72
Capítulo diez Fum 82
Capítulo once La confesión de Cuervo 92
Capítulo doce El orgullo y el castigo 99
Capítulo trece Manzanas asadas 103
Capítulo catorce El hurón y el Lobo 108
Capítulo quince La prueba de Ámbar 118
Capítulo dieciséis Entre la tierra y la noche 121
Capítulo diecisiete La penitencia en el bosque 124
Capítulo dieciocho El Unicornio 130
Capítulo diecinueve La petición de Tagaste 135
Capítulo veinte El remordimiento 139
Capítulo veintiuno La espera 143
Capítulo veintidós La cacería 145
Capítulo veintitrés La cara en el agua 150
Capítulo veinticuatro La curación de Alagrís 156
Capítulo veinticinco El dragón hace la guerra 168
Capítulo veintiséis Mensajes 173
Capítulo veintisiete En la frontera 177
Capítulo veintiocho La decisión de Ámbar 192
Capítulo veintinueve Desde la tierra de los tungros 196
Capítulo treinta La demostración 200
Capítulo treinta y uno El miedo de Senen 207
Capítulo treinta y dos La frontera 216
Capítulo treinta y tres La confesión de Soledad 230
Capítulo treinta y cuatro En las riberas del Sumongal 235
Capítulo treinta y cinco La promesa 240
Capítulo treinta y seis El consejo en casa de Cosmas 244
Capítulo treinta y siete Bajo el signo del dragón 252
Capítulo treinta y ocho Espadas y hielo 257
Capítulo treinta y nueve Tagaste aprende cetrería 266
Capítulo cuarenta Cuyuc 272
Capítulo cuarenta y uno Cuervo en Peña Verde 277
Capítulo cuarenta y dos El sonámbulo 284
Capítulo cuarenta y tres Adiós a Peña Verde 288
Capítulo cuarenta y cuatro La emboscada 297
Capítulo cuarenta y cinco El cónclave de los magos 313
Capítulo cuarenta y seis Después de la batalla 316
Capítulo cuarenta y siete Sinocur regresa a Tarkán 326
Capítulo cuarenta y ocho En las tierras de Mongrún 330
Capítulo cuarenta y nueve Rodosto 337
Capítulo cincuenta El mensaje de Fura 349
Capítulo cincuenta y uno La opinión de Cuyuc 353
Capítulo cincuenta y dos Una mañana en Rodosto 359
Capítulo cincuenta y tres Una nostalgia secreta 367
Capítulo cincuenta y cuatro La subasta de los esclavos 371
Capítulo cincuenta y cinco Encuentro en la ribera 382
Capítulo cincuenta y seis El descubrimiento de Fura 387
Capítulo cincuenta y siete Preguntas 390
Capítulo cincuenta y ocho El dragón se arroja sobre Bento 396
Capítulo cincuenta y nueve Un regalo para Húbilai 405
Capítulo sesenta La alianza en peligro 414
Capítulo sesenta y uno El encuentro 428
Capítulo sesenta y dos El dolor del Lobo 435
Capítulo sesenta y tres Entrecruzamientos 447
Capítulo sesenta y cuatro Frente a frente 465
Capítulo sesenta y cinco La batalla 475
Capítulo sesenta y seis Dos lechos 486
Capítulo sesenta y siete La poción 498
Capítulo sesenta y ocho Visitantes 514
Capítulo sesenta y nueve Los fantasmas de Valsalva 521
Capítulo setenta El regreso de la Loba 529
Capítulo setenta y uno Destinos cumplidos 542
Agradecimientos 563
Para David Huerta,
para mi abuela Enriqueta Álvarez
y para Iván Lombardo
in memoriam .
¡La esperanza de que pudieran comprender!
Lo que ofrecen los libros de esos hombres
habitantes de
una tierra guardada por dragones,
lo que muestran las pinturas de ninfas marinas en carros perlados
tirados por delfines.
Despertar el deseo
de vivir
lo que se fue
con los dragones.
W. B. YEATS, Los realistas
La Soledad del Lobo
n el bosque rugía la tormenta. Semejante a un vasto y doliente animal, la lluvia corría entre los árboles. Las ráfagas, cargadas de agua, deshojaban las ramas y arrancaban puñados de maleza, alzándolos en turbios remolinos. Los nidos de los pájaros se desmoronaban bajo el chaparrón; los ciervos, empapados y temblorosos, buscaban refugio en las cuevas y su aliento dibujaba nubecillas en el aire. Los troncos se encorvaban bajo la embestida pero, al llegar al castillo, la tempestad se estrellaba contra las piedras y parecía detenerse, derrotada.
El castillo estaba protegido por una muralla rodeada de un foso lleno de maleza que solía, en tiempos de lluvia, convertirse en lodazal. Esa noche, el barro, encrespado por los goterones que caían con ruido de grava, subía como una sopa burbujeante en la que flotaban rastrojos. Una torre del homenaje, robusta y carente de gracia, se alzaba en una de las esquinas. De lejos, iluminado por el fulgor intermitente de la tempestad, el edificio semejaba un desordenado montón de peñascos oscurecidos por el agua que chorreaba por sus costados.
El viejo cubil de los Lobos se llamaba Bento. Quienes lo construyeron tenían una idea clara de cómo debía ser el lugar donde se colocara la primera piedra. Se necesitaba una colina para ver de lejos a los enemigos; bosques frondosos con madera para las armas, las cercas, la hoguera. La tierra debía ofrecer caza para comer, agua dulce para resistir los asedios y, por último, campesinos a quienes aterrorizar, para que alguien arara la tierra a cambio de protección. La belleza arquitectónica era lo que menos importaba a los apresurados guerreros que lo levantaron.
En una tierra llena de montañas, valles y ríos, encontraron la colina. En las laderas, pegadas como hongos en el tronco de un gran árbol, se arracimaban medio centenar de chozas. En la cima, un manantial miraba al cielo. Allí nacía un riachuelo helado que daba de beber a los campesinos y regaba las parcelas. El bosque lo envolvía todo. Hubo madera para los techos, las flechas, las lanzas y los escudos. Hubo para fabricar mesas, camas y corrales. También encontraron ciervos, jabalíes, piaras de cerdos salvajes, liebres y, en los arroyos, peces que relucían como dardos de plata.
Los guerreros trataron de convencer a los campesinos de que les convenía tener barones armados que los protegieran. Los campesinos, cuyos bisabuelos habían llegado allí huyendo de una guerra o de otra, se encogieron de hombros. No tenían necesidad de protección mientras no se acercaran nobles por allí, pero comprendieron que ya nunca podrían librarse de los recién llegados.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Loba»
Mira libros similares a Loba. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Loba y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.