Agradecimientos
M is fuentes de documentación para Pandemia han sido muy variadas: desde ingenieros sanitarios y arqueólogos, a genetistas y epidemiólogos, pero todas ellas tienen algo en común: las ganas de hablar con una periodista que surgía de la nada. Aunque solo he citado directamente los comentarios de algunas de estas personas, todas ellas fueron de gran ayuda para la redacción de este libro. Sin su generosidad no habría sido posible. Mi investigación y mis reportajes de los últimos seis años tampoco habrían sido posibles sin la colaboración de diversas personas y organizaciones. El Centro Pulitzer para la Información sobre Crisis, además de financiar mis viajes, contribuyó a transformar mi relato de la epidemia de cólera de 1832 en Nueva York y la de 2010 en Puerto Príncipe en una espléndida visualización interactiva («Mapping Cholera», en choleramap.pulitzercenter.org). Este proyecto paralelo sobre las dos epidemias que marcaron la pandemia del cólera cristalizó mi percepción de las raíces políticas y sociales de las pandemias. Gracias por tanto a Peter Sawyer, Dan McCarey, Nathalie Applewhite, Zach Child, Jon Sawyer y el resto del equipo del centro. Gracias a Oliver Schulz e Ivan Gayton, de Médicos Sin Fronteras, que además de ser héroes en primera línea del combate contra las epidemias se han enfrentado a numerosos obstáculos técnicos y burocráticos en varios continentes y me han facilitado sus datos sobre el cólera en Haití. Randi Hutter Epstein, Matthew Knutzen, Steven Romalewski y Don Boyes, entre otros, me ofrecieron igualmente una ayuda decisiva en los primeros momentos, y la Academia de Medicina de Nueva York organizó un acto relacionado con el proyecto y con este libro. Jim y Mary Ottaway y Lisa Phillips, de la SUNY New Paltz, me ofrecieron un puesto honorario de profesora de Periodismo que me permitió dar un curso sobre la investigación de las epidemias. De ahí surgió un proyecto de seis meses de duración dedicado a investigar la enfermedad de Lyme, que resultó muy útil para comprender el críptico contagio de esta patología. Gracias a todos ellos, y a mis alumnos, por su enorme dedicación. Nassim Assefi y sus compañeros de TEDMED me prestaron su salón de actos para presentar mis ideas sobre las pandemias y cómo afrontarlas. Jodi Solomon y su equipo me brindaron la oportunidad de presentar el material de este libro a personas muy interesadas en todo el país. Tengo una deuda inmensa con Philippe Rivière, antiguo periodista de Le Monde Diplomatique, no solo por diseñar los preciosos mapas que aquí se reproducen sino también por sus observaciones críticas. Los inteligentes comentarios de mi querida amiga Michelle Markley y de mis padres, el doctor Hasmukh Shah y la doctora Hansa Shah, también mejoraron notablemente este libro. Gracias a Davis Fisman, que tuvo la generosidad de revisar mi primer borrador, y a Michael Olesen, Dao Tran y Trent Duffy, por sus útiles observaciones. Frances Botkin, que vino conmigo a Haití, hizo que el viaje resultara mucho más fácil en su compañía; Jennifer Ballengee escuchó con atención mis largas arengas mientras escribía los sucesivos borradores de este libro. Scientific American, Yale Environment 360, Foreign Affairs, The Atlantic y Le Monde Diplomatique son algunas de las publicaciones en las que vieron la luz algunos de los artículos que respaldan la información en la que se basa este libro. David Fisman y Ashleigh Tuite escribieron conjuntamente la historia de la propagación del cólera a lo largo del canal de Erie y compartieron sus datos conmigo. Su Dongxia me ofreció su alegría y su apoyo logístico en Guangzhou, y lo mismo hicieron Rita Choksi en Nueva Delhi y Sean Roubens Jean Sacra en Puerto Príncipe. Catherine Guenther me ayudó en la investigación. Doy las gracias a mi querida agente, Charlotte Sheedy, por su apoyo inquebrantable, así como a mi editora, Sarah Crichton, y al resto del equipo de Farrar, Straus and Giroux, por traer al mundo este libro. Gracias a Mark Bulmer y a nuestros hijos, Z y K, por apoyarme todos estos años de viajes y escritura.
Imagen de microscopio electrónico de barrido de Vibrio cholerae 01. (CDC / Janice Haney Carr, 2005).
Simulación de pandemia de gripe en un mapa que describe ubicaciones y casos de acuerdo con su distancia temporal en la red de transporte aéreo. (Dirk Brockmann).
El brote de cólera de 1832en Nueva York. En su pico máximo, el cólera matabaa cien neoyorquinos cada día.
(Fuente: The Cholera Bulletin, Conducted by an Association of Physicians, vol. I, n.os 1-24, 1832; el mapa base es una adaptación del Map of the City of York, 1854… For D.T. Valentine’s Manual 1854 con ayuda del New York Public Library’s Map Warper; adaptación de Philippe Rivière y Philippe Rekacewicz en Visionscarto.net a partir de «Mapping Cholera», elaborado por el Pulitzer Center on Crisis Reporting en http://choleramap.pulitzercenter.org).
El brote de cólera de 1832 en Nueva York. La Manhattan Company, hoy JPMorgan Chase, abrió su pozo entre los retretes y las fosas sépticas del barrio de Five Points, sobre el Collect Pond, que se había rellenado con basura. Esta agua se distribuía a un tercio de la ciudad de Nueva York.
(Fuente: The Cholera Bulletin, Conducted by an Association of Physicians, vol. 1, n.os 1-24, 1832; el mapa base es una adaptación del Map of the City of New York, 1854… For D. T. Valentine ’s Manual 1854 y John Hutchings, Origin of Steam Navigation, a View of Collect Pond and Its Vicinity in the City of New York in 1793, 1846, con ayuda del New York Public Library’s Map Warper; adaptación de Philippe Rivière y Philippe Rekacewicz en Visionscarto.net a partir de «Mapping Cholera», elaborado por el Pulitzer Center on Crisis Reporting en http://choleramap.pulitzercenter.org).
El deslumbrante interior del Hospital Medanta, en Nueva Delhi. El centro presta servicio a cientos de miles de turistas médicos que visitan la India en busca de cirugías y otros tratamientos. En 2012, el turismo médico extendió la superbacteria conocida como NDM-1 (metalo-beta-lactamasa 1 de Nueva Delhi) a veintinueve países del mundo. (Sonia Shah).
Una tubería de desagüe del Hospital Medanta va a parar a una alcantarilla atascada de basura. En el agua potable y en las aguas de superficie de Nueva Delhi se han encontrado patógenos como NDM-1. (Sonia Shah).
Empaquetando pájaros en el mercado de aves de Jiangcun, en la ciudad de Guangzhou, provincia china de Guangdong. La gripe H5N1 apareció en Guangdong en 1996, en parte gracias a las oportunidades de transmisión que ofrecen las granjas de aves industriales. (Sonia Shah).