Claudia Ruiz Arriola - Siglo 20: De la Creación del Estado de Israel a la Disolución de Yugoslavia (1948-1998) (Geopolítica Siglo 20) (Spanish Edition)

Al término de la Segunda Guerra Mundial la derrota total de la ultraderecha Nazi dejó el paso al enfrentamiento ideológico bipolar conocido como la Guerra Fría. El marxismo y la democracia liberal se disputaron la hegemonía mundial, primero en Europa dividiendo el Viejo Continente en dos. Tras la revolución de Mao en China, el triunfo del comunismo parecía inminente y la rivalidad Este-Oeste se trasladó al Continente Asiático –rico en recursos naturales y humanos- donde el desplome de la colonia francesa en Indochina provocó los enfrentamientos militares de Corea y Vietnam. La muerte de Stalin en 1953 generó una breve expectativa de libertad que habría de plasmarse en intentos de revolución tras la Cortina de Hierro protagonizados por alemanes (1953), húngaros (1956), polacos (1956 y 1970) y checos (1968).

Mientras tanto, en el Oriente Medio, la creación del Estado de Israel en 1948 provocó la ira de los países árabes y dio origen a los dos movimientos que habrían de dominar el panorama ideológico de las segunda mitad del siglo 20: el nacionalismo panarabe de Gamal Abdel Nasser y el fundamentalismo islámico de Hassan al-Bana. Tras cuatro intentos fallidos de borrar del mapa a Israel por medios militares convencionales, la Liga Árabe optó por seguir la lucha con organizaciones terroristas como la OLP, Hamas y Hezbollá.

Pero la firma del Acuerdo de Camp David en 1978, por medio del cual Egipto se convirtió en el primer país árabe en reconocer al estado de Israel provocó un terremoto político en el Medio Oriente. Tres ideologías distintas se apresuraron a llenar el vacío político dejado por Egipto chocando entre sí por la hegemonía en un territorio rico en petróleo: el comunismo pro-soviético de Afganistán, la revolución islámica del Ayatolá Khomeini y el nacionalismo árabe preconizado por el Partido Ba’ath de Saddam Hussein.

Mientras estos conflictos y consecuencias no planeadas ocupaban a los estrategas de la política exterior, el establishment intelectual y científico se embarcaba en la competencia de producir y mejorar la tecnología bélica nuclear y la conquista del espacio exterior. Una vez inaugurada la era atómica, la paridad nuclear se convirtió en el sine qua non de la paz y la libertad de los pueblos. En tanto los Estados Unidos y la Unión Soviética tuvieran idéntica capacidad destructiva, la guerra era una opción poco viable.

Para los 80s, el traslado de la carrera armamentista al espacio trajo aparejados costos inmensamente elevados. La economía soviética, maltrecha por su excesiva burocratización e ineficiencia fue incapaz de bloquear el despliegue atómico-espacial de los Estados Unidos o desarrollar sus propios sistemas. Aquejada por una fuerte crisis política, económica y social la URSS tuvo que reconocer su fracaso y retirarse de la carrera armamentista, cambiando así el panorama mundial.

Los pueblos convertidos en colonias soviéticas por la Conferencia de Yalta de 1945 comenzaron a agitarse bajo la triple égida de la Iniciativa de Defensa Estratégica de Ronald Reagan, el Pontificado del polaco Karol Wojtyla y el liderazgo reformador de Mikhail Gorbachev. La conjunción de dichas fuerzas en el escenario mundial fue el jaque-mate a una superpotencia que ya se tambaleaba bajo el peso de su propia ineficiencia económica, su dogmatismo político y los elevados costos de perseguir la hegemonía mundial contra el deseo de los pueblos sometidos. El relajamiento del férreo control soviético, coincidente con la creación de la Comunidad Económica Europea como uno de los tres grandes mercados mundiales, inspiró en los ciudadanos de la llamada Europa del Este el deseo de libertad.

En diez breves meses que sacudieron al mundo Europa volvió a ser una sola, con una sola Alemania en su centro. Sin embargo, el deslpome del comunismo sacó a flote nuevos nacionalismos y viejos conflictos étnico-religiosos sin que las organizaciones diseñadas para frenar la violencia, la OTAN y la ONU atinaran a encontrar soluciones. Así, en aniversario 212 de la Revolución Francesa – cuyos ideales dieron vida a las tres ideologías que forjaron nuestro mundo- resurgieron los viejos antagonismos atávicos y métodos genocidas en la antigua Yugoslavia.

Desilusionados del nacionalismo árabe e indignados por la política pro-israelí de Occidente, en el Medio Oriente decenas de miles de personas vieron en el fundamentalismo islámico una herramienta para hacer frente a la incertidumbre existencial y llenar vacío político provocado por el derrumbe de los tres proyectos políticos surgidos de la Ilustración. Este segundo volumen de Geopolítica cuenta la fascinante historia de la problemática, soluciones, esperanzas y tragedias de la segunda mitad del siglo 20.

“Ubi Dubium, Ibi Libertas”

Claudia Ruiz Arriola

Guadalajara, Noviembre del 2011