Dada la naturaleza póstuma del presente libro, varios párrafos o ideas que aún no estaban cerrados o se encontraban repetidos fueron definidos por los editores, tratando, por supuesto, de respetar en la medida de lo posible lo que, se cree, habría determinado el autor. Pedimos indulgencia al lector si llega a sentir extrañeza ante ciertos pasajes de esta obra, la cual tiene como primer propósito el honrar la memoria del escritor.
Los editores desean agradecer a la viuda del autor, María Luisa Tavernier, y a la Biblioteca Ernesto de la Peña del Centro de Estudios de Historia de México de la Fundación Carlos Slim, por su sólido apoyo y su siempre buena disposición. Agradecemos también a Selma Ancira, Mauricio Pilatowsky y Miguel Cruz por habernos ayudado a establecer las grafías en otras lenguas. Finalmente, queremos reconocer el trabajo de Verónica C. Cuevas Luna, sin el cual esta edición no sería posible.
Agradecimientos
Deseo reconocer en primer lugar la ayuda de quienes, de una manera u otra, han hecho posible un ensayo que, a fin de cuentas, no es una investigación erudita sino un simple testimonio de admiración y amor literarios. Junto a los textos mismos de Rabelais, los numerosos libros que lo estudian y lo comentan, mi texto es antes que nada libresco, pero pretende algo muy difícil, si no imposible: convocar a dos personajes autónomos y complementarios: François Rabelais y Alcofrybas Nasier, el autor y su sombra, el humanista y el merodeador, el creador y el hombre contemplativo.
Este libro no tiene la pretensión de corregir ninguna tesis y cuando formula una suposición lo hace hablando desde el terreno de lo literario que, bien sabemos, tiene sus leyes y exigencias determinadas, por muy vagas que puedan considerarse. Cualquier lectura es una toma de partido. El lector incólume no existe o su distracción lo descalifica automáticamente. El regocijo que me produce la lectura de Rabelais se remonta a hace muchos años, por eso me es imposible declararme inocente, pero siempre he pretendido estar de parte de la verdad literaria. No me corresponde decir si lo he logrado. No puedo negar tampoco que en algunos casos, no muy frecuentes, tengo la intención de clavar una pica en Flandes, pero siempre avalado (al menos eso creo) por la textura estructural y la lógica narrativa que puedo percibir en la obra.
Mi biografía personal ha sido en gran medida la frecuentación de una biblioteca, la de mi clan maternal, entrañable, ágil y viviente a pesar de los años y las desapariciones.
Otro testimonio también de mi gratitud es para Carlos Slim Helú, cuyas generosidad y comprensión permitieron que hiciera mis pesquisas en el Centro de Estudios de Historia de México. Y a mi amigo Aníbal Silva Aguilar, entusiasta conocedor de las letras francas, tenaz viajero, dueño de un sentido crítico extraordinario y paciente auditor de éste y otros desmanes míos. Habría sido imposible dar cima a este trabajo sin su solidaridad activa y las generosas aportaciones bibliográficas que lo nutrieron.
Y, last but not least, a María Luisa, mi esposa, por la lectura inteligente de mi ensayo.
Quiero asentar también mi reconocimiento a la ejemplar labor crítica y hermenéutica de los tres eruditos que prepararon la Edición P, muchas de cuyas pistas seguí con resultados frecuentemente sorprendentes.
Véase la nota 5 de “Puntualizaciones” (p. 24).
Καὶ τὸ μόνον γελᾶν τῶν ζῴων ἄνθρωπον
[El único animal que ríe es el hombre]
ARISTÓTELES, De las partes de los animales, 673, 8
Pource que rire est le propre de l’homme
RABELAIS, Gargantua, aux lecteurs
… being firmly persuaded that every time a man smiles
– but much more so, when he laughs,
that it adds something to this Fragment of Life
LAURENCE STERNE, Tristram Shandy
Cecy signifie que, pour rire, besoign est d’estre innocent et pur de cœur…
HONORÉ DE BALZAC, Les Contes drolatiques
… une forêt de symboles…
CHARLES BAUDELAIRE
Ich beschwöre euch, meine Brüder, bleibt der Erde treu und glaubt Denen nicht, welche euch von überirdischen Hoffnungen reden! Giftmischer sind es, ob sie es wissen oder nicht
[¡Os conjuro, hermanos míos, sed fieles a la tierra y no creáis a aquellos que os hablan de esperanzas ultraterrenas! Son envenenadores, lo sepan o no.]
FRIEDRICH NIETZSCHE, Así hablaba Zaratustra, 3
Puntualizaciones
… la crítica… es creación individual,
por consiguiente libre,
que obedece sólo a una ley íntima,
engendrada por una necesidad del espíritu,
y que tiene, como rehén o como premio raro,
el signo y el carácter de su origen.
ITALO SICILIANO, François Villon et les thèmes poétiques du Moyen Âge
El epígrafe expone conceptos que comparto. Siciliano habla de una ley interna que responde a una inquietud espiritual. Nada más preciso para explicar por qué se escribe crítica; no se trata de proyectar sobre los demás la confesión de las preferencias personales, sino de buscar empatía con ellos, hacerlos partícipes de una inquietud que enriquece a quien escribe y a sus lectores. A diferencia de lo puramente literario que nace de una imperiosa necesidad interior que, al menos inicialmente, no tiene vínculos con los demás, la crítica es, por definición, una contribución a lo social, porque pretende inocular al lector con las dudas y los problemas que las suscitaron y proponer ocasionalmente algunas soluciones.