© 2010 Francisco Crosas López
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A mi hermana Lucía
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PROCEDIMIENTOS HERMENÉUTICOS
1.1. Anacronismo1
En el Cod. Monac. lat. 10268, uno de los treinta que recogen el mismo texto, podemos contemplar a Júpiter caracterizado más como un caballero o un jurista que como un dios o un planeta; a Venus, como una jovencita hermosa ataviada según el gusto coetáneo; a Saturno, como un guerrero; a Mercurio, como obispo, con un libro como atributo. Son las ilustraciones del tratado astronómico-astrológico de Miguel Escoto, astrólogo de Federico II de Sicilia, compuesto entre 1243 y 1250. En otros códices Júpiter parece un profeta, Cupido un monarca en su trono, Vulcano un simple herrero y los dioses del Olimpo, en definitiva, gentileshombres y damas a la última moda. A principios del siglo XIV, el Ovide moralisé anónimo –al margen de la actualización moral a que somete el texto ovidiano por vía de la alegoría– nos presenta a unos dioses no ya muy humanos, lo cual pudiera deberse al evemerismo de fondo, sino perfectamente asimilables a cualquier monarca de los últimos siglos2.
1 Parte de este trabajo ha sido realizado en el marco del proyecto BITECA (HUM 2005-00178 FILO).
2 Véase la corte de Júpiter: «Par celle voie sont venu / Li damedieu, grant e menu, / Ou palais au roy souverain. / Assis se sont tout premerain, / Environ le trosne roial, / Li plus noble celestial: / Devant le regart de sa face / Sont cil qui plus ont de sa grace; / Cil qui de lui sont plus acointes / Ont los chaieres plus pres jointes … / Il siet en son trosne roial, / Ou mileu d’eulz, plus hautement, / Si s’apoia mout roidement / A son septre, et par fier talent / Vait plusieur fois son chief crollant, / Et en ce crollement ensemble / Li cieulz,
Llamo a este fenómeno «anacronismo». Con ello se suele aludir a un interesante fenómeno de las artes bellas a lo largo de dicha tradición: la alteración de determinados elementos de un motivo antiguo y su sustitución por otros que no son propios del contexto cultural a quo sino del contexto ad quem. El resultado es la descontextualización temporal del motivo en cuestión.
Hay una clara alteración: cambio de contexto, nueva ambientación, travestissement de la materia antigua, que pueden operarse sobre aspectos muy variados y de diversa envergadura. Unas veces se trata de uno de los anacronismos más vistosos: la indumentaria de los personajes. Así, en el Roman de Thèbes, Antígona e Ismena pudieron ser la envidia de las damas más refinadas de mediados del siglo XII. Otras veces, son costumbres, pasatiempos, usos cortesanos los que delatan la modernización del motivo, como en el caso de Medea jugando al ajedrez y Orfeo tañedor de vihuela3. Muy poco clásica es la figura de Cupido en un poema de Garci Sánchez de Badajoz: amplio ropaje en el que están bordadas las hazañas que lo hacen temible, cuya interpretación por el poeta, herido de amor, constituye el eje de la composición4. Más parece un arquero que una deidad. La guerra y la caballería es otro ámbito en que la adaptación de los motivos es manifiesta. Es fácil constatarlo en los numerosos textos en torno al ciclo troyano, uno de los núcleos temáticos más tratados.
Pero la actualización de motivos antiguos no se reduce a la vestimenta. Recordemos que el espejo de la caballería son los nueve de la fama, elenco donde se dan cita personajes históricos y ficticios de distintas tradiciones: Héctor, César, Alejandro, Josué, David, Judas Macabeo, Arturo, Carlomagno y Godofredo de Bouillon. Igualmente ilustrativa resulta la famosa historia y defensa de la chevalerie hecha por Chrétien de Troyes en el Cligès, puesto que contiene una de las posibles razones profundas de ese anacronismo, la continuidad de una misma tradición que se nos antoja algunas veces como defecto:
la terre et la mer tramble». Ovide moralisé, Poème du commencement du quatorzième siècle publié d’après tous les manuscrits connus, 5 vols., ed. Cornelis De Boer, Amsterdam, Johannes Müller, 1915, 1920, 1931, 1936 y 1938, vol. I, vv. 1247-1256 y 1262-1268. Véanse Jeanne Courcelle, “Les illustrations de l’ Énéide dans les manuscrits du Xe siècle au XVe siècle”, en Lectures médiévales de Virgile, Roma, École Française de Rome, 1985, 395-409, p. 398 y G. Raynaud de Lage, “Les romans antiques et la représentation de l’Antiquité”, Le Moyen Âge, 67, 1961, 247-291, pp. 251 (fig. 27) y 257.
3 Véanse Raynaud de Lage, «Les romans antiques», 40 y Erwin Panofsky y Fritz Saxl, “Classical Mythology in Medieval Art”, Metropolitan Museum Studies 4, 1932-1933, 228-280; trad. francesa, La mythologie classique dans l’art médiéval, Brionne, Gérard Monfort, 1990, p. 268. En una canción de Diego del Castillo a los amores del Alfonso V con Lucrecia de Alagno: «Agora comiençe la dulçe vihuela / del músico Orfeo sus cantos süaves / atiendan los ríos escuchen las aues / y tengan los vientos en calma la vela...» (vv. 1-4). Brian Dutton (ed.), El Cancionero del siglo XV, c, 1360-1520, 7 vols., Salamanca, Universidad, 1989-1991 , ID 2888, vv. 1-4, I, p. 83. Transcribo los textos del repertorio de Dutton modernizando la acentuación y el uso de las mayúsculas.
4 Véase Dutton, El cancionero, ID 687, vv. 88-92, 97-105 y 182-187, I, pp. 135-136.
Por los libros que tenemos conocemos los hechos de los antiguos y del mundo que fue antaño. Nuestros libros nos han enseñado que por primera vez se honró en Grecia la caballería y también la clerecía. Pasó luego la caballería a Roma y también lo mejor de la clerecía, que ahora han llegado a Francia. Quiera Dios que aquí se conserven y sean estimadas y que jamás salga de Francia la gloria que aquí se detuvo5.
El ámbito en que el tratamiento anacrónico de motivos clásicos resulta más llamativo es el de la organización social. Los pueblos de la Antigüedad y aun los mismos olímpicos mantienen entre sí unas relaciones muy semejantes a las de los lectores de los textos aludidos6. Se pone muy de manifiesto esta analogía en lo referente a las instituciones religiosas. Sin que haya una real confusión entre paganismo y Cristianismo, entre los cultos politeístas y el sacerdocio cristiano, la vida religiosa de los antiguos es expresada según el modelo institucional de la Iglesia. Alejandro puede así peregrinar, como auténtico romero medieval, al santuario de Júpiter Amón al término de sus conquistas mediterráneas ( Libro de Alexandre, cuaderna 1168), así como hacer sufragios por Aquiles y los otros griegos caídos durante la guerra de Troya (cuaderna 331).
Si leemos con atención los textos comprobaremos que frecuentemente la acentuación del tratamiento anacrónico coincide con el predominio de la ficción sobre la actitud erudita. El personaje de Dido –al que dedicó María Rosa Lida el célebre estudio Dido en la literatura española– es ejemplar en este sentido. Sus amores con Eneas, su desesperación y su suicidio tras ser abandonada por el héroe es uno de los motivos clásicos con mayor fortuna en toda la Tradición Occidental. En buena parte, le debe su éxito al carácter amoroso del episodio, materia propicia para la ficción sentimental.
5 Versos 25-37 en traducción de Joaquín Rubio Tovar, Madrid, Alianza, 1994, 56 y 57. Equivale a la formulación teórica de Chrétien el conjunto de retratos de los héroes del Roman de Troie (vv. 5093-5582).