La investigación para hacer este libro fue posible gracias a una generosa ayuda financiera del Social Sciences and Humanities Research Council of Canada. Los archiveros del Archivo General de la Administración, de la Fundación Francisco Franco y del Palacio Real siempre se mostraron amables conmigo y su ayuda fue crucial para mi investigación. Los editores de Routledge y de Alianza Editorial fueron también muy pacientes con mis retrasos a la hora de entregar los manuscritos. Robert Pierce leyó los primeros borradores e hizo valiosas observaciones. Cristina Castrillo me dio ánimos cuando más los necesitaba. Paulette Bak, Julio de la Cueva, Antonio Laserna, Robie Loomer, Ryan Perks, Óscar Rodríguez, Sofía Rodríguez, Adrian Shubert, Antonio Vargas y otros amigos me ayudaron mucho y, además, me forzaron a ser claro y conciso. María y Antonio siempre han sido la mejor fuente de información sobre qué es vivir bajo una dictadura. Céline, Mélina, Yasmín y Sofía son la inspiración de este libro, y de todo lo demás.
Este libro, más que traducción, es una versión corregida, actualizada y ampliada hecha por mí, el autor, de Franco. The Biography of the Myth (Routledge, 2014). He aprovechado esta oportunidad para incluir, principalmente en los capítulos 1 y 2, las notas y algunos de los textos que, por recomendación del editor, hube de dejar fuera de la edición inglesa original; y para corregir algunos errores que detecté en esa misma edición con posterioridad a su publicación. Por supuesto, esos errores, y los que ahora se produzcan, son mi responsabilidad exclusiva.
INTRODUCCIÓN
UNA BIOGRAFÍA DISTINTA
En su momento, fue un hecho trivial. En 1912, un joven y ambicioso oficial, Francisco Franco Bahamonde (1892-1975), fue a la guerra de Marruecos. Veinticuatro años más tarde, en los primeros momentos de nuestra horrenda guerra civil, en julio de 1936, el ya general de división se convirtió en jefe del ejército colonial, al que trasladó a la Península para destruir a la República. Así comenzó Franco su rápido ascenso personal hacia el poder absoluto. En apenas unos meses, se convirtió en jefe de todos los ejércitos rebeldes y del naciente Nuevo Estado, y en Caudillo o supuesto líder, carismático y anhelado, de España. Cuando acabó la guerra, en marzo de 1939, Franco se había erigido dictador, pero centenares de miles de españoles habían muerto, se habían exiliado o estaban en la cárcel y, millones más, habían vivido las experiencias más traumáticas de sus vidas. Contra pronóstico, Franco se mantuvo en el poder treinta y seis años más. Murió en una cama de hospital en noviembre de 1975.
La vida del dictador se ha contado en muchas biografías, algunas de ellas excelentes. Sin embargo, lo que no se ha explicado demasiado es qué significó Franco para los españoles que vivieron su dictadura, o para los de hoy. Aquí trataremos esta cuestión. Este libro estudia la evolución de la imagen pública del Caudillo tal y como la percibieron los españoles de su tiempo: los que le admiraron y apoyaron, los que le detestaron, y también aquellos que no tuvieron más remedio que acomodarse a la realidad, independientemente de sus sentimientos. Dicho de otra manera, este libro analiza qué se dijo de Franco, cuándo y por quién. También estudia cómo cambió el mensaje y cómo el contexto histórico afectó a la percepción que los españoles de a pie tenían del hombre que les gobernaba.
Para la inmensa mayoría de los españoles, y desde luego para el resto del mundo, el nombre de Franco se hizo prominente en julio de 1936. Desde entonces hasta hoy, aun cuando su memoria ya se desdibuja entre las generaciones más jóvenes, ha sido imposible hablar de la historia de España en el siglo XX sin referirse a él. Para entender el significado histórico de Franco hay que partir de un presupuesto tan obvio como, a menudo, olvidado: que la España y la Europa de los años treinta eran muy distintas de lo que son hoy. El fascismo estaba entonces en auge, y sus éxitos, reales o supuestos, en Italia o Alemania, para muchos significaba que esta forma de gobierno era el futuro. Por el contrario, las democracias parecían débiles, incapaces de hacer frente a la gran crisis económica desatada en 1929 y a la creciente polarización social y política de la Europa de entreguerras. Esta realidad, y las percepciones y expectativas que creó, cambiaron de forma radical en 1945 en la mayor parte de Europa occidental. No en España, donde la dictadura sobrevivió a la derrota del Eje. Como muestra este libro, la contradicción entre la Europa democrática y la España del Caudillo representó en muchos aspectos un recuerdo para los propios europeos de los esqueletos políticos que sus sociedades ocultaban en sus armarios. Tanto las críticas como las complacencias exteriores hacia la España franquista estaban influenciadas por el oscuro pasado del continente; y lo mismo se podía decir de Estados Unidos.
Franco fue una presencia molesta para el mundo democrático, pero un asunto muy real para los españoles. A los demócratas y anti-fascistas (que nunca han sido exactamente lo mismo) de todo el mundo les podía exasperar que su dictadura no pareciese tener fin, o que les recordase las mentiras piadosas de su propio pasado, pero lo que Franco hiciese o dijese marcaba las vidas de las gentes que él gobernaba. El dictador acumuló más poder que ningún otro gobernante en la historia moderna del país y ello a costa de un precio humano terrible. Hay quien ha comparado al Caudillo con otros tiranos del siglo pasado, como Hitler, Stalin o Mao. Esta es una comparación vana e improductiva. Por un lado, ni sus intenciones ni sus crímenes fueron de la misma escala pero, por otro lado, aquellos fueron más que suficientes como para que se le pueda considerar un asesino. No obstante, tanto la comparación como esta denominación irritan profundamente a sus admiradores, y aún parece excesiva a personas que se consideran moderadas. Como se verá en este libro, muchos españoles todavía consideran que Franco fue un héroe y muchos más piensan que, aunque duro, fue un gobernante bienintencionado que logró importantes avances para el país. ¿Cómo es posible que haya mucha gente que piense así aún hoy en España, después de casi cuatro décadas de democracia? ¿De dónde vienen estas ideas? ¿Fueron siempre así? ¿Cómo han evolucionado? ¿Por qué? Estas preguntas, y las respuestas que se les dé, tienen muchas implicaciones, morales, en primer lugar, pero también políticas e históricas tanto en España como en Europa, donde la intolerancia y los movimientos ultra-derechistas han cosechado notables avances en los últimos años.
Para explorar estas cuestiones, esta biografía se aparta de los cánones clásicos del género. La mayoría de las narrativas de vida comparten un elemento común: incluyen un momento o motivo —a veces varios— que justifican por qué la vida de un determinado individuo merece ser contada. Esto es, por qué el individuo es importante para el lector. Este planteamiento, que parece inocuo, ya acarrea riesgos. El primero es estudiar la vida de una persona hasta ese momento decisivo que la hace importante como resultado del destino. Hete aquí el gran hombre y, con menos frecuencia, la gran mujer a quien ya desde pequeñito se le veía venir, o, peor aún, tenía que venir. La alternativa a esta forma de ver el pasado (y el presente) es escribir una biografía que siga las realidades, opciones, ideas, acciones e imágenes del personaje en cuestión tal y como él o ella y sus contemporáneos las vivieron y expresaron; y luego explicar cómo esos factores han sido narrados, reinterpretados y recordados posteriormente. Este es el camino que se ha intentado seguir en este libro, que interpreta la vida de Franco desde la perspectiva de la historia social y cultural; lo que los historiadores llamamos Nueva Historia Cultural.