¿ Quién es el Mesías Bíblico?,
Analizando la Visión Cristiana y la Judía,
Segundo libro de la Colección El Hombre más Extraordinario de Toda la Historia
Copyright © Rolando José Olivo, 2019.
ISBN 978-0463217269.
2da Edición.
EE.UU: Smashwords Inc. , 2019.
Libro de Religión.
Nota: El primer libro de esta colección es: ¿Quién es Jesús?
Aclaratoria: El autor no necesariamente está de acuerdo con los puntos de vista expuestos en todos los libros y documentos mencionados en la bibliografía. Además, las imágenes de la portada son del dominio público y se encuentran en Pixabay.com.
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN
La palabra Mesías significa ungido y hace referencia a un Salvador. Mientras que Cristo es la traducción de este término hebreo.
En los tiempos antiguos, los judíos ungían a una persona (sacerdote o rey) con aceite para confirmar que es el elegido para una gran misión. Además, el pueblo hebreo, que fue militarmente invencible durante algunos períodos históricos, fue conquistado por otras culturas paganas y anheló que un Mesías les otorgara la libertad (tal como lo hizo Moisés o como actuaron los Macabeos).
En la época de Jesús, los judíos esperaban a un poderoso Mesías que los liberara del yugo romano, y considerando primordialmente su teología (visión de un Único Dios Verdadero, sin la existencia de la trinidad ni de un profeta que pueda ser el Señor) y su identidad nacional (siendo el pueblo escogido por el Altísimo), prevalecieron grandes expectativas acerca del Mesías bíblico. A pesar que éste fue nombrado como Príncipe de la Paz por el profeta Isaías, los judíos de aquel entonces esperaban a un rey, estratega y líder militar que contara con los suficientes recursos para darle la libertad a Israel.
Por otro lado, Jesucristo, en concordancia con las profecías bíblicas mesiánicas, fue partidario de un camino de paz y reconciliación, y estableció una nueva versión del judaísmo (el cristianismo), rechazada por la mayoría de los hebreos, quienes se negaron a cambiar sus costumbres, rituales y tradiciones, y darle paso a nuevas ideas favorables al amor, el respeto y los derechos humanos. O en otros términos, Jesús fue un Mesías religioso, destinado a lograr la salvación de la humanidad de la influencia del pecado y a difundir la existencia de Dios en los pueblos paganos. Por ende, él no fue un profeta que se enfrentara a las autoridades romanas para exigir la libertad de Israel, tal como aspiraban la mayoría de los judíos, oprimidos por el Imperio Romano.
Sorprendentemente, a pesar que el carácter, la ideología y las expectativas de los judíos de aquel entonces les impedían aceptar a un líder como Jesús y varias interpretaciones sobre las profecías del Mesías, Él (precedido por Juan El Bautista y sucedido por los apóstoles Pedro y Pablo) organizó el movimiento social y religioso más relevante de la historia de la humanidad, y convenció a muchos judíos de aceptar la nueva visión de la religión monoteísta.
Su influencia fue tan sensacional, que la misma se extendió a los gentiles (no judíos), siendo actualmente el cristianismo la principal religión del mundo.
En ese sentido , Jesús se destacó por convencer a muchos hebreos radicales de seguirlo (estos esfuerzos han sido subestimados), dejó a Pedro a cargo de su Iglesia, e intervino para que Pablo predicara las buenas nuevas a los gentiles. Incluso, Él se proclamó como Hijo del Hombre e Hijo de Dios, con mucho orgullo, dando a entender que era el Mesías y cumpliendo estrictamente con las profecías bíblicas mesiánicas.
Estos aspectos le dan legitimidad a Jesús como el verdadero Mesías prometido por Dios al pueblo judío, cuyo legado será también para toda la humanidad (tal como lo profetizó Isaías). Más aún, los eruditos cristianos de los siglos II y III concluyeron acertadamente que Jesús es el Mesías, por haber cumplido con las profecías bíblicas y logrado la salvación de la humanidad, a través de su sacrificio en la cruz.
Sin embargo , los hebreos, practicantes del judaísmo, no reconocen a Jesús como Mesías, y siguen esperando la llegada de su Mesías, cuya visión ha cambiado a lo largo de la historia.
Actualmente, ellos esperan un Mesías que permita a Israel gobernar al mundo (sujeta al gobierno teocrático de Dios) y que toda la humanidad sea fiel al Único Dios Verdadero. Aunque esta concepción (con ciertas diferencias) es similar a la de un gobierno futurista, soñado por algunos partidarios de la Nueva Era, y también parecida al gobierno de Jesús que se establecerá, una vez finalizados los eventos apocalípticos.
En esta obra literaria se evalúan las concepciones del Mesías cristiano y del Mesías judío. La misma ha sido dividida en estas partes:
a) Capítulo II. Las Profecías Bíblicas , haciendo énfasis en su infalibilidad,
b) Capítulo III. Las Profecías del Mesías Bíblico , analizando las principales, y ratificando su cumplimiento por la vida y las obras de Jesucristo,
c) Capítulo IV. El Mesías esperado por los Judíos , explicando por qué los hebreos rechazan a Jesús y cómo es su Mesías, de acuerdo a fundamentos del judaísmo y sus interpretaciones bíblicas,
d) Capítulo V. El Verdadero Mesías Bíblico , exponiendo cómo Jesús demostró que es el Mesías.
Finalmente, el tema del Mesías es un punto álgido de discusión entre judíos y cristianos. Los primeros, orgullosos de ser el pueblo seleccionado por Dios, desconocen a Jesús como Mesías y siguen esperando por un Mesías que consolide un gobierno universal, a cargo de Israel y restituya la religión verdadera por todo el mundo. Mientras que los últimos están totalmente convencidos que Jesús es el verdadero Mesías, quien vendrá por segunda vez para restablecer el Reino de Dios y la Justicia Divina. Aunque, en una oportunidad, Jesús expresó que ambos grupos tienen los mismos derechos y pueden obtener la salvación: los últimos (gentiles) serán los primeros (judíos) y los primeros serán los últimos…
II. LAS PROFECÍAS BÍBLICAS
En la Biblia, el profeta es aquella persona encargada de revelar los mensajes de Dios, y por ende, las profecías son las revelaciones del Señor, transmitidas por sus legítimos voceros.
Sorprendentemente, los hechos referidos en las profecías bíblicas, con un nivel riguroso de detalles, escritos antes de su cumplimiento, han ocurrido de manera precisa. Incluso, para decepción de los ateos no existe alguna profecía bíblica que haya fallado[1], más bien todavía quedan varias por cumplirse.
Paradójicamente , el fiel cumplimiento de las profecías bíblicas ha conllevado a ciertos investigadores a cuestionar las fechas en las cuales fueron escritas algunas.
El caso emblemático es el libro de Daniel. Sus profecías son tan precisas que algunos académicos sospechan que esta obra literaria no se escribió durante el sexto siglo antes de Cristo. Otro libro cuestionado es el de Isaías. Algunos investigadores han dudado de la existencia de este profeta. Sin embargo, estas teorías no han podido ser comprobadas, ni se ha podido verificar que algún texto con profecías bíblicas se haya escrito después que las mismas sucedieran.
La Iglesia Católica ha sido muy cautelosa con las profecías bíblicas. Prefieren no darles mucha importancia. Mientras que los evangélicos son propensos a analizarlas y revisarlas exhaustivamente. Tanto es así que un grupo de evangelistas estadounidenses concluyó que la Unión Europea (UE) es el nuevo Imperio Romano, en concordancia con las profecías de Daniel (2:40-44, 7:7 y 7:24) y del Apocalipsis (13:1-2 y 17:12).
Algunas profecías bíblicas que se han cumplido fielmente son las siguientes:
1. El nombre del rey de Persia.
2. La caída de Tiro.
3. Las victorias militares de Alejandro Magno.
4. Las profecías de Daniel.
1. El nombre del rey de Persia:
Alrededor del siglo VIII antes de Cristo, el profeta Isaías mencionó a un futuro rey de Persia, llamándolo por su nombre (Ciro) y calificándolo como el ungido o el libertador de Israel (Isaías 41-45).
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