Los principales actores del drama cotidiano que se vive en la República Democrática del Congo son empresas, militares, políticos, ONG… y, en el centro, la población sufriente. Un drama que se vive —y, sobre todo, se sufre— en la RDC desde hace décadas, pero que se ha agravado por la demanda de determinados minerales de los cuales el subsuelo africano es especialmente rico. El cuaderno nos acerca a la complejidad de un problema que pone al descubierto las contradicciones de la globalización.
Josep F. Mària Serrano y Emmanuelle Devuyst
Las minas del rey Leopoldo
Conflictos y oportunidades en la extracción de minerales en la RD del Congo
Cuadernos CJ 184
ePub r1.1
Mowgli3.2.14
Título original: Las minas del rey Leopoldo
Josep F. Mària Serrano y Emmanuelle Devuyst, 2013
Editor digital: Mowgli
ePub base r1.0
JOSEP F. MÀRIA SERRANO es jesuita, doctor en Economía, licenciado en Teología, y profesor de Responsabilidad Social Corporativa y de Análisis Social en ESADE. Estudia la contribución de empresas y ONG en el desarrollo, especialmente en América Central y África Subsahariana. Colabora puntualmente en el diario La Vanguardia.
EMMANUELLE DEVUYST es Máster en Derechos Humanos y en Derecho Internacional Humanitario. Actualmente es responsable de incidencia política dentro del Jesuit European Social Center (JESC), en Bruselas donde dirige un proyecto sobre la responsabilidad social de las empresas mineras en África.
Notas
Sobre los Cuadernos CJ
Este ePub recoge uno de los «Cuadernos» del Centro de estudios Cristianisme i Justícia, dependiente de la Fundación Luis Espinal. Todos los cuadernos pueden descargarse gratuitamente desde la web de la Fundación en diversos formatos, los más recientes también en ePub y audiolibro. Además, son bastantes los cuadernos que tienen vídeos con información adicional.
Con una distribución de casi 50.000 ejemplares, los cuadernos son el fruto más destacado de la reflexión del Centro de estudios Cristianisme i Justícia. En un formato claro, y con una clara voluntad divulgadora, los cuadernos abordan aquellas cuestiones fundamentales que afectan en la actualidad al diálogo fe y justicia.
El editor digital
1. Introducción
Cuando se huye bajo los ataques, se coge a los niños, pero con las prisas los hay que caen y mueren aplastados o atrapados en el lodo de las marismas. Una madre había huido con sus dos pequeños gemelos; uno cayó y murió aplastado por la gente que huía. Hay que tragarse las lágrimas y seguir corriendo. Y al llegar a un lugar remoto del bosque, nos detenemos.
El bosque es oscuro y frío de día y de noche. Comíamos raíces y algunas raras frutas salvajes. Era imposible encender fuego y, por tanto, cocinar cualquier cosa, porque el humo habría revelado inmediatamente nuestra presencia a nuestros perseguidores; del mismo modo, no podíamos guardar ni gallinas ni gallos, ya que su canto habría indicado nuestra presencia. Salíamos del bosque caminando a gatas para ir a arrancar alguna mandioca en el límite de algunos campos y regresar rápidamente a nuestro refugio. Sabiéndolo, los milicianos nos esperaban en los alrededores de los campos o del río para violarnos.
Cuando el peligro se acercaba, nos adentrábamos aún más en el bosque, donde el enemigo que nos acechaba era el hambre. Para llevar algo al estómago de nuestros hijos, les dábamos la fina arena del río, mezclada con agua, o lodo, que comíamos nosotros también. La cara, el vientre, las piernas se nos comenzaban a inflar. ¡Cuántos de nuestros hijos han muerto en el bosque! Hasta ahora mucha gente sigue pasando la noche en la maleza por miedo a los ataques.
Ester M WINJA N SIMI - Teresina C AFFI , La guerra vivida por las mujeres, (2006).
Adon Kalenga trabaja siete días a la semana extrayendo minerales del suelo sin guantes. Tiene 13 años y vive en la provincia de Katanga, en la República Democrática del Congo. No tiene hogar y no puede pagar los 6$ al mes que cuesta ir a la escuela… A veces duerme en la calle, otras en un orfelinato. La mayoría del tiempo trabaja, ganando 3$ al día. Es una de las 67.000 personas en Katanga que se gana la vida extrayendo piedras que contienen dos minerales preciados en todo el mundo: cobre y cobalto. El cobre, rojo-marrón, se usa para hacer cables eléctricos necesarios para iluminar las ciudades de nuestro mundo. El cobalto, metal gris plateado, se usa para hacer motores de avión, tinta y pilas de teléfono móvil.
Katanga […] contiene el 4% del cobre mundial y un tercio de las reservas de cobalto. Los minerales que Adon y niños como él extraen de la tierra roja y dura se encaminan a hornos de fundición en las afueras de ciudades empobrecidas cercanas a las minas. La mayoría de estos hornos oxidados y alimentados a mano son propiedad de empresas basadas en un país lejano, un país que fue fundado en una ideología que exalta los derechos de los trabajadores: la República Popular China. La espinilla izquierda de Adon tiene una cicatriz de una caída sufrida durante un corrimiento de tierras de hace tres años, en que murieron algunos trabajadores, incluidos cuatro de sus jóvenes amigos.
[…] En realidad, Adon y sus compañeros y compañeras practican una forma caótica de capitalismo, con muy poca supervisión de la empresa o del Estado. Los artesanos mineros no son empleados; son trabajadores por cuenta propia que venden a intermediarios lo que han extraído y limpiado.
S. C LARK - M. S MITH - F. W WILD , China Lets Child Workers Die digging in Congo Mines for Copper, (23 de julio de 2008).
¿Qué tienen en común estos dos relatos? Que se sitúan en zonas ricas en minerales de la República Democrática del Congo (RDC) y que sus protagonistas son gente pobre relacionada con la actividad minera de la región. En el primer caso, localizado en zonas boscosas cercanas al lago Kivu (nordeste de la RDC), la relación con la minería no es evidente. Sin embargo, los grupos armados que matan, violan y aterrorizan a la población se financian en buena parte con diversas formas de extorsión a mineros individuales que extraen coltán, oro o estaño de minas de la zona. Estos minerales son transportados a intermediarios de las ciudades fronterizas de Bukavu y Goma, y luego exportados ilegalmente a Ruanda y Burundi, desde donde serán incorporados al mercado global. En el segundo caso, la provincia de Katanga (sureste de la RDC) no tiene problemas de grupos armados, pero miles de niños y adultos de la provincia —los llamados artesanos mineros— extraen mineral de cobre y cobalto en pésimas condiciones de salud y seguridad. El mineral es transportado y vendido a empresas que lo transforman en cobre y cobalto para la exportación: metales para la economía global. A partir de 2002, las empresas transformadoras han adquirido derechos legales sobre las minas, de las que están desplazando a la mayoría de artesanos mineros de la provincia.
Así pues, los actores principales de este drama ya han aparecido en escena: las empresas, los militares, los políticos… y, en el centro de nuestros focos, la población congoleña sufriente. El escenario no se sitúa en las míticas