Wayne Jamison - Esvásticas en el sur

WAYNE JAMISON (Wayne Jamison Jiménez de Bentrosa), nacido en Rota en 1970 y afincado en Jerez, es licenciado en Ciencias de la Información, máster en Periodismo y en Comunicación Política y Empresarial y doctorando en Ética y Deontología Profesional. Contar historias es su pasión. Comenzó a ejercer el periodismo a los 19 años en el diario ABC (Madrid). También ha pasado por las redacciones de Diari de Tarragona, La Gaceta de Salamanca y La Voz (Vocento). Socio fundador del diario digital Reporteros Jerez, ha colaborado también en diferentes radios, televisiones y revistas. Autor de La sombra del Führer, Esvásticas en el sur y el Doctor Pirata entre otros.

A mi hija Naiara, a mi mujer Mamen y a mi madre Claudia, por estar ahí y enseñarme, cada una de una forma diferente, que siempre merece la pena intentarlo.

A Liana Romero, por su generosidad y compartir conmigo recuerdos y vivencias que no pueden ni deben silenciarse.

Wayne Jamison, 2018

Editor digital: Titivillus

ePub base r2.1

Cada vez que nos dan clases de amnesia

como si nunca hubieran existido

los combustibles ojos del alma

o los labios de la pena huérfana

cada vez que nos dan clases de amnesia

y nos conminan a borrar

la ebriedad del sufrimiento

me convenzo de que mi región

no es la farándula de otros.

Mario Benedetti

(De El olvido está lleno de memoria).

Más vale que no tengas que elegir entre el olvido y la memoria.

Joaquín Sabina

Qué habría de ser entonces, sin memoria,

de nosotros, que hacemos renacer

al juntar nuestras manos esta noche

tantas noches y lunas y ciudades

y el tembloroso mar de las estrellas.

Felipe Benítez Reyes

(De Sombras particulares).

El libro que van a leer a continuación, en cuanto este prologuista termine con esta breve pero necesaria introducción, es total y absolutamente novedoso. Y eso, queridos lectores, ya es mucho. Piensen que sobre el nazismo y sobre la Segunda Guerra Mundial se han escrito miles de obras que han abordado el tema desde múltiples perspectivas y con diferentes campos de atención. Unas se centraron en la vida de algunos de los líderes del macabro Tercer Reich, otras en las batallas más importantes o en el desarrollo de la contienda, y otros, como este que nos ocupa, prestaron su atención a la presencia de nazis en diferentes puntos de la geografía española, algo que no debería sorprendernos dada la connivencia entre el recientemente instaurado régimen de Franco y la Alemania de Hitler —había algunas deudas que saldar desde la Guerra Civil—. Pero nadie, que yo sepa, había hablado del importante papel que tuvo la provincia de Cádiz como escenario de fondo de una de las «batallas» más curiosas e importantes de la segunda Gran Guerra y como guarida para algunos nazis huidos tras la debacle. Esta es la novedad de esta magnífica obra que el gran Wayne Jamison nos ofrece.

Tampoco debería extrañarnos. El estrecho de Gibraltar, controlado por los ingleses, se convirtió en un punto estratégico de vital importancia. Era la puerta del Mediterráneo. Y Franco, como todos ustedes sabrán, siempre tuvo una especial obsesión con recuperar para España el Peñón. Es lógico que los alemanes también centrasen su atención en la roca, lo que nos ayuda a entender por qué Cádiz se convirtió en uno de los escenarios claves de la Segunda Guerra Mundial y la posguerra, cuando sirvió como puerto para la huida hacia Sudamérica de cientos de nazis.

Nunca hubo ninguna batalla real allí, pero sí batallas diplomáticas, operaciones secretas y sabotajes, en las que jugaron un papel esencial los espías nazis e italianos, así como sus enemigos y colegas británicos y estadounidenses. Todos ellos anduvieron por Cádiz durante la guerra.

Pero, ojo, Hitler estuvo a punto de invadir el Peñón en 1941. Si no lo hizo fue, en parte, porque ni Serrano Suñer, el cuñadísimo, ni Franco, se lo pusieron fácil. Imaginen lo que podría haber cambiado la historia Si los nazis hubieran conseguido controlar el Estrecho desde aquel año… No se pierdan los pormenores que sobre este asunto nos expone Wayne.

Además, este libro está lleno de personajes curiosos e interesantes, personajes que perfectamente podían formar parte de ese colectivo que suelo denominar como Homo insolitus al que he dedicado parte de mis trabajos. Wilhelm Canaris, por ejemplo, jefe la inteligencia alemana, amigo de Franco y, posteriormente, conspirador contra Hitler, era habitual de Algeciras. Klaas Carel Faber, uno de los nazis más buscados, que pasó largas temporadas en Conil tras fugarse de la cárcel. Kim Philby, un agente doble inglés que durante un par de décadas fue el mejor espía ruso y que jugó un papel esencial en el desembarco de Normandía, también estuvo por Cádiz. Por no hablar de José González Rodríguez, «el gaditano que estrechó la mano a Hitler», como le denomina Wayne Jamison; o de Lionel Crabb, un antiguo traficante de armas y espía que se ofreció como voluntario para desactivar minas en el Estrecho, y que bien pudo ser la inspiración para el personaje de James Bond; o de Larissa Swirski, la Reina de Corazones, una dama rusa descendiente de los Romanov, ni más ni menos, y esposa de un marino amigo de Ramón Franco —el hermano piloto del dictador—, que no dudó en convertirse en espía para los nazis, centrando su actividad en el Campo de Gibraltar, donde los servicios secretos aliados tenían una fuerte presencia. Terminó uniéndose al contraespionaje británico en 1943, tras conocer la sanguinaria realidad del régimen nazi, como podrán comprobar en breve, y sus aventuras pudieron servir de inspiración para la primera novela de la saga de James Bond, Casino Royale, escrita por el espía ingles Ian Fleming, al que llegó a conocer en persona.

Y mucho más. No se pierdan el relato de la fiesta flamenca que se montaron un grupo de oficiales nazis, en septiembre de 1943, en la famosa Venta de Vargas de San Fernando; o la crónica de aquel partido de fútbol en el que el Cádiz CF se cargó a una selección nazi a finales de abril de 1939; o la fascinante historia de Graf Spee, un crucero pesado que, tras convertirse en un feroz destructor de barcos aliados, terminó hundiéndose en la costa de Uruguay. En Chipiona se conserva una reliquia en forma de campana de este buque, custodiada, precisamente, por la hija de la Larissa Swirski.

No les entretengo más. Les dejo con Wayne Jamison, con su exhaustivo, preciso y documentado relato, y con esa tierra maravillosa de Cádiz por la que siempre he sentido un cariño especial. Merecerá la pena el viaje.

Perpetrado por Óscar Fábrega.

En la provincia de Cádiz se libró una de las batallas más importantes de la Segunda Guerra Mundial. Más discreta, si se quiere, con menos sangre derramada y en la que entraron en juego unas armas y unas estrategias muy diferentes a las empleadas en otros frentes, pero determinante en el devenir de un conflicto bélico que transformó Europa y cambió la reglas de juego en el conjunto del planeta.

El final pudo haber sido otro si las cartas se hubiesen jugado de forma diferente en el sur del país. Conocemos el final de la película: ganaron los Aliados. Pero pudieron ganar los países del Eje si en la provincia gaditana se hubiesen salido con la suya. No estuvieron tan lejos de lograrlo. Gibraltar, el Estrecho, el norte de África y el tráfico marítimo hacia el Mediterráneo convirtieron a esta zona en punto estratégico, fundamental por lo que suponía su control. Adolf Hitler quería, además, tener la posibilidad de poder entrar por allí para su inminente ataque a Moscú y tener la opción de efectuarlo también desde el flanco más oriental.