El contacto con los Guías Extraterrestres y con nosotros mismos nos enseña que todo es pensamiento, actitud y amor; que las experiencias no sólo se dan a un nivel físico, sino también mental y espiritual; que el primer contacto que necesitamos mantener es con nosotros mismos y que sin este permanecemos aislados del cosmos; en definitiva, que vivimos en un universo sin límites y que el único límite es nuestra ignorancia.
En épocas de cambio y agitación, el pesimismo suele apoderarse del ser humano, los más negros augurios cobran actualidad. Sixto Paz, ufólogo de fama mundial y creador del grupo de contactos Misión Rama, nos descubre que las profecías no tienen por qué cumplirse. El futuro que entrevén es sólo una posibilidad que puede y debe ser alterada para corregir nuestros errores.
La antiprofecía nos relata la aventura personal de su autor: sus contactos con extraterrestres, los mensajes que ha recibido de ellos y las enseñanzas de culturas antiguas que ha ido acumulando a lo largo de los años. Además, nos brinda una interpretación personal de las otras famosas profecías de la historia, desde San Juan hasta Nostradamus. Entre sus originales interpretaciones destaca, por ejemplo, la escalofriante prefiguración en los textos bíblicos del ataque terrorista contra las torres gemelas.
Sixto Paz Wells
La antiprofecía
Revelaciones de los Guías extraterrestres para el Tercer Milenio
ePub r1.0
XcUiDi 27.05.15
Título original: La antiprofecía
Sixto Paz Wells, 2001
Editor digital: XcUiDi
ePub base r1.2
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Este libro está dedicado a Claudine Jacober, por su amistad y sus hermosas cubiertas, que han venido caracterizando mis libros; a Ignacio y Clarita Balcazar, amados amigos y hermanos; a Francisco Quiroz Cuarón, sabio maestro, gran amigo y ser humano excepcional, así como instrumento de la Misión; a María Domínguez y Cristina Penedés, amadas hermanas y amigas de Barcelona; a Carlos y Celia Cáceres, por su amistad, apoyo y sabiduría; a Oscar, Ángela y Viviana Borri, por su ejemplo y especial amistad; a Mirta Minutti, por su generosa amistad; a Fernando García, por ser amigo y compañero en el camino; a Leandro Sarlo, por ser todo alma y corazón; a Rosario Abrahams, por su amistad y apoyo; a Betty Rodao y su esposo Juan Xais, por su calidez; a Viola Lissner, por ser como es; a Argenis Jara y su maravillosa familia; a Ricardo, Carina y Mariano Zapata, amigos de Bariloche; a don Lucas Anich y su esposa Juanita, por su sabiduría, bondad, generosidad y sincera amistad; a Sixto Inchaustegui y Henry Hermida, grandes amigos y compañeros en la Misión; a Marco Córdoba, por su amistad y entrega generosa; a Yearim Paz, por su amor y ejemplo de constancia, coraje, valor y fortaleza; a Tanis Paz, por su amor y por ser inspiradora y mi maestra en tantas cosas, y muy especialmente a Marinita, mi compañera y amiga en la aventura del viaje de la vida.
INTRODUCCIÓN
La vida es la aventura del alma.
La heroicidad consiste en continuar
con valor y entusiasmo.
La vida es un reto, una interesante y apasionante aventura de autoconocimiento, si sabemos afrontarla con entusiasmo, alegría y coraje. Aún cuando sean muchas las pruebas que dificulten nuestro avance, estas son las que templan nuestro espíritu y lo fortalecen para alcanzar cimas luminosas, destinos nobles y trascendentes.
Aunque resulte difícil imaginar por donde nos llevara el destino, ni a cuantas personas conoceremos, ni la profundidad de las experiencias que se nos tienen reservadas para nuestro crecimiento, toda esta incertidumbre hace más emocionante y divertido el proceso de crecer y madurar con las pruebas. Porque todo en la vida es una cuestión de actitud. Si esta es valiente e intrépida, las dificultades se nos presentaran como el condimento perfecto del alimento que fortalece el alma.
La idea que buscamos compartir es la de afrontar la vida con espíritu deportivo, aceptando igualmente lo bueno y lo malo, porque la aventura es interior. Hay que competir sanamente con uno mismo, para ser cada día mejor de lo que uno es, para dar y darse más y mejor a los demás. Esta aventura comporta ciertos riesgos, y esta en nuestra mano que seamos capaces de asumir la responsabilidad sobre nuestras decisiones.
Ciertos aspectos de nuestra vida están más allá de nuestras decisiones, por cuanto han sido previstos con mucha anticipación; han sido programados para que ellos nos conduzcan a la realización y cumplimiento de unas metas. Aunque no todo está predeterminado, ciertos sucesos y acontecimientos responden a un marco creado durante las negociaciones o acuerdos previos a nuestro nacimiento con los «Guardianes del Destino», o «Señores del Karma», entidades espirituales que coordinan las encarnaciones y el plan de vida para la evolución de las almas. A mayor edad evolutiva o madurez de conciencia, mayor capacidad de negociación, pudiendo escoger en gran medida las circunstancias que lo rodean a uno.
Una buena parte de nuestra vida sigue una programación más o menos fija, pero siempre expuesta a una gran cantidad de variables tanto interiores como exteriores. Por eso, como un mecanismo de ayuda para prever las variaciones o anticipar los desenlaces, existe en el ser humano el Don de Profecía, es decir, la capacidad de adelantarse a los acontecimientos con premoniciones y precogniciones, que nos advierte de sucesos o nos prepara para afrontarlos. El propósito del conocimiento previo o anticipación a los acontecimientos es advertirnos para corregir sobre la marcha, y también recordarnos cada cierto tiempo, a través de los sueños y visiones, que debemos fortalecernos por cuanto nuestra vida sigue un curso, como un río, que a veces puede salirse de su cauce.
Mi aventura personal, hoy ligada a la vida de muchísima gente en muchas partes de este y otros mundos, es mundialmente conocida por mis continuas apariciones en la televisión, radio, periódicos, revistas y por mis anteriores libros, que giran en torno a los contactos extraterrestres que se iniciaron en Perú con recepciones de mensajes telepáticos psicográficos, avistamientos de naves y contactos físicos directos. Una serie de acontecimientos previos en mi vida familiar crearon una ambientación especial que desemboco en los hechos que hoy son motivo de difusión. Todo empezó cuando tenía diecisiete años. Por aquel entonces yo era un adolescente inquieto que empezaba a buscar respuestas cada vez más profundas a los interrogantes que han movido nuestra historia: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿cuál es nuestra misión y nuestro destino? Para muchos era considerado un muchacho demasiado serio y maduro, a pesar de mi juventud, pero vivía como cualquier joven de mi edad, afrontando mis propios procesos internos con alegría y entusiasmo. Siempre me gusto el deporte, y en el colegio destaque en varias disciplinas atléticas; era bastante tranquilo en las clases y muy responsable. Poco a poco comenzaba a tener en cuenta la necesidad de procurarme un proyecto de vida que satisficiera mis inquietudes y velara por mis intereses futuros. En esa época, mis metas giraban en torno a la historia, la arqueología y la paleontología, de las que era un romántico enamorado. Soñaba con pasarme la vida conociendo lugares exóticos, ascendiendo montañas, explorando profundos valles, haciendo excavaciones y grandes descubrimientos en sitios antiguos cargados de historia y riqueza cultural, que pudieran permitirnos entender los procesos humanos y retomar los avances olvidados o perdidos.