En La Patagonia rebelde , Osvaldo Bayer sintetiza el tema que había desarrollado en los cuatro volúmenes de Los vengadores de la Patagonia trágica , los tres primeros de los cuales se publicaron en Argentina en 1972-74 y el último en la República Federal de Alemania en 1978. Una minuciosa búsqueda documental permite a Bayer develar la trama de uno de los sucesos peor conocidos de la historia argentina hasta la aparición de su obra: el movimiento reivindicativo, de inspiración anarcosindicalista, que conmovió la región patagónica en 1920-21 y la represión militar que le puso fin. El autor reconstruye con precisión el marco político-social de los acontecimientos, el movimiento huelguístico y sus peculiaridades, los motivos por los cuales a la inicial actitud contemporizadora de los poderes públicos siguió la dura respuesta que causó alrededor de un millar y medio de víctimas entre los trabajadores del lejano sur argentino.
Osvaldo Bayer
La Patagonia rebelde
Biblioteca argentina de historia y política - 01
ePub r1.0
Titivillus 08.07.17
Osvaldo Bayer, 1980
Retoque de cubierta: SalvorHardin
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
Osvaldo Bayer, (Santa Fe, 1927) es un escritor, historiador y periodista argentino. Descendiente de alemanes, entre 1952 y 1956 cursó estudios de Historia en la Universidad de Hamburgo. A su regreso a Argentina, se dedicó a la investigación histórica, al periodismo y a la escritura de guiones para cine. Instalado en el sur argentino, en 1958 fundó el periódico La Chispa (al que calificó como «el primer periódico independiente de la Patagonia»). Claro que la independencia y la libertad no suele ser bien vista, por lo que, bajo la acusación de difundir información estratégica en zona de frontera, fue expulsado de Esquel. Esto no lo amedrentó y, de 1959 a 1962, pasó a desempeñarse como secretario general del Sindicato de Prensa.
Las presiones contra él se mantendrían durante el gobierno de Isabel Perón (1973-1976) , recibiendo constantes amenazas por sus obras, en especial por el libro Los vengadores de la Patagonia trágica (conocido como La Patagonia rebelde por la película basada en el libro). Allí Bayer detalló la masacre de obreros durante las huelgas de 1921 y mostró la complicidad entre el poder político y los empresarios.
Perseguido, debió exiliarse en Berlín en 1975 y recién regresó a su país en 1983, tras el fin de la dictadura militar.
Habitual colaborador de medios como Página/12, el escritor ha publicado importantes libros de ensayo como Los anarquistas expropiadores y otros ensayos, Fútbol argentino, Rebeldía y esperanza y Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia . También incursionó en la novela, con Rainer y Minou .
Notas
[1] La niña que protagonizó este episodio se llamaba María Antonia Palazzo, de 10 años de edad, hija de Roque Palazzo, domiciliados en Santa Fe 4858, Buenos Aires.
[2] Todo el episodio ha sido reconstruido de acuerdo a las declaraciones de los testigos contenidas en la causa 3776 (Juzgado de Instrucción número 9. Secretaría Albarracin 64, ahora 126). Juez de Instrucción Manuel P. Malbrán, juez de Sentencia Carlos M. Martínez. También, para detalles subsidiarios, se tuvieron en cuenta las crónicas de los diarios La Nación , La Prensa y Crítica .
[3] Las cifras del Censo General de los Territorios Nacionales - 1920, Ministerio del Interior. Tomo II. pág. 227 - tomadas fríamente nos pueden llevar a un gran error. En efecto, de acuerdo a esas cifras, el 47 por ciento de la población santacruceña era argentina, el 20 por ciento española, y el 10,7 por ciento de origen chileno. Pero como bien dice Horacio Lafuente en su ensayo Santa Cruz. 1920/21 : «Si analizamos la población económicamente activa podemos comprobar que el porcentaje argentino desciende al 30 por ciento. A medida que el número de argentinos disminuye con relación al aumento de años de edad, el de extranjeros aumenta y se acerca bruscamente entre los 20 a 40 años de edad para decrecer después». Por otra parte, para analizar quién trabajaba realmente la Patagonia habría que tener en cuenta principalmente la nacionalidad de los trabajadores adventicios o sesionales y no la de los habitantes con domicilio en territorio patagónico argentino. En ese sentido, la mejor estadística la dan los partes policiales y militares de las huelgas —desde 1915— cuando se da la nacionalidad de los obreros. (Se puede ver en detalle en el cap. 2, «Pequeñas historias de locos e ilusos», en el tomo 1, «Los bandoleros», Editorial Planeta). Citamos otro párrafo de la excelente investigación de Lafuente: «La población activa del territorio de Santa Cruz se dividía por ocupaciones en 3297 jornaleros, 1178 en artes manuales, 1055 empleados particulares, 706 en comercios y 671 en ganadería. Extrañamente encontramos a 4432 en el rubro sin especificar; presumiblemente en esta clasificación se debe ubicar a los peones rurales». Lo mismo ocurre con los dueños de la tierra. Continuamos citando a Lafuente: «Para el año 1920, más de 20 millones de hectáreas se encontraban divididas en 619 establecimientos, de los cuales tan sólo 189 eran de argentinos, 110 de españoles, 81 de británicos, 53 de chilenos, 42 de franceses y 37 de alemanes». Consideramos que la distribución señalada no se ajusta enteramente a la realidad debido a la existencia de «palos blancos». Es decir, personas que figuraban como dueños oficialmente pero que en realidad eran meros representantes de sociedades anónimas o latifundistas individuales. El «palo blanco» fue una verdadera institución en toda la Patagonia. Todavía falta un trabajo investigativo sobre los verdaderos dueños de la tierra en el sur argentino.
[4] En honor de Elías Braun, su padre.
[5] Sólo masculino.
[6] La boina blanca es el símbolo de la Unión Cívica Radical.
[7] Fue esta dictadura militar la que oficializó la tortura con el célebre invento argentino de la «picana eléctrica». Su padre espiritual fue Leopoldo Lugones (h).
[8] La Liga Patriótica tuvo una importancia vital en la represión del movimiento obrero en la década del veinte, años en que —como consecuencia de la revolución rusa de octubre— se notó un auge tremendo del espíritu revolucionario en el mundo entero. Lo más importante de la Liga Patriótica fue, tal vez, su organización en los más alejados pueblos y el espíritu de cohesión que dio a patrones y propietarios, además de la influencia que tuvo en autoridades, en las fuerzas armadas y en la policía.
[9] Defendían el comunismo anárquico.
[10] Aunque socialistas y comunistas (Partido Socialista Internacional) participaban de esta central, los órganos de esos partidos — La Vanguardia y La Internacional — criticaban muchas medidas de la central obrera, que contaba con la mayoría de los llamados «sindicalistas puros», es decir, reformistas apolíticos.
[11] Nota faltante en el original (N. del E. D.).
[12] Este episodio es típicamente anarquista, si se piensa lo arriesgado que era hacer una huelga en ese medio donde las fuentes de trabajo eran contadísimas, donde los patrones se conocían todos y no daban trabajo a aquel que fuera díscolo. Y que esos hombres oscuros: peones, mozos, estibadores se jugaran así por una figura que hacía once años muriera fusilada en una tierra lejana. ¡Que esos proletarios —en su mayoría analfabetos— se jugaran por el recuerdo del creador de la escuela moderna!