Cincuenta años después de su publicación, Muerte y vida de las grandes ciudades es, según el New York Times, «probablemente el libro más influyente en la historia de la planificación urbana». Jane Jacobs, columnista y crítica de arquitectura de principios de los años sesenta, afirmaba que la diversidad y la vitalidad de las ciudades estaban siendo destruidas por algunos arquitectos y urbanistas muy influyentes.
Popular no sólo entre profesionales, el libro es una fuerte crítica de las políticas de renovación urbanística de los años cincuenta, que destruían comunidades y creaban espacios urbanos aislados y antinaturales. Jacobs defiende la abolición de los reglamentos de ordenación territorial y el restablecimiento de mercados libres de tierra, lo que daría como resultado barrios densos y de uso mixto. Frecuentemente cita el Greenwich Village neoyorkino como ejemplo de una comunidad urbana dinámica. Riguroso, lúcido y deliciosamente epigramático, Muerte y vida es un programa para la gestión humanista de las ciudades. Sensato, documentado, ameno e indispensable.
Jane Jacobs
Muerte y vida de las grandes ciudades
ePub r1.0
marianico_elcorto 24.11.15
Título original: The Death and Life of Great American Cities
Jane Jacobs, 1961
Traducción: Ángel Abad y Ana Useros
Ilustraciones: Las escenas que ilustran este libro están a nuestro alrededor. Mirad, por favor, con detenimiento a las ciudades reales. Y mientras miráis, también podríais escuchar, quedaros un rato y pensar en lo que veis
Diseño de cubierta: Filo Estudio
Retoque de cubierta: orhi
Editor digital: marianico_elcorto
ePub base r1.2
A LA CIUDAD
DE NUEVA YORK
donde vine en busca de fortuna
y donde la encontré al hallar en ella
a Bob, Jimmy, Ned y Mary,
para quienes escribí también
este libro.
JANE JACOBS (Scranton, EEUU, 1916 - Toronto, Canadá, 2006). Divulgadora científica, teórica del urbanismo y activista político-social, su obra más influyente fue Muerte y vida de las grandes ciudades (1961), en la que critica duramente las prácticas de renovación urbana de los años cincuenta en EE.UU., cuyos planificadores asumieron modelos esquemáticos ideales que condujeron a la destrucción del espacio público. Con métodos científicos innovadores e interdisciplinares, Jacobs identificaba las causas de la violencia en lo cotidiano de la vida urbana, según estuviera sujeta al abandono o, por el contrario, a la seguridad y calidad de vida. Paralelamente, la autora destacó por su activismo en la organización de movimientos sociales autodefinidos como espontáneos (grassroots), encaminados a paralizar los proyectos urbanísticos que entendía que destruían las comunidades locales. Primero en EE.UU., donde consiguió la cancelación del Lower Manhattan Expressway; y posteriormente en Canadá, a donde emigró en 1968 y donde consiguió la cancelación del Spadina Expressway y la red de autopistas que pretendían construirse.
Notas
[1] Zaida Muxí Martínez, es profesora titular de Urbanismo en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona y codirectora del Máster Laboratorio de la Vivienda del siglo XXI. Integrante del Col·lectiu Punt 6. Blanca Gutiérrez Valdivia, socióloga urbana e investigadora del Centro de Política de Suelo y Valoraciones (CPSV) de la UPC de Barcelona, también es integrante del Col·lectiu Punt 6.
[2] Se ha de reseñar que desde hace poco más de veinte años el Congress for New Urbanism está intentando generar nuevos modelos de urbanización que combatan estos problemas.
[3] Es profesor titular de antropología religiosa en el Departament d’Antropología Social de la Universitat de Barcelona (UB). Actualmente forma parte de la junta directiva del Institut Catalá d’Antropología.
[1] Por favor, recuerden el North End, porque haré frecuente referencia al mismo en este libro.
[2] Los lectores que deseen una exposición más completa, una exposición más comprensiva que la mía, deben acudir a las fuentes, algunas muy interesantes, especialmente: Garden Cities of Tomorrow, Ebenezer Howard; The Culture of Cities, Lewis Mumford; Cities in Evolution, Sir Patrick Geddes; Modern Housing, Catherine Bauer; Toward New Towns for America, Clarence Stein; Nothing Gained by Overcrowding, Sir Raymond Unwin; y The City of Tomorrow and Its Planning, Le Corbusier. El mejor compendio que conozco es de un grupo de expertos y su título «Assumptions and Goals of City Planning», en Land Use Planning, A Casebook On the Use, Misuse and Reuse of Urban Land, de Charles M. Haar.
[1] Según los tenderos algunos viven de legumbres y pan y pasan la jornada buscando otro lugar para vivir donde el alquiler no se coma todos sus ingresos.
[2] En efecto, resultó ser un cabeza loca de los barrios residenciales de las afueras. Los de Hudson Street estamos tentados a veces de creer que los ensanches residenciales deben ser un lugar difícil para educar a los niños.
[1] Por ejemplo, en una de las viviendas residen: cuatro abogados, dos médicos, dos ingenieros, un dentista, un comerciante, un banquero, un director de ferrocarriles y un directivo de organización de empresas.
[2] Esto es muy corriente en los inmuebles de apartamentos en Nueva York.
[3] Que, dicho sea de paso, es un método muy eficaz, pues requiere un esfuerzo mucho más pequeño que el necesario para ir de puerta en puerta, y produce, además, más conversación y opinión pública que las visitas particulares.
[1] La calle Forsyth limita con el parque Sara Delano Roosevelt, que se extiende a lo largo de unas cuantas manzanas de casas; el reverendo Jerry Oniki, pastor de una iglesia situada en el limite del parque, fue citado por el New York Times en relación con la influencia del parque sobre los jóvenes. «En ese parque ocurre todo lo malo que ustedes puedan imaginar». No obstante, alguien había defendido en otra ocasión las excelencias de tan desgraciado lugar. En un artículo aparecido en 1942 sobre el Barón Haussmann, el reformador de París, escrito por Robert Moses, el reformador de Nueva York, el parque Sara Delano Roosevelt, recién construido por aquellas fechas, se comparaba orgullosamente ¡con la calle Rivoli de París!
[2] También ésta obtuvo su ración de elogios de los expertos. Los círculos de urbanistas y arquitectos la alabaron mucho cuando se construyó, entre 1954 y 1956; se la consideró un excelente ejemplo de habitabilidad.
[1] Por ejemplo: «El señor Moses concedió que algunas de las nuevas construcciones de viviendas podían ser “feas, reglamentarias, institucionales, idénticas, conformes, impersonales”. Pero sugirió que esas construcciones podían rodearse de parques», en un relato del New York Times, de enero de 1961.
[2] Sucede que, a pesar de tener más espacios abiertos que ninguna otra gran capital, Los Ángeles es la aglomeración urbana que más pulmones suplementarios necesita. Su smog se debe en parte a los gases producidos por la imponente circulación local que enrarecen el aire circundante y, también, en parte, a la gran cantidad y amplitud de sus espacios abiertos. La enorme dispersión de las residencias requiere largos viajes en automóvil, lo que contribuye en casi dos tercios a los productos químicos de la cazuela de