En los procesos logístico y editorial de la Serie —topías han participado Adriana Konzevik, Alejandra García, Karla López, Rocío Martínez, Angelina Peña, Juan Carlos Rodríguez y Arturo Ruiz. Los editores y La Jaula Abierta agradecemos su gentileza e invaluable colaboración. Asimismo expresamos nuestra gratitud a los autores involucrados en cada uno de nuestros títulos, tanto como a Guillermo Cejudo, Sergio López Ayllón, José Carreño Carlón, Natalia Cervantes, Martha Cantú, Susana López Aranda, Josefina Alcázar y Christina Müller
TOMMASO CAMPANELLA
LA IMAGINARIA
CIUDAD DEL SOL
(IDEA DE UNA REPÚBLICA FILOSÓFICA)
TEZONTLE
Primera edición, 2017
Primera edición electrónica, 2017
Título original: Civitas Solis. Poetica idea republicae philosophicae Coordinación, curaduría editorial y edición: Roger Bartra y Gerardo Villadelángel Diseño editorial: Joseph Estavillo / La Jaula Abierta
D. R. © 2017, Julio Hubard, Pablo Soler Frost y Jimena Schlaepfer D. R. © 2017, La Jaula Abierta
Consejo editorial: Roger Bartra y Gerardo Villadelángel Tonalá 319-5; 06760 Ciudad de México
Tel. 5264-8808
D. R. © 2017, Centro de Investigación y Docencia Económicas, A. C.
Carretera México-Toluca, 3655; 01210 Ciudad de México
Tels. (55) 5727 9827 y 5727 9800
D. R. © 2017, Fondo de Cultura Económica
Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 Ciudad de México
Comentarios:
Tel. (55) 5227-4672
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.
ISBN 978-607-16-4946-1 (mobi)
Hecho en México - Made in Mexico
ÍNDICE
PRÓLOGO
CAMPANELLA,
LA IMAGINACIÓN DE LO POSIBLE
Julio Hubard
JUAN DOMINGO CAMPANELLA nace en Stilo, una pequeña comuna de la provincia de Calabria, en 1568. A los 14 años ingresa como fraile dominico y cambia su nombre de pila por el de su primera inspiración en la fe y el intelecto: Tomás, como el santo de Aquino. La orden dominicana tradicionalmente ha sido vigilante de la ortodoxia teológica y, en el siglo XVI, además, estuvo encargada de la Inquisición pontificia. El pensamiento tomista ha tenido siempre a Aristóteles como punto de partida y a santo Tomás como guía de pensamiento lógico, moral, político y teológico. Es quizás la columna vertebral que estructura la racionalidad no sólo del mundo cristiano sino de Occidente entero. Pero ninguna tradición de pensamiento vivo ha sido una continuidad tersa y los embates contra la filosofía escolástica fueron origen del Renacimiento.
De Calabria vendría precisamente una de las más feroces impugnaciones del aristotelismo: Bernardino Telesio, defensor de la filosofía natural y entusiasta de una investigación surgida de los propios sentidos. Telesio publica su De rerum natura iuxtapropria principia (“Sobre la naturaleza de las cosas, según sus propios principios” c.
1563), donde refuta las ideas aristotélicas sobre la composición del mundo según un principio activo (la forma) y otro pasivo (la materia). Propone que la materia está viva de suyo y que incluso el alma tiene un componente material, otro inmaterial y que todo lo que existe proviene del equilibrio entre dos grandes esferas: el Sol (fuente de todo el calor) y la Tierra (“el globo frío” ).
Casi al mismo tiempo, la revolución intelectual de Copérnico había cambiado para siempre los ejes del pensamiento: la Tierra no era inmóvil, ni plana (cosa ya antes comprobada) y tampoco giraba el Universo alrededor de nuestro mundo sino en torno del Sol -que entonces se supuso centro absoluto de toda existencia-. Pero hay que imaginar lo que significó aquella revolución; el mapa entero del orden cósmico cobraba un nuevo sentido: los astros se mueven en órbitas (entonces se suponían circulares) y sus posiciones revelan no sólo la voluntad divina sino la gramática y la geometría de la Creación. Durante el Renacimiento la astrología fue una ciencia primordial (desde el Papa y todo rey y señor principal, hasta los marinos mercantes, contrataban la sabiduría de los astrólogos famosos), incluso con efectos sobre la ciencia médica: Paracelso afirmaba que la influencia de los astros era más importante para el cuerpo que las proporciones de los humores, es decir la sangre, bilis negra, cólera y flema, los cuatro 13
fluidos que describen Hipócrates y Aristóteles como determinantes de la salud y el carácter.
El joven Tommaso Campanella se enfrentaba a un dilema entre la educación escolástica que recibe como fraile y las revelaciones de los filósofos que acuden a la experiencia, los sentidos y la razón, según los datos obtenidos. Y vino el desencanto: Campanella se convierte en un formidable adversario de la tradición más depurada y razonante del medievo. En 1591 publica su primera obra: Philosophia sensibusdemonstrata (“Filosofía demostrada por los sentidos” ) inspirada en Telesio. Es ya partidario de la filosofía experimental, de las nuevas actitudes científicas, de la magia de Ficino y Agrippa y de las inspiraciones, como Giordano Bruno.
Cada vez más incómodo en su estancia con sus hermanos dominicos, decide viajar.
Va a Roma, Florencia y Padua, donde conoce a Galileo Galilei (sobre quien escribirá su Apología pro Galileo, publicada en 1622). Mientras tanto, su propia orden lo había denunciado ante la Inquisición por “sospecha de herejía”. En 1594 es condenado al primero de sus encierros, que duró tres años. No volvió a conocer la calma. No era para estarse quieto, y menos cuando, en medio de su celda, alentaba la certeza de ser depositario de una misión sagrada que lo obligaría a sobrellevar las pruebas recias con que Dios suele templar a sus profetas. De ahí, en adelante, asumirá que su obligación consiste en develar el destino que Dios quiere para la humanidad: la unificación de todos los gobiernos y las religiones bajo un solo monarca y éste bajo la autoridad del Papa. Y
manda acuñar una medalla con el lema Propter Sion non tacebo (“Por amor de Sión no he de callar”, Isaías, 62, 1), que llevará toda su vida.
Cuando sus acusadores intentaban averiguar si la abundancia de sus conocimientos venía de la brujería o los demonios, los desafíaba y, refiriéndose a las lámparas que le permitían leer en la mazmorra, les respondía: “He consumido más aceite que ustedes vino” (De su erudición queden como ejemplo las
Página siguiente