Violencia contra violencia. El derecho de matar al tirano. Di Giovanni es un luchador antifascista, víctima del régimen de Mussolini, que procura sin tregua luchar contra la injusticia con propia mano, con todos los medios, aunque caigan inocentes. «Cara a cara con el enemigo» es su divisa. Se convertirá en el hombre más perseguido de la Argentina. Se burla de sus perseguidores y el pueblo lee ávidamente las andanzas de este «idealista de la violencia».
Pero Di Giovanni también escribe poesías, bellísimas cartas de amor a su amada América Scarfó y edita periódicos. Severino no abandona el país a pesar de la rigurosa dictadura militar de Uriburu. Caerá preso a la salida de una imprenta, será juzgado y condenado a muerte. Su juicio y posterior fusilamiento será un final a toda orquesta que sacudirá a los argentinos de los años treinta.
El Severino Di Giovanni de Bayer fue el libro prohibido por excelencia de los años setenta. Es clave para continuar el eterno debate sobre la violencia.
Osvaldo Bayer
Severino Di Giovanni
El idealista de la violencia
ePub r1.1
Moro03.07.13
Título original: Severino Di Giovanni. El idealista de la violencia
Osvaldo Bayer, 1970
Editor digital: Moro
ePub base r1.0
O SVALDO J ORGE B AYER (Santa Fe, Argentina, 18 de febrero de 1927) es un historiador, escritor y periodista anarquista argentino. Vive en Buenos Aires, pero también tuvo domicilio en Berlín, donde se exilió antes de la última dictadura militar de Argentina (1976-1983).
Se autodenomina, «un anarquista y pacifista a ultranza». Cuenta que al hacer el servicio militar se negó a ir a la instrucción militar, por lo que fue destinado a barrer y encerar pisos de los despachos de los señores oficiales durante dieciocho meses.
Durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón, la cual era controlada por su ministro José López Rega (fundador de la organización Alianza Anticomunista Argentina), Bayer fue amenazado y perseguido debido a sus obras, sobre todo por su libro «Los vengadores de la Patagonia trágica». Esto motivó su exilio en Berlín desde 1975, el cual mantuvo hasta la caída de la posterior dictadura militar en 1983.
El 20 de abril de 2003 la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, le otorga el grado de Doctor honoris causa por su trayectoria en el campo de los derechos humanos, la literatura y el periodismo.
Notas
[26] Ver su actuación en: Osvaldo Bayer, Los anarquistas expropiadores, id. anterior. El verdadero nombre de Gino Gatti es José Baldi. Era cuñado de Ramé. Había nacido en Corana, Italia, el 19-3-1901. Su prontuario, de la provincia de Pavia, señala que de 1919 a 1922, antes de expatriarse a la Argentina, desarrolló en su lugar de nacimiento y pueblos vecinos activa «propaganda subversiva entre las masas obreras, hablando también en actos para incitar a los trabajadores a la anarquía. Tomó parte en todas las más importantes manifestaciones subversivas en esta provincia, mostrándose encarnizado y peligroso anarquista. De 1923 a 1925 trabajó de camarero en Buenos Aires, donde vivía en la calle Morón 5056. En 1928 se estableció en Temperley, Villa Laperla, viviendo con peligrosos anarquistas, entre ellos el conocido Severino Di Giovanni». El 8 de abril de 1931, la embajada italiana de Buenos Aires, por informaciones de la policía política de Buenos Aires, en colaboración con la policía de Montevideo, informa a Roma que «José Baldi posee una pequeña lancha a motor que maneja personalmente y de la cual se sirve para el traslado de sus compañeros anarquistas y también para operaciones de contrabando. Primina Romani (o Romano), que se titula mujer de Baldi, también ha desaparecido. Tanto Baldi, como ella y una hija de aproximadamente siete años son buscados activamente». El propio Bocchini, jefe de policía y creador de la OVRA, policía política fascista ordena la búsqueda de Baldi por si llegara a desembarcar en Europa. (Telegrama 200101, IN, Archivio dello Stato, Roma.)
Fue uno de los autores del atentado contra el mayor Rosasco, jefe de policía de La Plata, durante la dictadura de Uriburu. En 1933 fue detenido y condenado a 22 años de prisión en el penal de Ushuaia. Recuperó la libertad a fines de la década del cuarenta. La policía de Pavia secuestró una carta de Baldi dirigida a su familia que habla de por sí de los sentimientos de ese anarquista. Dice así: «16-10-33. Queridísimos míos: no me explayaré mucho en estas líneas. Ya Primina les comunicó acerca de mi prisión. Les ruego no desesperarse ya que tanto yo como Primina estamos tranquilos y serenos, nuestra hija se encuentra bien y la salud es óptima para los tres. En el calvario de esta vida es necesario estar dispuesto a todo y, de un modo especial, cuando uno es privado de sus derechos. El silencio y la pasividad, frente a tanta injusticia, es cómplice de la tiranía y es por eso que a los jóvenes, en los cuales todavía palpita un poco de dignidad, les toca rebelarse. Vosotros ya sois viejos, vuestra lucha ya ha terminado. Tratad de quedaros lo más tranquilos posible, vivid en paz y no os extrañéis si nosotros estuvimos tanto tiempo sin escribir. Nuestro pensamiento siempre estará unido a todos vosotros. Recibid un fuerte abrazo de vuestro hijo, Giuseppe».
[39] «Risorgimiento», Buenos Aires, 30-12-1930, pág. 5. Por su parte, el «Bulletin d’Information Concentración Antifascista Italiana», con sede en París, y que era dirigida por el célebre pensador socialista Filippo Turati, escribía el 1-10-29 sobre Capanni: «Capanni, antiguo corredor de bicicletas, vendía en Buenos Aires, en su primera juventud, tarjetas postales todo menos que místicas. Posteriormente, en Italia, llegó a ser uno de los “squadristas” más violentos y criminales. Diputado fascista, no cumplió ningún papel en la cámara. Enviado como cónsul general a Buenos Aires se empeñó en una guerra a muerte con los antifascistas, que es como decir, contra casi la totalidad de los italianos de ese país. E hizo perseguir a sus familias en Italia. Llegó hasta a intentar el secuestro de un ingeniero antifascista que se hallaba en navío italiano para saludar a sus amigos. Capanni quería hacerlo quedar por la fuerza para transportarlo a Italia donde hubiera sido asesinado o enviado al confinamiento. El ingeniero se salvó porque actuó con extrema energía en un verdadero match de boxeo contra el cónsul. La policía debió intervenir y los dos fueron remitidos a la comisaría. El escándalo fue tan grave que Capanni se encuentra en una situación muy desagradable».
Acerca de este incidente, hay documentación en el Archivio dello Stato, en Roma. Por nota del 19-9-28, 384, «Riservatissimo, el embajador Martín Franklin informa a Roma del incidente y expresa: he recomendado a Capanni ser más cauto y calmo». Luego hay un telegrama del propio Capanni al ministro del Exterior, donde Dino Grandi —al cual tutea, mostrando en qué relaciones se movía— le informa que el ingeniero Francesco De Santis es un «desertor antiitaliano