Breve historia de la Arqueología
Breve historia de la Arqueología
Jorge García Sánchez
Colección: Breve Historia
www.brevehistoria.com
Título: Breve historia de la arqueología
Autor: © Jorge García Sánchez
Copyright de la presente edición: © 2014 Ediciones Nowtilus, S.L.
Doña Juana I de Castilla 44, 3º C, 28027 Madrid
www.nowtilus.com
Elaboración de textos: Santos Rodríguez
Revisión y adaptación literaria: Teresa Escarpenter
Responsable editorial: Isabel López-Ayllón Martínez
Maquetación: Patricia T. Sánchez Cid
Diseño y realización de cubierta: Universo Cultura y Ocio
Imagen de portada: Máscara de Agamenón, 1550 a. C., Museo Arqueológico Nacional de Atenas
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).
ISBN edición digital: 978-84-9967-565-7
Fecha de edición: Mayo 2014
Depósito legal: M- 10684-2014
A mi familia y a mis amigos,
que lo significan todo en mi vida.
Lord Carnarvon: «¿Ve usted algo?»
Howard Carter: «¡Sí, cosas maravillosas!»
La famosa respuesta de Howard Carter, atisbando por una pequeña abertura de la puerta sellada de la antecámara funeraria de Tutankhamon el 26 de noviembre de 1922, puede entenderse como confirmación del hecho de que la historia de la arqueología es una disciplina tan fascinante como la arqueología misma. Los grandes des cubrimientos de civilizaciones pasadas han cautivado desde siempre el interés, la curiosidad y la admiración de todo el mundo, especialistas y gente común: la resurrección de Pompeya y Herculano, el desciframiento de los jeroglíficos por Jean-François Champollion, las ruinas de Troya y Micenas excavadas por Heinrich Schliemann, las ciudades de Mesopotamia desenterradas por Paul Émile Botta, Henry Austen Layard, Robert Koldewey y Leonard Woolley, el palacio de Cnosos descubierto por Arthur Evans, la localización de las ciudades perdidas precolombin as.
Aun no siendo el primero, el libro de C. W. Ceram
–seudónimo del periodista alemán Kurt Wilhelm Marek– Götter, Gräber und Gelehrte. Roman der Archäologie, de 1949 (en castellano Dioses, tumbas y sabios. La novela de la arqueología, publicado por Ediciones Destino, Barcelona, 1953, con múltiples reimpresiones desde entonces) contribuyó como ningún otro a dar a conocer mundialmente la historia de estos maravillosos hallazgos y la de quienes los llevaron a cabo en épocas en que la arqueología no era todavía una disciplina consolidada ni apenas profesional. La imagen del arqueólogo plasmada desde entonces resulta novelesca, romántica, a veces fantasiosa. La arqueología real es mucho más que aventuras y descubrimientos casuales, pero resulta difícil asumir que los arqueólogos que no pertenecen a esta élite son también héroes aunque no rea licen descubrimientos tan impactantes.
Por ello son bienvenidas las obras que, escritas desde el conocimiento directo de la profesión, saben explicar la historia verdadera de esta recuperación del pasado, cómo y por qué se sucedieron los descubrimientos de civilizaciones desaparecidas, cuáles fueron los aciertos y cuáles los errores de aquellos arqueólogos aficionados o profesionales. Hace unos treinta años, con cierto retraso respecto a otros países de nuestro entorno, se introdujeron en España las primeras investigaciones, proyectos, congresos y publicaciones sobre historia de la arqueología. Pero, a diferencia de Europa, no disponíamos de ninguna monografía sobre este tema dirigida al gran público. Hasta ahora, porque tengo el placer de presentar el último libro escrito por Jorge García Sánchez, un joven pero ya prestigioso investigador del Departamento de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense.
Jorge García es un gran conocedor de la arqueología clásica y de la historia de esta disciplina gracias a sus investigaciones desarrolladas en instituciones científicas españolas y europeas, especialmente en Roma y en Londres. Sus proyectos y trabajos publicados se han centrado en un tema tan interesante como el estudio de los arquitectos españoles pensionados en Roma y su relación con la arquitectura clásica, así como los viajeros españoles por Italia y Grecia durante los siglos XVIII y XIX , enmarcados en ese apasionante movimiento cultural que fue el Grand Tour. Fruto de estos estudios cabe señalar, además de diversos artículos en revistas especializadas y capítulos de libro, las siguientes monografías: El Palacio de España en Roma. Coleccionismo y antigüedades clásicas (Roma, 2010, en colaboración con Antonio Monterroso), Los arquitectos españoles frente a la antigüedad. Historia de las pensiones de arquitectura en Roma (siglos XVIII y XIX ) (Milán-Guadalajara, 2011), La Italia de la Ilustración. Viajeros, artistas y arqueólogos españoles (Madrid, 2014).
El libro que ahora prologo comienza justamente con una alusión a la obra de Ceram, pero no se limita a una historia de los grandes descubrimientos arqueológicos sino que profundiza en el contexto en que tales hallazgos se produjeron, en la evolución de la visión de la Antigüedad en los distintos períodos de la historia y en las motivaciones de toda índole que hicieron progresar los conocimientos sobre el pasado, sin olvidar los enigmas que aún quedan por desentrañar. A lo largo de ocho capítulos con atractivos títulos, muy bien ilustrados, el autor nos presenta un completo panorama de la historia del redescubrimiento del pasado con admirable capacidad de síntesis y gran sentido dramático desde el punto de vista literario. Comienza la historia con la valoración del propio pasado por griegos y romanos y en la Edad Media; las primeras colecciones de antigüedades en el Renacimiento; la arqueología de la Ilustración, con especial énfasis en el papel esencial de Johann Joachim Winckelmann; las excavaciones de Pompeya y Herculano promovidas por el que será Carlos III de Borbón; y el Grand Tour. Sigue un capítulo específico sobre la arqueología en Grecia, tema en el que el Dr. García es especialista, con las antigüedades dibujadas por James Stuart y Nicholas Revett por encargo de la Society of Dilettanti de Londres y la presencia de las grandes potencias en Grecia mediante la creación de las Escuelas de Arqueología y el comienzo de las grandes campañas de excavación en yacimientos como Delfos y Olimpia, sin olvidar el problema –muy actual– del expolio para beneficio de algunos museos europeos. A continuación, sendos capítulos repasan la arqueología en Egipto y en Mesopotamia durante el siglo XIX , el origen y desarrollo de los estudios prehistóricos y los grandes descubrimientos desde finales del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial (Schliemann, Evans, Carter, Koldewey). El capítulo final está dedicado a «la mayoría de edad de la arqueología», es decir, a las nuevas técnicas de detección y análisis de datos y a las últi mas tendencias en la práctica arqueológica .
No tengo la menor duda de que este libro se con vertirá pronto en referencia indispensable tanto para arqueólogos profesionales que quieran conocer la historia de su propia disciplina como para aficionados e interesados en este apasionante quehacer.
Gloria Mora
Universidad Autónoma de Madrid
En un libro publicado apenas comenzado el siglo XXI , la medievalista Sonia Gutiérrez Lloret recogía algunas definiciones de diferentes autores referidas al término «arqueología» formuladas en la década final de la centuria que se dejaba atrás. El especialista en el mundo ibérico Lorenzo Abad Casal discurría que la arqueología «es una forma de hacer historia a partir de los vestigios materiales de una cultura, con un método propio –que comparte en algunos aspectos con otras disciplinas–». La arqueóloga Gisela Ripoll López la explicaba como una «ciencia –sobre todo metodológica y analítica– que estudia el pasado del hombre a través de sus restos materiales. [...] No es una ciencia auxiliar, sino una ciencia histórica, que existe por sí misma y en sí misma». Asimismo, Sonia Gutiérrez apuntaba su propia enunciación: «La arqueología aspira a explicar de forma científica problemas históricos, previamente planteados, a partir de la recuperación y el estudio de los restos materiales de las sociedades del pasado». Las tres definiciones comparten una serie de axiomas que debemos retener acerca de lo que es la disciplina que vamos a tratar: es una ciencia independiente y, por lo tanto, no auxiliar, ni una rama de los estudios históricos junto a la epigrafía, la paleografía, la diplomática y la numismática; se dedicada a escribir la historia de las culturas del pasado, pero me atrevería a añadir que de igual manera puede investigar la sociedad del presente –ahí tenemos la arqueología industrial–, así que abarca el amplio abanico cronológico que transcurre desde la prehistoria hasta el siglo XX ; su objeto de análisis son los restos materiales provenientes de la actividad humana, que rescata e interpreta a través de un determinado método de trabajo y del empleo de unos instrumentos y de unas tecnologías que, en efecto, comparte con otras disciplinas.
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