Germán Carrera Damas - Una nación llamada Venezuela
Aquí puedes leer online Germán Carrera Damas - Una nación llamada Venezuela texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Una nación llamada Venezuela
- Autor:
- Genre:
- Índice:4 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Una nación llamada Venezuela: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Una nación llamada Venezuela" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Una nación llamada Venezuela — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Una nación llamada Venezuela " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Llega a su sexta edición esta obra, publicada inicialmente en 1980[1]. Cumpliendo sus normas, la Editorial Alfa me impuso la tarea de que diese «una lectura» al texto de la quinta edición; innovación que rompió con la práctica del hecho cumplido seguida en todas las ediciones que precedieron a la actual, las cuales solo en unos casos me dieron espacio a notas de autor, referidas a lo que recordaba de mis exposiciones. No acierto a calificar el resultado. Pido al lector que me ayude a hacerlo. Con ese fin le entrego la presente confidencia, que probablemente le sorprenderá: nunca había leído el texto; y esto no por obedecer a mi temor de autor, como me ha ocurrido con otras de mis obras luego de mi corrección de pruebas, sino porque las charlas-conferencias que integran este volumen nunca fueron escritas. Forman una serie semanal de charlas-conferencias encomendadas de urgencia, iniciadas el 14 de febrero de 1974, cubriendo la ausencia del expositor originalmente previsto y anunciado. Digo charlas, porque no fueron escritas; y digo charlas-conferencias, porque en las exposiciones utilicé sumarios esquemas y algunas citas referenciales escritas.
Me hallaba en la Gran Bretaña desempeñando la Cátedra Simón Bolívar en la Universidad de Cambridge, en el lapso 1978-1979, cuando me enteré de que la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela, organizadora del ciclo de charlas-conferencias, no solo las había hecho grabar sino que dispuso hacerlas transcribir con el fin de publicarlas. Quizás consideré obvio que me harían revisar el texto. Pensé que de esa manera las charlas-conferencias adquirían otra condición y me sentí obligado a revisar el manuscrito resultante. Nada sucedió. Llegué a pensar que el propósito no pasaría de serlo, de manera que apenas estuve de regreso a Caracas acudí a la Dirección de Cultura con el fin de solicitar la transcripción. Mi buen amigo, el profesor Gustavo Arnstein, me respondió entregándome un ejemplar de la obra impresa, que cumplidamente agradecí.
Las siguientes ediciones reprodujeron la primera, que nunca leí, mas no por fiel observancia del primordial precepto de que el más grave pecado que puede cometer un historiador es violar la integridad de un documento, porque debe tener presente que lo publicado adquiere la condición de documento. Los respectivos editores no me brindaron la oportunidad que ahora disfruto.
De allí que cuando atendí la solicitud de Editorial Alfa lo hice creyendo que, salvo puntuales ajustes de estilo, y muy breves y no menos puntuales de concepto, se reproduciría con fidelidad, estructural y argumental, el texto de la primera edición, conservado también en las siguientes. Pero, al advertir errores de transcripción y algunas flaquezas argumentales, opté por pecar, infringiendo, espero que moderadamente, lo que asenté en mi «Nota a la cuarta edición», aquí reproducida; si bien respetando la estructura metódica y el entramado conceptual, aunque ello implicase abstenerme de introducir enmiendas que hoy estimaría oportunas mas no imprescindibles. Me consuelo pensando que las habría hecho si hubiese tenido ocasión de leer la transcripción.
No obstante –y quizás como compensación al lector–, he considerado razonable permitirme añadir una adenda que complementa el sentido general de la obra. Aporta una prueba de que en la década 1936-1946 pudo debatirse sobre la manera de estimular la formación de la Nación, como concepción socio-histórica, y sobre las decisiones políticas a ello conducentes.
Caracas, agosto de 2016
Ratifico todos y cada uno de los términos de la «Nota del autor a la cuarta edición». ¿Por qué, entonces, una nota a la quinta edición? No es fácil dar una respuesta a esta pregunta, sinceramente formulada, pero lo intentaré, si bien para hacerlo debo referirme a los dos últimos párrafos de la séptima charla-conferencia. En ellos esbocé el que consideraba que representaría un cambio necesario e inminente en el funcionamiento de nuestra sociedad. Consistiría en que la política habría de ser, cada día más, un ejercicio de administración de recursos, escasos o agotables. Con ello nuestra vida social y política habría de ganar en el ejercicio de la responsabilidad y en la práctica de la eficiencia.
Hoy creo que este elemental ensayo de prospectiva histórica se ha visto comprobado por la realidad de nuestro acontecer social y político. Recursos acerca de cuyo agotamiento cercano se nos advirtió reiteradamente, como el agua, plantean, por lo azaroso de su disponibilidad, graves y crecientes problemas a extensas regiones del país. El agotamiento de la tierra urbanizable, en torno a las grandes concentraciones de población, conduce a la destrucción de tierras agrícolas, que son de suyo cada día más escasas por obra de la erosión. Los fondos marinos cercanos a las costas venezolanas, nunca tan ricos en pesca como se creía, se convierten en desiertos; los raleados bosques se repueblan, en el mejor de los casos, de mezquinos arbustos. Los orgullosos grandes ríos, despoblados de su fauna, padecen los efectos de la deforestación de las cabeceras y, por lo general, han olvidado la limpidez de sus aguas.
Pero, ¿y la esperada respuesta de la sociedad? No es cuestión de entregarnos al pesimismo, que no ha estado a la altura del reto, y desesperando de que llegue a estarlo. Pero sí cabe decir que no ha sido todo lo empeñosa y eficaz que la tarea por realizar requiere. Y, por lo que es todavía más significativo: esa respuesta de la sociedad, que ha demostrado su poder allí donde se ha expresado su acción, por ejemplo en una relativa recuperación de la fauna y en la detención de la deforestación de la ciudad de Caracas, pugna todavía por generalizarse y perseverar.
Dije en mi mencionada charla-conferencia, y lo reafirmo ahora, que cabía esperar una respuesta de la sociedad a los nuevos y crecientes problemas del género mencionado. No dije que esa respuesta habría de ser de los gobiernos. Quizás hablé de esa manera porque comenzaba a comprender lo que ahora tengo muy claro: la naturaleza y la vastedad de los problemas, ya entonces enunciados y ahora corroborados, hacen que solo la sociedad, informada y consciente, pueda enfrentarlos. Pero, a su vez, la capacidad de acción de la sociedad dependerá del grado de conocimiento divulgado, adquirido y asimilado, sobre los agravados problemas al que ella puede llegar. El que pueda lograrlo en el grado necesario supondría el desarrollo de una vasta, intensa y sostenida formación escolar, técnica, científica y política.
Pero la capacidad de acción de la sociedad, así armada, requiere a su vez el que llegue a manifestarse como una conducta social, espontánea, sostenida, intolerante con las transgresiones, exigente en el ejercicio de la responsabilidad, propia y de los demás. En suma, la acción de la sociedad debe desprenderse de una profunda democratización de la vida social y política.
En síntesis, lo que ahora creo que quise decir y que apenas logré asomar es que la tarea urgentemente planteada a la sociedad es la de convertirse en una sociedad genuinamente democrática. Para llegar a ello le será necesario superar la etapa de la democracia inducida desde el poder público; como también la de la democracia practicada con olvido de la responsabilidad social, y practicar la democracia entendida, por fin, como el ejercicio responsable de la libertad, tanto frente a los demás hombres como en las relaciones con nuestro entorno natural.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Una nación llamada Venezuela»
Mira libros similares a Una nación llamada Venezuela. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Una nación llamada Venezuela y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.