Traducción de María Capetillo
Primera edición, 2018
Primera edición electrónica, 2019
D.R. © El Colegio de México, A.C.
Carretera Picacho Ajusco núm. 20
Ampliación Fuentes del Pedregal
Delegación Tlalpan
14110, Ciudad de México, México
www.colmex.mx
ISBN (electrónico) 978-607-628-835-1 (volumen 1)
ISBN (electrónico) 978-607-628-704-0 (obra completa)
Libro electrónico realizado por Pixelee
Para Carlos Marichal, historiador distinguido,
colega generoso y ser humano ejemplar
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS
Hace años Debjani Mazumder, de Cambridge University Press, me invitó a escribir un libro de texto que cambiaría el modo de ver la historia de India moderna. Acepté la invitación con estremecimiento y arrebato. La tarea era audaz e inspiradora al mismo tiempo. Dediqué más de cinco años a leer, aprender, asimilar, interpretar y redactar A History of Modern India (publicado por Cambridge University Press en 2015). Agradezco sinceramente a Debjani y su equipo de Cambridge University Press por impulsarme a aceptar el reto y por acompañarme en cada paso de su realización con pericia, cuidado y cariño. Agradezco también la generosidad de Cambridge University Press al cederme los derechos para sacar a la luz una versión en español de este libro.
Me ayudó a retomar el trabajo de hacer una versión modificada del libro en español en dos volúmenes el entusiasmo contagioso de mis colegas de El Colegio de México, en particular el distinguido historiador Carlos Marichal, del Centro de Estudios Históricos ( CEH ); el de Gilberto Conde, Saurabh Dube y Marisela Connelly, y el de varias generaciones de estudiantes de maestría del Centro de Estudios de Asia y África ( CEAA ). Los dictámenes muy positivos de la propuesta de la versión en español fueron cruciales en mi decisión de publicar este libro: expreso mi gratitud a los dictaminadores anónimos. El apoyo del equipo de publicaciones tanto del CEAA como de El Colegio de México ha sido fundamental: el libro no hubiera sido posible sin la solidaridad y el trabajo meticuloso de Cynthia Godoy, y el apoyo de Magdalena Bobadilla y de José Antonio Cervera. Gabriela Said y todo su equipo han brindado su trabajo profesional y su cariño personal para dar forma al libro. Les agradezco mucho. María Capetillo ha hecho un trabajo ejemplar al traducir el libro poniéndose en constante contacto conmigo para aclarar cualquier duda, para solicitar mi opinión sobre la traducción de conceptos, frases u oraciones complicadas, y para preservar el espíritu y el estilo narrativo de la versión original. Muchas gracias, María. Agradezco también al Sr. Raúl Lemus Pérez por su ayuda en la elaboración de los mapas.
Édgar Pacheco y Aldo Morales, mis colegas y ayudantes de investigación, han colaborado de manera excepcional al buscar referencias bibliográficas, revisar la traducción y corregir las pruebas; incluso brindaron su apoyo técnico para formar el libro adecuadamente. Su ayuda ha sido esencial. Les doy las gracias de todo corazón. Luis Quiñones y Eduardo Luciano Acosta aportaron de manera incondicional observaciones acerca del libro y sugerencias técnicas. Quiero extenderles mis agradecimientos a ambos.
La lectura cuidadosa del libro en inglés por parte de Carlos Marichal, sus comentarios muy generosos y su insistencia sobre la publicación del libro en español me han hecho sentir honrada y privilegiada. Quiero dedicarle los dos volúmenes de Una historia de India moderna a él con mi profunda gratitud.
INTRODUCCIÓN: EL IMPERIO Y LA COLONIA
Enseñar historia moderna de India a varias generaciones de estudiantes de posgrado en El Colegio de México ha sido fascinante y desafiante. Los términos colonialismo y nacionalismo y la entidad-concepto de lo moderno poseen un significado muy particular para los estudiantes de México y Sudamérica, donde el colonialismo se relega a un pasado lejano y el nacionalismo se rememora en las espectaculares celebraciones de la nación. Simultáneamente intimida, intriga e inspira la tarea de señalar las historias conectadas del imperio y la colonia; la influencia perdurable del colonialismo junto con los más nuevos conocimientos, y las construcciones y despliegues de la nación y el nacionalismo.
Emprendí esta tarea con un espíritu aventurero. Las historias referidas en los dos volúmenes pretenden narrar los procesos socioculturales y político-económicos, los eventos y las acciones que contribuyeron a la constitución de India como una nación moderna. El esfuerzo es riesgoso en tres sentidos. Primero, porque se trata de contar una historia sin clausura, una historia no acabada que no propone explicar los acontecimientos como un todo. Segundo, porque se intenta leer la evolución de la sociedad india a través del colonialismo junto con las corrientes ideológicas, los eventos y los procesos en Inglaterra (Gran Bretaña) para subrayar la conexión íntima entre la colonia y la metrópolis, lo que a su vez agrega nuevas dimensiones al colonizador y al colonizado, y cambia nuestra idea de lo moderno mientras inaugura un espacio de debate sobre la nación y el nacionalismo. Finalmente, porque se ofrecen nuevas lecturas de los procesos y los eventos en India durante los siglos XVIII a XX desde la perspectiva de los grupos subordinados y de género, y propone nuevos caminos para trabajos ambientales.
La decisión de trabajar de esta particular manera se fundamenta en mi propio enfoque y entendimiento de la historia y del método histórico. Décadas atrás, R. G. Collingwood, un renombrado filósofo inglés de la historia —aun cuando reconocía que ésta podría ser y era “científica”, y que trataba de las acciones de seres humanos para dar a conocer a humanos del presente lo que son y fueron—, afirmó que esa disciplina era autorreferencial y subjetiva, y señaló que había evolucionado históricamente desde el tiempo de Heródoto y Tucídides (siglo V ) hasta principios del siglo XX, porque su definición había cambiado con el paso del tiempo. El pasado de la humanidad, que según Collingwood constituye el tema principal de la historia, no podía observarse de la misma forma que los fenómenos naturales: el pasado sólo puede imaginarse y reconstruirse (Collingwood, 1946).
Esta disciplina académica es consciente de su tensión constitutiva: entre “los hechos del tema” y “la narrativa de tales hechos”, así como entre la acción y la narración, y entre la ocurrencia y la representación. En otras palabras, incluso cuando la historia pretende “recuperar” lo que sucedió en el pasado, lo que realmente recupera es “lo que se dice que ha sucedido” (Trouillot, 1995, p. 2). En la enunciación sucinta de Michel-Rolph Trouillot la primera parte, “lo que sucedió”, enfatiza los procesos sociohistóricos, mientras que la segunda, la narración de “lo que sucedió”, destaca nuestra percepción de la acción o la historia de la recuperación de dicha acción (Trouillot, 1995, p. 2). Los esfuerzos por conciliar esta tensión han encontrado articulación en las principales tradiciones de la historiografía. La historia, escribía Donald Kelley en 1998, siempre ha tenido dos caras: la analítica (científica) y la hermenéutica (interpretativa), representadas por Tucídides y Heródoto, respectivamente (Kelley, 1998, p. 262).
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