Annotation
Las primeras generaciones de cristianos pertenecían plenamente a la religión judía, en cuyo libro sagrado, la Biblia, hallaban inspiración. La proclamación del mesías Jesús no los extrañaba de las sinagogas, antes al contrario, los presentaba como fieles hijos de la promesa de Dios a Abrahán. Convencidos de la inminencia de l fin del mundo, algunos cristianos sostuvieron que los paganos, muchos de los cuales frecuentaban ya las sinagogas como simpatizantes, debían ser admitidos en el seno del pueblo elegido sin pasar por la circuncisión. Pablo de Tarso fue el adalid de este judaísmo renovado, que fue recibido con entusiasmo en los círculos de Israel más sensibles a las profecías universalistas. La propuesta innovadora fue rechazada por el judaísmo más ortodoxo, en particular por el de Palestina, y también por algunos grupos de seguidores del mesías Jesús. Todos los escritos cristianos primitivos, el Nuevo Testamento, son obras redactadas desde el interior de la religión judía. Entre finales del siglo I y principios del II la secta cristiana se separó de la sinagoga y se constituyó en iglesia, conservando, sin embargo, el libro sagrado de Israel.
JOSÉ MONTSERRAT TORRENTS
La sinagoga cristiana
Muchnik Editores, S. A
Sinopsis
Las primeras generaciones de cristianos pertenecían plenamente a la religión judía, en cuyo libro sagrado, la Biblia, hallaban inspiración. La proclamación del mesías Jesús no los extrañaba de las sinagogas, antes al contrario, los presentaba como fieles hijos de la promesa de Dios a Abrahán. Convencidos de la inminencia de l fin del mundo, algunos cristianos sostuvieron que los paganos, muchos de los cuales frecuentaban ya las sinagogas como simpatizantes, debían ser admitidos en el seno del pueblo elegido sin pasar por la circuncisión. Pablo de Tarso fue el adalid de este judaísmo renovado, que fue recibido con entusiasmo en los círculos de Israel más sensibles a las profecías universalistas. La propuesta innovadora fue rechazada por el judaísmo más ortodoxo, en particular por el de Palestina, y también por algunos grupos de seguidores del mesías Jesús. Todos los escritos cristianos primitivos, el Nuevo Testamento, son obras redactadas desde el interior de la religión judía. Entre finales del siglo I y principios del II la secta cristiana se separó de la sinagoga y se constituyó en iglesia, conservando, sin embargo, el libro sagrado de Israel.
©1989, Montserrat Torrents, José
©1989, Muchnik Editores, S. A
Colección: Religiones - I
ISBN: 9788476691038
Generado con: QualityEbook v0.84
Generado por: NE2015, 23/06/2016
LA SINAGOGA CRISTIANA
JOSÉ MONTSERRAT TORRENTS
El gran conflicto religioso del siglo I
Muchnik Editores
«Sumergido en una agobiante atmosfera de intolerancia religiosa y de prepotente philosophia perennis», el autor fue acumulando preguntas acerca de los orígenes históricos del cristianismo. El resultado, al cabo de los años, es esta historia de la secta judía cristiana, desde sus orígenes hasta su transformación en una nueva religión. No trata de Jesús, que jamás fundó grupo religioso alguno, ni de la iglesia cristiana del Nuevo Testamento. El arco cubre los años 30 a 135, de la muerte de Jesús a la segunda guerra de los judíos.
A Francesco.
Prefacio
Con estas páginas cancelo una deuda conmigo mismo y con mis alumnos.
Desde mis tempranos años de aprendizaje, sumergido en una agobiante atmósfera de intolerancia religio.sa y de prepotente philosophia perennis, fui acumulando preguntas y dudas acerca de los orígenes históricos del cristianismo. Algunas de las preguntas, Tas menos, recibieron una respuesta pertinente. Otras, ya bastantes, fueron contestadas con ambigüedad, tergiversación y falacia. El resto, la mayoría, no recibieron respuesta alguna. Cuando la sumatoria de los silencios y de los engaños sobrepujó la fuerza lógica del cinturón protector de la historia sagrada, «el lazo se rompió y el espíritu recobró su libertad», para decirlo con el salmista. De golpe, las mil preguntas se hermanaron, se entrelazaron, se sistematizaron y se convirtieron en un solo y definitivo interrogante. La idea de este libro comenzó a perfilarse. El pájaro aludido en el salmo, que había echado a volar despreocupadamente, decidió tomar tierra y abrir un fichero. El resto del proceso siguió las vías ordinarias en esta clase de melodramas.
A finales de la década de los setenta comencé a impartir un curso de segundo ciclo sobre «Orígenes del cristianismo» en la Universidad Autónoma de Barcelona. Los materiales se fueron perfilando en las hormas de la docencia y anuncié a mis alumnos, más bien escasos, la preparación de un libro sobre el tema. Después de cinco años, cumplo con ellos y conmigo.
El objeto histórico que contempla esta obra es la secta judía-cristiana desde sus orígenes hasta su transformación en una nueva religión. No trato por tanto ni de Jesús —pues no consta que fundase grupo religioso alguno— ni de la iglesia cristiana poseedora del Nuevo Testamento. El arco cronológico cubierto por el estudio se extiende grosso modo entre los años 30 y el 135; si se quiere, entre la muerte de Jesús y la segunda guerra judía.
Este libro ha sido concebido y realizado con ánimo ensayístico, no como pieza de erudición. Va dirigido al público culto en general, y espero que el lenguaje utilizado, libre de tecnicismos académicos, resulte ágil y comprensible. No se trata, sin embargo, de una mera divulgación de conocimientos ya insertos en el depósito de la erudición. Este escrito, tanto por su método como por su contenido, pretende abrir nuevas vías de reflexión sobre el arduo problema histórico de los comienzos del cristianismo. Y lo hace partiendo de la actitud intelectual más abierta que pueda darse, la del escepticismo crítico, la de la ignorancia socrática como preludio insoslayable del diálogo. El ensayista se halla en permanente disposición de rectificar, de asumir otras hipótesis mejor avaladas por el estudio. El ensayista dialoga, no polemiza. Este libro ha sido escrito con la intención, digo más, con la ilusión de superar las controversias sobre uno de los temas más polémicos de la historia. Y la clave del proceder no estriba en el peso intrínseco de los argumentos, sino en la ligereza del atuendo lógico.
La neutralidad escéptica suele ser mirada con escepticismo por los que razonan sobre la base de la creencia. Discierno en este rechazo una falacia lógica, y me apresto a desvelarla en el capítulo introductorio sobre el método. Pero evoco el tema en este momento para precisar que en la instancia de pergeñar estas páginas no me he situado mentalmente ante un público caracterizado por sus creencias o por la ausencia de ellas. Pienso que los trozos de camino que recorro en este libro los pueden recorrer conmigo todos, creyentes y no creyentes, pues en realidad no van a ninguna parte. Son sendas de explorador, calas de geólogo, no rutas de conquista o de apropiación. Al final de ellas cada cual puede seguir por donde le plazca. El autor, por su parte, al término de la obra, mira perplejo la maraña de trochas y senderos por los que discurre el argumento, regresa al punto de partida y, resignadamente, abre un nuevo fichero.
Capítulo I Sobre métodos y procedimientos
El autor de este libro ha prestado continua y especialísima atención a las cuestiones de método. Puede decirse que esta obra ha sido concebida sobre todo como un tratamiento metodológicamente distinto de los materiales ya hechos accesibles por varias generaciones de investigadores. Así pues, desde el punto de vista del contenido nada se hallará en este escrito que no se encuentre ya en las grandes síntesis históricas recientes sobre el cristianismo antiguo. En cambio, el método pretende ser renovador y totalmente distinto de empleado hasta ahora tanto por los teólogos como por los historiadores laicos. Por este motivo el autor antepone al cuerpo del trabajo un capítulo íntegro dedicado a las cuestiones de método, y se toma la licencia de aconsejar al lector que no omita su lectura, so pena de perder el verdadero hilo conductor del estudio. Es más, si hubiera un lector apresurado, quien estas páginas pergeñó le aconsejaría limitarse a leer los capítulos primero y último. En ellos se manifiesta la novedad del proyecto y se despliegan los resultados a los que ha conducido.