Jaime Adams - El Evangelio: La Libertad más allá de Bolívar (Spanish Edition)

El Evangelio: La Libertad más allá de Bolívar
por Jaime Adams

Publicado originalmente bajo los títulos:
Liberación: el Evangelio de Dios, 1980.
Libertad: el Evangelio de Dios, 2010.

© 2016 por Poiema Publicaciones, publicación electrónica

Agradecimientos especiales a Germán Arciniegas, gran periodista, estadista y autor colombiano, por la información sobre los últimos días de Bolívar; y a Francisco LaCueva por las citas sobre la mariología. También presentamos nuestra gratitud a todos los que de alguna manera han contribuido en la preparación de este libro.

Las citas bíblicas han sido tomadas de la Nueva Versión Internacional (NVI) ©1999 por Bíblica Inc. Las citas marcadas con la sigla RV60 son de la versión Reina Valera ©1960 por las Sociedades Bíblicas Unidas. Las marcadas con la sigla LBLA, de La Biblia de Las Américas ©1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation.

Prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio visual o electrónico sin permiso escrito de la casa editorial. Escanear, subir, o distribuir este libro por Internet o por cualquier otro medio es ilegal y castigado por ley.

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SDG

“¡Libertad! ¡Libertad!” ha sido el grito de millones de latinoamericanos a lo largo de su historia. Toda la historia del hombre habla de la lucha por la emancipación, porque la tragedia intrínseca de la humanidad reside en su misma condición de esclavitud. Algunos claman por libertad en vista de sus largos y dolorosos gobiernos dictatoriales, otros en busca de independencia, y muchos otros, como en el caso de los colombianos, hastiados del endémico flagelo del secuestro que día a día angustia a miles de familias. La mayoría de las naciones sudamericanas enfrentan un problema serio de corrupción política que con urgencia debe ser, por lo menos, reducido y que nos confronta con la realidad de la esclavitud personal al dinero que lleva a los gobernantes a sumir en la pobreza y la desigualdad a quienes les eligieron para administrar las cosas públicas.

Hace poco celebramos los bicentenarios de la libertad conseguida. 200 años atrás la mayoría de naciones latinoamericanas lograron la independencia de antiguas potencias colonizadoras.

Entre los muchos paladines de la libertad sobresale Simón Bolívar, uno de los líderes más destacados de la historia de Latinoamérica. Bien sabemos de su gran valentía y la habilidad que empleó en la lucha que trajo independencia nacional a las repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Con razón ha sido honrado con el título de “El Libertador”.

Hay un acontecimiento quizás poco conocido de la vida de este gran héroe. Después de sacrificar unos veinte años de la flor de su vida luchando en forma casi continua por la libertad, Bolívar, a los 47 años, tuvo como recompensa personal el desengaño e ingratitud de muchos, y la salud quebrantada. Renunció a la presidencia de Colombia, y se fue a Cartagena, bella ciudad de la costa colombiana, con ánimo de viajar a Europa. De Cartagena siguió a Santa Marta, otro puerto cercano. Sintiendo que se agravaba su enfermedad, se instaló en la “Quinta de San Pedro Alejandrino”. Allí, un médico francés, el Dr. Réverénd, lo atendió con cariño, pero sin resultado. En una ocasión en que los dos estaban conversando, pocos días antes de morir Bolívar, se desarrolló el siguiente diálogo:

Bolívar: ¿Qué le ha traído a estas tierras, doctor?
Réverénd: He venido en busca de libertad, Excelencia.
Bolívar: ¿Y la ha encontrado usted?
Réverénd: Sí, Excelencia.
Bolívar: Entonces, ha sido usted más afortunado que yo.

¿Leímos bien? ¿No encontrar la libertad “El Libertador”? Da tristeza tal pensamiento. Pero si el hombre de tanto éxito, poder y fama, que pasó la mayor parte de su vida luchando por la libertad, no la encontró, ¿hay esperanza alguna de que nosotros la hallemos? Quizás cabe preguntar: ¿Qué es la libertad? ¿Qué es esta abstracción que todos anhelamos poseer y obtener, para la cual todos nos esforzamos? La esclavitud y la opresión han sido siempre los enemigos de la humanidad. Por todos lados se oyen los gritos de los oprimidos. ¿Mas cómo efectuar el derrocamiento de la cruel dominación? Si queremos participar en esta lucha, ¿cuál será la manera de hacerlo? Hay que pensarlo bien, porque muchos, igual que Bolívar, se han lanzado enteramente a la lucha por la libertad sin obtenerla ellos mismos. Es indispensable que nos preguntemos: ¿En qué consiste la libertad?

La historia nos da abundante testimonio de que ni la abundancia económica ni la independencia nacional basta para hacer libre al hombre. Así que no es posible que los ejércitos o las revoluciones nos traigan libertad. Ya anotamos cómo la gran honestidad y la dedicación de Bolívar para alcanzar la liberación de los pueblos no le permitieron a él mismo experimentar la libertad personal y duradera. Entonces, ¿cómo se obtendrá la verdadera libertad?

Esta búsqueda nos lleva a la segunda frase de nuestro título La Libertad Más Allá de Bolívar , es decir: el evangelio de Dios . Solo Dios, creador del hombre, nos da la respuesta a todas las inquietudes de la vida. Y en cuanto a la libertad Él nos enseña tanto lo que es, como el camino para encontrarla. Descubrimos que lo único que puede hacer libre al hombre es la verdad. La Biblia nos dice: “Conocerán la Verdad, y la Verdad los hará libres” (San Juan 8:32). La verdadera libertad es conocer al “Gran Libertador”, quien dijo: “Yo soy la verdad” (San Juan 14:6).

La realidad que libera y cambia al ser humano es el conocimiento de la verdad de Dios por medio de Jesucristo. El evangelio no es un libro o una colección de hechos y dichos de Cristo. El evangelio es el feliz anuncio de la liberación y la salvación del hombre. Por tanto, si estamos buscando la libertad, debemos investigar seriamente el mensaje del verdadero Dios para el hombre esclavizado.

San Pablo, en su epístola a los Romanos, se destaca como el pregonero del mensaje liberador destinado a toda la humanidad. En esta obra maestra nos ofrece la exposición más clara y más detallada del evangelio: la buena noticia de libertad.

Una lectura rápida de la carta de San Pablo a los Romanos deja ver con claridad la pasión y entrega de este apóstol procurando que todos nosotros recibamos y abracemos el testimonio bíblico y los beneficios eternos de este gran evangelio de Dios.

A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen…

Romanos 1:16

Por eso merece nuestra detenida atención la carta del inspirado apóstol. En ella tenemos el resumen de las grandes verdades de la Biblia. Aunque los otros escritores de la Biblia no usaron con frecuencia el sustantivo evangelio (euangelion, palabra griega para “evangelio” o “buenas noticias”), San Pablo le dio mucha importancia, utilizándolo unas sesenta veces en sus cartas a las iglesias.

En las primeras líneas de su carta a los Romanos, San Pablo habla del “evangelio de Dios”. Podemos decir que el verdadero mensaje de libertad es “de Dios” porque:

Dios mismo es su autor: Dios el Padre

Dios mismo es su gran tema: Dios el Hijo.

Dios mismo es su intérprete: Dios el Espíritu Santo.

Dios mismo es nuestro interlocutor: Por eso demanda reflexión, arrepentimiento y fe frente al anuncio de este evangelio.

Siguiendo estos cuatro puntos, estudiemos el mensaje de libertad,