Léxico español para lectores de Don Quijote de la Mancha
Juan Hérnandez Herrero
Revisión del vocabulario con significados y comentarios
Publisher and Distributor: DIGITALIA
708 third Avenue sixth Floor
10017 New York, NY
USA
Copyright 2009. DIGITALIA Publishing
ISBN: 9781935242123
Prólogo
Desde la infancia me atrajeron las palabras y me sentía incómodo cuando no entendía el significado de alguna.
Nací en una familia castellana de abuelos y antepasados labradores y recuerdo que mis mayores decían palabras que a mí ya me sonaban anticuadas y no llegaba a precisar. Yo atisbaba muchas veces el significado de algunas por el contexto, pero otras muchas me quedaba sin llegar a entenderla del todo.
A mi abuela había que hablarle en reales, en duros, en arrobas, en azumbres y en libras, porque las pesetas, los litros y los kilos la descolocaban como nos ocurre ahora con los euros a los que nacimos y nos criamos con la peseta.
Recuerdo oír a mi madre palabras bellísimas que en su infancia y en su pueblo eran de la vida cotidiana y que a mí ya me sonaban de otro lugar y de otra época. Cuántas veces le oí decir que la ropa tenía que estar “como el ampo de la nieve” o contar algún suceso que había ocurrido junto a la “aceña” o decir que algo se había cortado “a cercén”. Cuántas veces, si algún niño era muy inquieto, nos decía que “parecía que tuviera azogue”. Era además muy atenta a que habláramos bien y siempre nos corregía si no elaborábamos correctamente nuestras frases. Quizá junto a ella me brotó la afición por nuestra lengua.
Avanzando el tiempo, me fui haciendo cada vez más consciente de este inmenso tesoro que tenemos en la lengua castellana y me fui acostumbrando a explorar nuestro léxico, a entender el contenido de las palabras, a ahondar en las expresiones y en sus orígenes.
Siendo estudiante de bachillerato comprendí que las palabras no son nada más (y nada menos) que el vehículo de los conceptos, y que si abrimos una palabra podemos extraer muchos frutos si ahondamos en el significado, en la etimología, en la evolución, en la sinonimia, en muchas cosas que, de otro modo, nos pueden pasar desapercibidas si pasamos rápidamente por encima.
Hace años se anunció en España que se reeditaba el primer diccionario que se escribió de nuestra lengua, el Tesoro de la Lengua Castellana, de Sebastián de Cobarruvias, y tuve la suerte de adquirir un ejemplar, que me ha enseñado tantas cosas y amenizado tantos ratos. Años después, una de mis hermanas me regaló la edición facsímil del Diccionario de Autoridades, auténtica joya del lenguaje. Cuando en 1.994 se anunció que se reimprimía en Santafé de Bogotá el Diccionario de Cuervo, cuya primera edición se había hecho en 1.886 me puse a la cola de los solicitantes y tuve la suerte de adquirir uno de los que llegaron a España. Por último, hace unos años, mi amigo Francesc Prats, librero de Tremp, me hizo saber que disponía en su librería de los cinco tomos del Diccionario de Roque Barcia, primer diccionario etimológico de la lengua española, que se editó en 1.880. Lo adquirí, y con él he tenido otra magnífica obra que me ha descubierto cosas de otro modo inalcanzables.
Así, la fortuna de contar con buenos libros y la ayuda de familiares y buenos amigos me ha permitido disponer de un material fructífero que, junto con otras muchas obras, ha sido esencial en la elaboración de este libro con el que espero ayudar a los lectores del Quijote.
En la juventud leí el Quijote por primera vez , y siempre que he vuelto a leerlo he descubierto más y más riqueza de palabras y conceptos. Y más descubriré si más veces lo leo porque siempre tiene más fruto para dar.
El lector normal y los que no somos profesionales de la Literatura no es posible que alcancemos a comprender el significado de todos las términos que encontramos en él. Convencido de este hecho, hace años me dediqué a revisarlo y a hacer una primera extracción de expresiones y palabras de uso poco común con el propósito principal de brindar al lector de la obra una primera ayuda para mejor comprensión del texto y escribí un libro que salió a la luz con esta intención.
Personas mucho más cualificadas que yo y grandes profesionales de la Lengua y la Literatura han hecho magníficos estudios del Quijote, con los cuales no pretendo competir, pues yo sólo soy un aficionado del lenguaje. Sólo tengo certeza de poderme equiparar a ellos en la pasión por nuestro idioma.
Recientemente, mi amigo Lluís Claret me propuso reeditar el antiguo libro aumentando su contenido, y a ello me he dedicado, con lo que espero que el presente tomo sirva a quien desee usarlo para facilitarle la lectura y a quien quiera hojearlo para ahondar en tantas palabras hermosas.
Al escribirlo he pensado no sólo en el lector de habla española, sino también en muchos lectores extranjeros que estudian español y leen El Quijote, por eso he explicado algunos términos que al hispanohablante le podrán parecer innecesarios por obvios, pero que al lector de lengua extranjera le facilitarán la lectura.
He enumerado en cada capítulo las expresiones que me parecían apropiadas para aclarar y las he puesto por orden alfabético para facilitar la búsqueda. Al final de cada palabra o frase he indicado el capítulo en que queda comentada por primera vez.
De los diferentes significados posibles de un término he intentado poner el que Cervantes le da en cada contexto, que no siempre es el significado más habitual de la palabra.
En algunas ocasiones, si una palabra tiene varios significados, he puesto en primer lugar el que cabe interpretar en el capítulo que le corresponde. Ocasionalmente, una palabra lleva un significado en un capítulo y otro diferente en otro, por lo cual se repite en el índice alfabético final y se cita cada capítulo en que lleva un significado distinto.
Después del tiempo dedicado a escribirlo, de releerlo y revisarlo una y múltiples veces intentando evitar erratas, y como soy consciente de que siempre están al acecho para colarse en los libros por cualquier rincón, sólo me queda encomendar a la benevolencia del lector las que puedan aparecer.
Doy las gracias a mi esposa por su paciencia durante el tiempo que he dedicado a este libro. También a las personas que de un modo u otro me han ayudado. A mi amigo Lluís Claret por su iniciativa y entusiasmo. Y a mi madre por toda su vida y por haberme inculcado el amor a nuestro idioma.
Juan Hernández Herrero
Barcelona, año 2009
Nota sobre el autor:
Juan Hernández es natural de Salamanca (España) donde hizo sus estudios primarios y secundarios y se licenció en medicina.
Especialista en medicina interna y cardiología, ejerce como cardiólogo en Barcelona en la clínica Corachan. Ha ejercido en varios hospitales y como porfesor de cardiología en la Universidad Autónoma de Barcleona.
Como lingüista, es un apasionado estudioso de la lengua castellana. Este es su segundo diccionario sobre los términos y expresiones del Quijote. Ha hecho varios estudios etimológicos de la lengua española, y es colaborador de la revista “Pliegos de Yuste”. Ha participado en la elaboración del diccionario “Thesaurus inglés – español de términos y abreviaturas en Cardiología, elaborado y editado por la Sociedad Española de Cardiología. Ha traducido varias obras del inglés; entre ellas destaca la de la obra de Withering de 1875 “an accoun of the foxglove, en la que se describe la digital, medicamento cardiológico aún en uso.
ÍNDICE GENERAL alfabético: con indicación del capítulo en que cada palabra o expresión es explicada por primera vez