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NOTA PRELIMINAR ACERCA DEL CONTENIDO DE ESTE VOLUMEN
Jaume Vicens Vives nació en Gerona en 1910 y murió en Lyon en junio de 1960. En los cincuenta años de esta vida truncada en plena madurez y en las dos décadas de su plena actividad científica, escribió algunos libros importantes y numerosos estudios que se hallan desperdigados en las más diversas publicaciones, y que hoy serían inaccesibles sin la reciente compilación de su Obra dispersa. Estos estudios, menos conocidos que sus libros, dan la medida justa de la valía de Vicens como historiador, de la amplitud de sus conocimientos y del afán renovador que le movió a aventurarse en distintos campos, abandonando la cómoda reclusión del especialista para abrir caminos que hicieran más fecunda la investigación histórica y, con ello, más profunda y auténtica la comprensión de nuestro pasado.
En este volumen se han reunido cinco estudios de historia de España que corresponden a la etapa de madurez de Vicens (fueron escritos entre 1954 y 1960) y que nos ofrecen un panorama muy amplio, tanto en un sentido cronológico (desde la Baja Edad Media hasta el siglo XX ), como por su contenido y sus temas, que van desde la estricta historia económica hasta el estudio de las instituciones, e incluyen dos intentos de articular los datos de la historia política con la evolución económica y social de dos períodos de la historia contemporánea española. La intención que ha movido a hacer esta compilación no ha sido la de dar una imagen de la obra de Vicens, sino la de ofrecer a un público más vasto que el que hasta ahora han tenido unos trabajos que poseen plena actualidad y validez, y que conservan intacta aquella fuerza de sugestión, casi provocativa, que Vicens infundía a su obra escrita y a su enseñanza universitaria.
El primero de los estudios incluidos es «Coyuntura económica y reformismo burgués». Lo hemos escogido para abrir el volumen, prescindiendo de dar una ordenación cronológica a estos trabajos, porque se trata de una de las obras más características de Vicens. Apareció en el volumen correspondiente a 1954 de Estudios de historia moderna y anuncia las ideas que desarrollaría pocos años después en su libro sobre los catalanes en el siglo XIX . En estas páginas vemos a un hombre que, aunque se muestra respetuoso con la más insignificante parcela de conocimiento aprovechable aportado por sus colegas, pugna por romper el caparazón muerto de una historiografía anecdótica anclada en un interminable desciframiento de las intrigas palaciegas para hallar nuevas perspectivas en la investigación de un fenómeno tan decisivo como la crisis del Antiguo Régimen en España: una etapa de veinticinco años (de 1808 a 1833) que suele aparecer descrita como un período de absurdo y gratuito fluctuar entre el liberalismo y el absolutismo. Vicens parte de los datos económicos para mostrarnos cómo se forma la consciencia de clase de la burguesía catalana, que explicará las actividades adoptadas ante los problemas políticos del país. Si el análisis económico se limita a una óptica coyunturalista (impuesta entre nosotros por la escuela de los Annales), la intención del autor trasciende del mero plano de lo económico, tratando de construir una explicación de historia total, donde economía, política e ideología se integren y se expliquen mutuamente.
En segundo lugar se ha incluido una muestra de su labor como medievalista: como estudioso de los problemas del siglo XV , de los que era uno de los mejores especialistas. Se trata de «La economía de los países de la Corona de Aragón en la baja edad media», ponencia presentada al VI Congreso de historia de la Corona de Aragón (en 1957), para la que contó con la colaboración de Luis Suárez Fernández y de Claude Carrère, si bien el planteamiento, la elaboración y las conclusiones son del propio Vicens. En estas páginas, que sintetizan admirablemente la investigación realizada hasta entonces e incluyen los resultados preliminares de trabajos que aún se hallaban en curso de realización, se plantea con una perspectiva amplia y ambiciosa toda la problemática de la expansión mediterránea de la Corona de Aragón, de los condicionamientos económicos que le dieron su peculiar configuración histórica, de sus relaciones con Castilla en el ámbito mediterráneo y, finalmente, del tremendo colapso económico, político y social que condujo a la decadencia catalana del siglo XV .
A continuación figura «Estructura administrativa estatal en los siglos XVI y XVII », ponencia escrita para el XI Congreso internacional de ciencias históricas, que se celebró en Estocolmo en agosto de 1960, cuando hacía dos meses que había fallecido el autor. Aquí examina cómo se efectuó el tránsito de los pequeños equipos de gobierno de las monarquías autoritarias del Renacimiento a la compleja organización administrativa que requerían los Estados absolutos de los siglos XVI y XVII , fijando muy especialmente su atención en los problemas suscitados por la edificación de la complicada estructura polisinodial del Estado de los Austrias españoles y en las facetas particulares que en él presentan la corrupción de los funcionarios y la venta de oficios.
El cuarto de los estudios recogidos es el más breve, pero tal vez sea el que habrá de suscitar mayores discusiones. «La industrialización y el desarrollo económico de España de 1800 a 1936» es un trabajo que fue escrito para la Primera conferencia internacional de historia económica, celebrada también en Estocolmo y en agosto de 1960. En este breve ensayo avanza una hipótesis acerca del inicio de la revolución industrial en España y de las etapas de su crecimiento económico en los siglos XIX y XX . La empresa era arriesgada porque faltaban (y siguen faltando) los estudios de base en que cimentar con cierta seguridad una interpretación global. La hipótesis de trabajo expuesta en 1960 por Vicens sigue siendo lo más atinado y lo más nuevo (metodológicamente hablando) que se ha escrito hasta hoy acerca de este tema. Para que se entienda cuál es la distancia que separa la obra de Vicens del tono mediocre y provinciano que domina el tratamiento de estas materias en nuestra historiografía, recomiendo al lector que tras haber concluido «Coyuntura económica y reformismo burgués» y «La industrialización y el desarrollo económico de España de 1800 a 1936», busque textos publicados posteriormente, como el artículo de José M. Sanz García «En torno a dos siglos de industrialización española» (publicado en Arbor y reeditado en 1965 en un volumen de Estudios sobre historia de España), o el volumen que contiene las conferencias pronunciadas con motivo de aquel inefable Bicentenario del inicio de la industrialización de España, celebrado en Barcelona en 1967. El simple contraste de la lectura bastará para hacérselo comprender. Estos textos de Vicens siguen sirviendo hoy como arma de combate contra tanta mediocridad amparada en el raquitismo de nuestra investigación, contra tanto laurel académico de cartón pintado.
Para cerrar el volumen se ha escogido «España: 1868-1917», una síntesis del complejo panorama de la historia española entre la revolución de 1868 y la primera guerra mundial, que fue escrita para un volumen de «problemas e interpretaciones» de historia contemporánea de Europa, aparecido en Milán en 1960. Nada más alejado de la mera compilación factual que suele encontrarse en un manual: éste es un intento de comunicar a un público no especializado los problemas con que se enfrenta el investigador en el curso de su trabajo y el estado actual de sus interpretaciones. El lector descubrirá en estas páginas un panorama conciso y certero (y, a la vez, el más estimulante que hasta ahora se haya escrito) de un período crucial de nuestro pasado que abarca medio siglo: cincuenta años repletos de acontecimientos que vieron una revolución, una república, dos dinastías distintas, una guerra civil; pero, sobre todo, grandes transformaciones en nuestra sociedad. Los mecanismos políticos de la Restauración (el tinglado de la farsa parlamentaria que no se asentaba en unas formas democráticas auténticas, sino en la gran mentira del caciquismo) se estudian en contraste con el crecimiento de la agitación obrera y de las tendencias disidentes representadas por el laicismo y por los nacionalismos periféricos. Viene después, como sirviendo de gozne entre dos etapas distintas, la crisis de 1898: tras ella se abre una época en que se suceden el regeneracionismo y su breve momento político, el fracaso del reformismo maurista, la experiencia de Canalejas y, a su muerte, la descomposición de los partidos tradicionales. Nada es desdeñado en este cuadro, desde el dato político hasta la evolución intelectual, pasando por el crecimiento económico o el desarrollo de los movimientos obreros. Estas páginas, que resumen lo que sabemos y nos advierten de lo mucho que nos falta por saber, son la mejor introducción al estudio de la historia de España en el siglo XX .