Prólogo
Un observador global
Soy antiguo lector y admirador de Moisés Naím. Su libro El fin del poder es uno de los mejores trabajos que he leído sobre cómo los cambios que está viviendo el mundo —desde las nuevas tecnologías de la información a la aparición de una nueva y numerosa clase media— están transformando la vida política contemporánea. Pero al leer este nuevo libro he apreciado, además, su versatilidad, habilidad y profundidad como analista.
De hecho, basta leer cualquier sección del libro para «descubrir» diferentes temas y regiones del globo. En cada una de ellas el lector disfruta de la manera provocadora y accesible en la que Naím analiza los más diversos temas internacionales. Veamos.
La primera parte se ocupa de la economía mundial. El texto inicial discute la crisis europea: ¿más o menos Europa? La cuestión de fondo es cómo repensar lo que comenzó como un logro culminante del mundo contemporáneo, la Unión Europea. La crisis ha abierto grietas en ese monumental edificio. ¿Qué hacer?
¿Socorrer a Grecia o sacarla de la economía europea? ¿Los problemas de Europa se resuelven mejor con más integración entre los países y sus ciudadanos o con más fragmentación, más fronteras y más barreras? Para Naím, no hay duda: más Europa es posible y deseable.
De ahí su colección de artículos salta a Asia: ¿cómo lidiar con el yuan, la moneda china? Por más que el Fondo Monetario Internacional (FMI) presione por la devaluación de esa moneda, el gobierno chino seguirá defendiendo sus intereses. Los organismos económicos mundiales están dirigidos por comités en los que los países europeos tienen más influencia que las nuevas potencias económicas, así que no avalarán la independencia financiera de los líderes chinos. Pero nos guste o no, China se ha hecho insoslayable y decide de acuerdo a su conveniencia, sin necesariamente actuar de acuerdo a lo que le exigen el FMI y los antiguos dueños del planeta.
Estas páginas están llenas de interesantes «fotos» sobre el estado del mundo. Leemos, por ejemplo, cómo la aparición de nuevas tecnologías de extracción de petróleo, el desplazamiento de las principales fuentes de energía del Medio Oriente a Estados Unidos y otros países y el sorprendente colapso del precio del barril están cambiando el mundo. Otros capítulos muestran cómo ha aumentado la desigualdad en el mundo más desarrollado, pero revelan que no todo está perdido, ya que, a pesar de esas inequidades, y en contraste con las opiniones más generalizadas, a nivel global ha habido redistribución del ingreso y una significativa reducción de la pobreza. También analizan lo que ha pasado en la economía latinoamericana e incluso la influencia de América Latina en Europa. Todo siempre en dosis adecuadas, con inteligencia y perspicacia.
De este panorama económico, se pasa a ver «qué les está pasando a los poderosos».
A primera vista, el lector puede desorientarse ante la variedad de los temas: el cambio de un director en la Filarmónica de Berlín en comparación con la FIFA o la corrupción de las familias gobernantes en China. Cómo entender la crisis siria, donde superpotencias como Rusia y China no son decisivas para determinar la situación, pero claramente pueden bloquear las iniciativas de Estados Unidos y Europa. Lo mismo se aplica a Alemania, que por un lado impone severas condiciones a Grecia que no resuelven la crisis económica de ese país y por otro veta las posibles soluciones propuestas por otras entidades. El libro también nos ofrece originales perspectivas sobre las cumbres regionales y mundiales de jefes de Estado, sobre el tema de las drogas e incluso las discusiones sobre desarme y la proliferación de bombas nucleares. Sin duda una mirada sorprendente.
A pesar de la variedad de asuntos, hay hilos conductores: cada vez es más difícil gobernar y los gobiernos duran cada vez menos tiempo. Surge su concepto del «fin del poder». El desempleo, el calentamiento global, la complejidad y la fragmentación de las sociedades modernas contribuyen a minar la fuerza de los poderosos. Estos reaccionan apelando al recurso del populismo, o del nacionalismo, o a lo que pueden. Es inútil; igual se extiende la consigna «que se vayan todos». Y con razón: la gente está más informada y se contagian fenómenos capaces de derrocar estructuras de poder una tras otra… Detrás están las nuevas tecnologías de la información y los medios, que se tratan en la sección «¡Internet no es lo parece!».
Esta parte comienza con un texto en el que se cita a Orwell, cuando dijo que los discursos políticos utilizan mentiras que parecen verdades y hacen que el asesinato luzca respetable. Enumera situaciones y dichos de varios políticos de América Latina, entre ellos Chávez de Venezuela (el país del autor) y Lula de Brasil para ilustrar la tesis. Luego sorprende al lector: para quien piense que, según Naím, la dinámica del poder en el mundo de hoy está principalmente determinada por las nuevas tecnologías de información y comunicación (Facebook, Twitter, YouTube, SMS, etcétera), él se encarga de desmentirlo. Si bien no niega la importancia de esas tecnologías, opina que es un error olvidarse de los fusiles. Al final, escribe Naím, son los fusiles, es decir los militares, lo que mejor explica los éxitos y fracasos de revueltas populares como la llamada Primavera Árabe, que al principio prometía una democratización pero luego se desvaneció. El apoyo de las fuerzas armadas, o la falta de él, fue crucial para crear y destruir las situaciones de poder. Naím evita así esa simplificación de que es la tecnología la principal fuerza que hoy controla la historia.
Esta parte del libro es fascinante. Describe lo que el autor encuentra en las preocupaciones de los científicos al visitar Silicon Valley, muestra las posibilidades de las nuevas tecnologías, con toda su capacidad para informar y conectar a las personas, y desenmascara la tesis de que gracias a ellas llegaría, finalmente, la «libertad para todos». El autor llama la atención sobre lo que él llama «la censura del siglo XXI ». Esta se caracteriza por ser tan omnipresente como sutil y, con frecuencia, invisible. El manejo de los nuevos medios de comunicación por parte de los poderosos está cambiando, muchas veces sin que nos demos cuenta.
La parte del libro que se titula «Venezuela: ¿cómo son las dictaduras del siglo XXI ?» ofrece una amplia visión de las tragedias que sacuden a ese rico país petrolero. Muestra que uno de los factores clave para una posible caída del chavismo (incluso a través de elecciones anticipadas o referendos revocatorios del mandato presidencial) será el desplazamiento de las lealtades militares y los flujos de dinero, incluyendo el que acumularon esas nuevas élites venezolanas que allí llaman la «boliburguesía» o burguesía bolivariana. Naím también muestra cómo la economía de su país está en ruinas y el «dedazo del Gobierno» vale más que los votos, y lamenta que Dilma Rousseff y Lula da Silva hayan mantenido durante décadas un silencio ensordecedor sobre los abusos antidemocráticos que se producen en Venezuela. Pasados los años, muerto Chávez, no hay nada nuevo, salvo que ahora manda Maduro…